El Día del medio ambiente y la educación ambiental

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Estamos por celebrar por cuadragésima ocasión el Día del medio ambiente. El propósito de este artículo es mencionar brevemente el contexto histórico en el que se han dado las circunstancias que originaron esta celebración, y en la medida de lo posible, con cifras, demostrar el impacto que la educación ambiental ha tenido en estas cuatro décadas, en que la pregunta es: ¿podemos esperar algo de ella?
Comenzaré por mencionar el primer Día de la Tierra, ocurrido en 1970. El senador estadounidense Gaylord Nelson, condujo a 20 millones de americanos a las calles (10 por ciento del total de su población en aquel momento), en lo que ha sido la más grande marcha de protesta en la historia de ese país, para demandar de los líderes políticos, que regresaran los derechos ambientales a su constitución, que fueron negados en esos últimos 80 años.
Ante tan impresionante despliegue de movimiento ciudadano, republicanos y demócratas unieron esfuerzos para pasar al Senado 28 proyectos de ley para ser trabajados en los próximos 10 años. ¿Objetivo?: protección del aire, agua, especies en peligro de extinción, humedales y el abasto de alimentos. Más tarde esas leyes se transformarían en el modelo a seguir para más de 150 países (incluyendo el nuestro), que establecieron su propio Día de la Terra y comenzaron a hacer planes de inversión en infraestructura. Desde los setenta celebramos cada 22 de abril el Día de la Tierra, procurando reflexionar estos temas.
Es notorio que ninguno de los movimientos sociales progresivos (derechos civiles, derechos de la mujer, derechos de los trabajadores), que tienen la intención de hacer a las sociedades más democráticas, han alcanzado los logros y la aceptación de sus metas en la medida en la que lo ha hecho el movimiento ambientalista, además de que se ha esparcido por el resto del mundo a una velocidad sin precedentes.
Una consecuencia de esta celebración fue otra celebración que llamamos el “Día mundial del medio ambiente”, un evento anual realizado el 5 de junio. Fue establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas, en su resolución 2994 (XXVII), del 15 de diciembre de 1972, dándose inicio a la Conferencia de Estocolmo (Suecia), cuyo tema central fue el medio humano.
El Día mundial del medio ambiente es uno de los principales vehículos que las Naciones Unidas utilizan para fomentar la sensibilización mundial sobre el medio ambiente y promover la atención y acción política al respecto.
Sus objetivos son dar una cara humana a los temas ambientales, motivar que las personas se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales, y fomentar la cooperación, buscando garantizar que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro.
Aunque ya han transcurrido cuatro décadas de reflexión, las estadísticas referidas a educación ambiental, presentan un panorama desolador, al demostrarnos que su influencia se encuentra aún lejos de alcanzar sus objetivos.
Reciente la OCDE presentó cifras de los países integrantes, en los cuales apenas una quinta parte de su población menor de 15 años es “consistentemente hábil para identificar, explicar y aplicar conceptos científicos relacionados con alguna de las variedades de temas ambientales”. ¡Buen tema para reflexionar en las instituciones educativas este 5 de junio!

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