El boom de los independientes

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Jeans y camisa a cuadros. Sin fajarse. Su cachucha y celular inteligente en mano. Es una imagen que choca con las corbatas de los viejos políticos o las guayaberas de los líderes sindicales. Y su lenguaje coloquial contrasta con los discursos repletos de palabras rebuscadas de los políticos de la vieja guardia. “Me escribes por inbox”, “Me whatsapeas”. Con esas frases invitaban a unirse a su causa para reunir firmas.

Se trata de los aspirantes independientes. Algunos de ellos, próximamente candidatos. Se alejan del molde tradicional, y les ha funcionado. Jalisco pareciera ser terreno propicio para esta figura. A reserva de lo que dictamine el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, al menos 35 habrían alcanzado las firmas suficientes para registrarse rumbo a las presidencias municipales y otros 15 a las diputaciones. E incluso podrían ser más.

Muchos los municipios importantes tendrán su candidato independiente: Tonalá, Tlajomulco, Zapotlán el Grande, Tepatitlán, Lagos de Moreno y Ocotlán. Y en casos como Tlaquepaque y Puerto Vallarta tendrán un par. No obstante, en los casos que requerían más firmas, los independientes no lograron su objetivo: ni los cinco aspirantes que buscaban la gubernatura ni nadie para la alcaldía de Zapopan y Guadalajara.

El integrante del Observatorio de Procesos Electorales, Andrea Bussoletti, considera que a partir de la experiencia en 2015 de Pedro Kumamoto, al alcanzar la diputación local, logró ser inspirador.

“Abrió una ventana de oportunidad que los partidos no alcanzaban a representar de manera satisfactoria para esa sociedad, pues fueron una oferta política atractiva”, reflexiona el académico que trabaja en la línea de partidos políticos y candidatos independientes dentro del mismo observatorio.

¿A qué se debe que en cargos grandes no se haya logrado?
El que no hayan conseguido las firmas refleja un hecho: PRI, Movimiento Ciudadano, MORENA y PAN, que son las cuatro mayores fuerzas políticas del estado, representan una oferta política que abarca la mayoría del electorado a pesar de lo que pudiera haber de críticas hacia la política, hartazgo, rechazo y demás. Resulta más difícil para los independientes encontrar un nicho. En las ciudades medias se refleja el mismo fenómeno al revés. Ahí los partidos políticos encuentran la dificultad de representar de manera satisfactoria a casi toda la población y eso abre espacios para intentos de candidaturas independientes.

El fenómeno Wikipolítica
Bussoletti destaca que el fenómeno de Wikipolítica ha sabido armar una estructura real, con organización, que logró las firmas de nueve aspirantes independientes a diputaciones locales y tres federales, gracias a un trabajo uniformado: con un mismo logotipo y slogans.

¿Es Wikipolítica una especie de partido embrionario?
Jurídicamente no, son una organización que efectivamente da apoyo a candidatos independientes, comparten organización y eso ha sido muy importante en el proceso de recolección de firmas. No es lo mismo intentarlo solo que con un equipo de personas que puedan ayudarte a hacer esa recolección en el estado. Y eso por su puesto facilita. ¿Es o no es un partido? En realidad, lo interesante es que para que un candidato independiente llegue a ser candidato pues se requieren ciertas condiciones. Por ejemplo, que los partidos pierdan ese espacio y dejen una ventana de oportunidad para los independientes y también se requiere ayuda para todas las actividades prácticas que se necesitan hacer y llegar a meter la candidatura.

Una imagen diferente
Los independientes lucen y se comunican de forma distinta a los políticos tradicionales. Eso es una clara posición de ruptura hacia las viejas formas.

“Los partidos sufren de una opinión marcadamente negativa hacia ellos. Reforma o Mitofsky, o Parametría, las principales encuestadoras registran que el juicio a los partidos políticos es negativo. Eso hace que los independientes, en sus estrategias, busquen representar todo lo opuesto a lo que representa un partido político, incluso en la forma de vestir, para atraer a través del discurso, de redes sociales. Esa informalidad es parte de un planteamiento general de no quererse ver como partidos. Es interesante cómo los políticos lo hacen ya también. Hacen intentos”.

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