El retorno del señor de las sombras

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Orlok, El vampiro, la ópera rock de José Fors, regresa al Teatro Diana para despedir el año. Después de una gira por la Ciudad de México y Aguascalientes, el elenco de esta producción se encuentra listo para representar este trabajo, que tiene como puntos de referencia el cine y la música.

La puesta en escena se nutre de Nosferatu, a Symphony Horror de F. W. Murnau y Nosferatu, The Vampyre, de Werner Herzog, películas indispensables para el género de horror (ambas dirigidas por cineastas alemanes) que influyeron fuertemente en la visión de Fors para crear este personaje. “No soy tan fan de Drácula”, dice el creador de la ópera rock, quien agrega: “Lo más difícil en esta puesta en escena fue hacer la combinación entre Nosferatu y Drácula. Nosferatu es un monstruo y Drácula es un galán. Hay mucha libertad para jugar con la imagen del monstruo, y que sea galán a la vez, o alguien atractivo, no tanto por su físico, sino por su personalidad”.

Una de las características que sobresalen en este musical, producido por la Universidad de Guadalajara, es la inclusión de la mayor parte del elenco que participó en Dr. Frankenstein. Sin embargo, la inclusión de Leobardo Quirarte, quien interpreta a Orlok, le otorga cierta frescura a la obra. “La preparación fue física y mental. Lo complicado fue hacer un equilibrio entre tantas versiones de Drácula y Nosferatu”, dice Quirarte. Añade: “El conde Orlok es un punto medio sin caer en lo mediocre. En escena es una inyección de adrenalina”.

El elenco lo completan Iraida Noriega, Ugo Rodríguez, Erika Noguez, Santiago Cumplido y Sara Valenzuela, y por supuesto, José Fors, quien da vida a Abraham Van Helsing. Fors señala: “Lo que trato de hacer es un espectáculo digno sobre una novela clásica. Desde allí ocurre un respeto. Aunque en este caso el respeto va más hacia las películas de Nosferatu”.

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