El entusiasmo por los libros

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La Feria Internacional del Libro (FIL) en su edición número 27 tuvo un crecimiento en varios renglones, lo que la consolida como una de las fiestas literarias más importantes del planeta. Uno de los rubros en que mostró avances, es en la afluencia de visitantes; y las editoriales se muestran contentas ya que esto se reflejó en mejores ventas.

Alfonso Martín, encargado del Sexto Piso, que distribuye a autores como Yves Bonnefoy, Mario Bellatin, Carlos Velázquez o Edgar Keret, explica: “Fue una edición diferente, el país invitado aportó lo suyo, todas han sido buenas y esta no es la excepción. En nuestro caso el stand fue del agrado de la gente pues hoy presentamos un nuevo diseño y traemos novedades. Yo calculo que nuestras ventas aumentaron en un 30 por ciento este año”.

El poeta Antonio Martz, y director general de Paraíso Perdido, apunta que para las editoriales independientes la FIL se ha convertido en un espacio para exponer el trabajo de los nuevos autores para que el público conozca la calidad y sobre todo entre en contacto con los escritores.

“Este año hubo más gente, sobre todo en esta área de las editoriales alternativas, con curiosidad de ver qué es lo que traemos. Comparándolo con el año pasado es un 10 por ciento  más lo que hemos vendido. A la gente ya no le da miedo los autores poco conocidos, al contrario eso es un aliciente y hay mucha curiosidad por adquirir cosas nuevas y aquí hay mucho dialogo con el público”, señaló Martz.

Sergio Moreno, encargado del stand de Editorial Universitaria, detalló que desde hace seis años la Universidad de Guadalajara trabaja con el proyecto del “Pabellón Leones” que este año registró un incremento de afluencia y ventas en un 30 por ciento.

“La gente está muy interesada en los títulos, y aquí les damos servicio. Además este año expusimos aquí la copa que obtuvieron los Leones Negros de la UdeG en la liga de futbol, y eso sin duda atrajo a las personas”, comentó.

En el stand de Tusquet Editores, también hubo gran presencia, sobre todo en la venta nocturna del viernes 7 de diciembre. “Todo mundo está loco por Murakami”, explicó uno de los empleados al ver a decenas de jóvenes adquiriendo ejemplares de Tokio Blues, Q84, o Baila, Baila, Baila. Aunque también autores como Élmer Mendoza o Henning Mankell son del gusto del público.

Y las amas de casa asimismo expresan su beneplácito: “Tuvimos el gusto de conocer a una escritora y mis niños se emocionaron al entrevistarla para su tarea escolar, es excelente que hagan esto y queremos que año con año siga”, dijo Norma Gutiérrez.

Otra madre de familia, Teresa Orozco, califica a la FIL como una oportunidad excelente para que los niños estén en contacto físico con los libros. “Porque con tantas cosas virtuales el habito de la lectura les cambia y es más bonito que toquen y vean estos libros de verdad”.

Yaritza es una niña de nueve años, que, feliz, comenta: “Está muy interesante la feria, es muy emocionante ver  tantos libros y espero leer muchos cuando crezca”.

Y hasta quienes que no entraron a la FIL, se vieron beneficiados. José María es un taxista, que de camino a Expo Guadalajara relata que esta semana ha llevado a varios pasajeros: “Pero cuando me fue mejor fue el viernes en la noche. Hasta tarde estuve llevando gente, y casi todos eran muchachos jóvenes. La verdad sí nos ayuda”.

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