El Niño-Oscilación del Sur economía y política

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La urgente necesidad de considerar con mayor determinación la situación ambiental, conlleva a una discusión emergente relativa a la viabilidad de los modelos de desarrollo nacionales y de la carencia de instituciones que afronten desde una perspectiva interdisciplinaria los desafíos impuestos por el cambio global.
Lo anterior implica que nuevas maneras de integrar lo ambiental a las políticas de desarrollo tendrán que ser implementadas, con el objetivo de lograr convivir con la variabilidad climática, introducir los aspectos positivos de los fenómenos en cuestión y mitigar los aspectos negativos de los mismos mediante políticas diseñadas para tal efecto.
El fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) que, por sus características, ejerce una fuerte influencia en la economía de los países que experimentan sus efectos, es un claro ejemplo de cómo lo ambiental está interactuando y afectando el desarrollo de los estados, situación que ha de expandirse desde la perspectiva regional hasta alcanzar una dimensión global, con insospechadas repercusiones en los más diversos ámbitos de la estructura político-económica internacional.
La dimensión del problema del clima a escala global en sus diferentes ámbitos ambiental, económico y sociopolítico, se puede manifestar de diversas maneras.
Por lo que respecta al área ambiental, se considera el aumento de las concentraciones gases de efecto invernadero (GEI), las perturbaciones del sistema climático de la tierra y manifestaciones del cambio climático e impactos globales y locales.
En el aspecto económico se determina un crecimiento económico basado en combustibles fósiles, ya que la economía mundial está altamente carbonizada. Las actividades productivas y de consumo generan emisiones de GEI, como son el uso de energía, fertilizantes, desechos, calefacción, aire acondicionado, transporte, silvicultura, etcétera. También podemos mencionar que existe un acelerado y amplio cambio de uso de la tierra, lo que ocasiona deforestación, destrucción de ecosistemas marinos, acuáticos o terrestres, entre otros más.
En lo que respecta al ámbito sociopolítico, los modelos de desarrollo legitimados han generado formas de producción, estilos de vida y patrones de consumo insostenibles. La descarbonización de las economías tiene altos costos financieros, y por ende, demanda asumirlo políticamente.
Es necesario mencionar que en este último ámbito las políticas de mitigación obligan a cambios culturales en los patrones de consumo y formas de producción de las sociedades industrializadas. Los cambios tecnológicos pasan por el régimen de propiedad de las tecnologías. La mayoría está en manos de empresas privadas, además del predominio de la racionalidad económica sobre la racionalidad ambiental y social, prevaleciendo los modelos de desarrollo insostenibles a nivel global.
Existen países cuya economía depende de la exportación o importación de combustibles fósiles, lo que los sujeta a los altos costos derivados de los impactos proyectados del cambio climático: prevención, mitigación y adaptación.
Los sectores productivo, industrial y de servicios de la economía de los países en desarrollo, se ven seriamente afectados, ya que no se ha enfrentado este fenómeno de una manera diferente, es decir, que el gobierno a través de sus tres niveles, destine al gasto público una partida para la prevención de desastres naturales. La mayoría de estas partidas las destinan a tratar de solucionar los daños causados por dichos desastres naturales, por lo que es importante realizar un análisis de fondo y forma para modificar los programas de prevención de desastres en relación a una verdadera prevención y disminución de los altos costos sociales y económicos que causan los desastres naturales provocados por los fenómenos climatológicos.
Algunos de los puntos importantes a considerar deben formar parte de los programas institucionales en los tres niveles de gobierno, para aminorar y prevenir los daños que causan los desastres naturales. Son los siguientes: Realizar estudios de uso de suelo y subsuelo, verificando si son viables para ser habitados, para evitar pérdidas de vidas y aminorar costos económicos; efectuar estudios geográficos de los caudales de los ríos, para evitar que se desborden; administrar eficientemente las presas y lagunas, para que funcionen como reguladores de almacenamiento efectivo en la época de lluvia; desarrollar e implementar mecanismos que optimicen la utilización de los efectos positivos.
Junto a lo anterior, fortalecer la cooperación internacional en aquellas áreas que experimenten los efectos adversos más intensos; establecer normas y leyes efectivas que regulen el cuidado y mantenimiento de los recursos naturales; implementar programas en la colaboración y coordinación de las diferentes dependencias gubernamentales en la prevención y combate de los desastres naturales y, la creación de una policía rural efectiva que vigile y controle el asentamiento de personas en zonas rurales peligrosas, así como mantener el control de los recursos naturales.
Viene al caso comentar la actividad a verificarse en las instalaciones del Instituto de Astronomía y Meteorología, de la Universidad de Guadalajara, del 27 al 29 de junio de 2011. Constituye una oportunidad para los diferentes actores sociales que tienen en sus manos tomar decisiones, de adquirir los conocimientos sobre el comportamiento de uno de los fenómenos naturales que forma parte de nuestras vidas y que debemos encontrar la mejor manera de mitigar sus efectos. [

*Universidad de Guadalajara.
**Meteogalicia, España.

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