El reto sexenal

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El escenario se ha configurado con condiciones adversas para quien gobierne el país los próximos seis años, al enfrentar –sobre todo– la agudización de la delincuencia y la pobreza, una relación que se establece por la falta de oportunidades.
Más de 50 millones de pobres; de dos millones de personas en situación de desempleo y más de 60 mil muertos por la lucha al narcotráfico, son cifras que tendrá que tener en cuenta.
Por lo anterior, expertos universitarios señalan que el nuevo mandatario deberá que buscar coaliciones en su gabinete, reestructurar el modelo económico, considerar un sistema único de seguridad social y escuchar las demandas de la sociedad.

Los muertos de una guerra
Alberto Spiller
El presidente que sea elegido el 1º de julio heredará un país con más de 60 mil muertos por la lucha al narcotráfico, así como dividido y controlado por diferentes grupos delictivos.
De acuerdo a Edgardo Buscaglia, profesor de Derecho y economía en la Universidad de Columbia y asesor de la ONU en temas de seguridad, el nuevo mandatario: “Espero que llegue con la originalidad suficiente para replantear el modelo. Hasta donde escucho, los candidatos no están abordando ni siquiera atisbos de soluciones a esta situación, no están pensando fuera de los marcos preestablecidos.
Tiene que llamar de inmediato a un gobierno de coalición. Ningún partido puede dominar esta situación por sí mismo, por más que llegue con un amplio margen de victoria electoral”, dice el también investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Buscaglia explica que en los primeros meses del próximo gobierno, lo que se buscará es una “pax mafiosa”: “Van a usar a la Iglesia seguramente para que vaya a mediar y llegue a un acuerdo con el cártel de Sinaloa. Esto le va a dar crédito político a los actores y van a decir que las cosas mejoran”. Pero en realidad, añade, esta es una medida “con patas cortas: es pan para hoy y hambre para mañana. Esta ‘pax mafiosa’ sin instituciones fuertes, da incentivos a los grupos criminales, para que cometan más delitos. Si tú vas a pactar con ellos, es pernicioso este tipo de actitud. Al comienzo van a bajar los índices de homicidios en algunos lugares donde se llegue a un acuerdo, pero tarde o temprano las élites se van a dar cuenta que ésta no es la solución”.
Concluye que lo que podemos esperar es que: “Los índices de homicidios van a bajar inicialmente en los próximos dos o tres años, pero los índices de secuestros, extorsiones y demás delitos también violentos van a seguir aumentando, y eso es lo que justamente hará que la población que siga viva, vaya a las calles a demandar el cambio”.

Fábrica de pobres
Karina Alatorre
Un país con más de 50 millones de pobres, con más de dos millones de personas en situación de desempleo, un sector de comercio informal cada día más fortalecido y la urgencia de una reforma fiscal, son algunos de los asuntos en la lista de pendientes a resolver por el próximo presidente de la república en materia económica.
El especialista en economía, doctor Martín Romero Morett, opina que México es un país que se encuentra estancado, cuya economía no funciona por la falta de empleos, bajos salarios y un modelo económico neoliberal que favorece la formación de monopolios.
“El modelo económico se ha ido convirtiendo en una fábrica de pobres, genera mucha desigualdad. El neoliberalismo consiste en arreglos institucionales que favorecen a los grandes monopolios, los cuales han ido acabando con los pequeños negocios”.
El año pasado la revista Forbes incluyó a 11 mexicanos en su lista de multimillonarios, en contraste con los más de 52 millones de pobres que en 2011 reportó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Añadió que en países como Brasil han empleado políticas para fortalecer el mercado interno, lo que genera millones de empleos, algo que en México está lejos de pasar si no se modifican las políticas económicas.
“Cuando los pobres no tienen dinero más que para comprar productos chinos, generas empleos en China, y cuando los ricos tienen patrones de consumo internacional, generas empleos fuera del país. Entonces, dónde está el consumo que genere empleos en el país”.
Lo ideal, señala el Jefe del Departamento de Economía del CUCEA, es la formación de una clase media, algo que sólo se logrará con la reestructuración del modelo económico, de uno neoliberal y monopolista a uno que fortalezca el mercado interno.
Indicó que el aumento generalizado de los salarios es una manera de aumentar la capacidad de consumo y así reactivar la economía, como lo es también una reforma fiscal, en la que “pague más el que más se beneficie con el sistema. El impuesto debe ser progresivo”.

La salud no es un número
Wendy Aceves Velázquez
En materia de salud, el doctor Marco Antonio Castillo Morán, director del Observatorio para la Salud, de la Universidad de Guadalajara, opina que existen grandes problemas estructurales en el sistema de salud mexicano que deben resolverse en la futura administración presidencial. Es desigual e inequitativa.
“Tenemos un sistema de salud fragmentado que privilegia el hospitalcentrismo: construir sin que la infraestructura y formación de los recursos humanos vayan acordes con los retos que se presentan. No se va a resolver mientras no logremos estructurar una verdadera política de Estado con respecto a la seguridad social universal, una política preventiva que establezca una cultura de la salud”.
Es necesario aumentar el presupuesto al rubro de salud, pero que no sólo se destine a la construcción de infraestructura. “Si no hay una orientación en fortalecer la seguridad social universal, una visión a futuro para las ciencias de la salud y un sistema único de salud nacional, no habrá dinero que alcance. No es posible privilegiar las metas a partir de números”.
Añadió que el próximo presidente de México no debe repetir los errores del pasado. Uno de éstos es que el secretario de Salud a nivel federal deberá ser un profesional de la salud y no un político. “Se privilegió un plan de salud administrativo gerencial que no tuvo ningún impacto en la salud de la población, contra una política pública de salud. Un sistema de salud inmediatista que no resuelve las necesidades de fondo”.
Castillo Morán explicó que la base de las acciones deberán sustentarse en un sistema preventivo que ataque desafíos como: prevención y no sólo atención inmediata de la diabetes, hipertensión y obesidad; el crecimiento exponencial de problemas de salud mental que derivan en una alta tasa de suicidios y violencia; aumento en la incidencia de cánceres de mama, cerviocouterino y de próstata; de enfermedades parasitarias y gastrointestinales; en el sedentarismo y desnutrición, principalmente en comunidades indígenas; las enfermedades respiratorias, influenzas y neumonías, así como el incremento en las adicciones de drogas ilegales, tabaco y alcohol.

Una sociedad despierta
Patricia Mignani
El levantamiento y el despertar de la sociedad en México es irreversible, por lo que el próximo presidente tendrá que incluir en su agenda lidiar con el sentir de la gente, señala Jorge Ceja Martínez, investigador del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
“La sociedad lucha por sus derechos. Si la derecha gana o es impuesta, es de esperarse que los movimientos sociales sigan encarando la defensa de los derechos laborales, de libertad de expresión, de manifestación y las demandas con respecto a territorios, en contra de los proyectos mineros, como en Wirikuta. La derecha favorece la inversión extranjera.
Si la izquierda llega al poder, los movimientos sociales deberán disminuir o desaparecer, pero si entra la derecha, creo que seguirá la militarización, la violación a los derechos humanos, la impunidad y la corrupción.”
Con respecto al movimiento #YoSoy132, Ceja Martínez asegura que ya se “ha planteado ir más allá del 1º de julio, porque los movimientos no pueden cruzarse de brazos, independientemente de quién llegue al poder”.
Ceja Martínez compara la situación de México y los levantamientos sociales con la de países como Bolivia, y pone de manifiesto que, a pesar de tener un mandatario que prohíbe las demandas populares, ellos siguen ahí. “Sería importante que continúen los movimientos sociales, que sigan haciendo presión, para que el país realmente se democratice”.

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