El arte de privilegiar al clero

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Caminaba por el centro sin rumbo fijo. De pronto, Modesto Aceves volteó hacia lo alto de la catedral de Guadalajara y vio el deterioro en que se encontraba: el engrete de los azulejos de la cúpula, disgregados y ya sin la junta. Ingresó al recinto, y adentro notó el daño en las pinturas de la sacristía. Entonces el director de Patrimonio Artístico e Histórico, de la Secretaría de Cultura (SCJ), pensó: “Voy a hablar de esto con don Juan Sandoval”.
—Oiga, don Juan, qué le parece si nos ponemos a restaurar la catedral.
—Modesto, no tenemos recursos. Limpiarlo, trapearlo, pintarlo y el mantenimiento propio de la catedral, me implica muchos gastos. Ahorita yo no puedo.
—Pero mire, don Juan, mire usted cómo están de dañadas las balaustradas, la cúpula, el peinetón y las fachadas.
—Pero no tenemos dinero—, reiteró.
Entonces, Modesto Aceves dijo para sí: “Bueno, si el señor cardenal dice que no tiene dinero, yo no me voy a esperar a que se caiga o que las balaustradas, que están disgregándose, maten a alguien. Es prioritario que el edificio religioso más importante de Jalisco se salve y no siga metiéndose el agua por la cúpula”.
Ya en su oficina, Modesto Aceves sacó cuentas y vio que podía destinarle dos millones de pesos para su restauración. “Yo lo que quiero es preservar el edificio”, reflexionó.

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Desde el fondo del salón de la sede del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA), en la sesión extraordinaria del 7 de septiembre, el abogado Jorge Díaz Topete pidió la palabra: “Quiero decirle a Modesto Aceves que las iglesias, sitios arqueológicos, estaciones de ferrocarril y paisaje agavero, son competencia del gobierno federal y no incumbencia de la SCJ. Su principal obligación es fomentar la cultura local y a los artistas, a quienes está dejando descobijados”.
Díaz Topete, quien fuera director de artes escénicas y consejero del CECA, conoce bien los reglamentos, ya que participó en la redacción de la actual ley de cultura. “Lo más grave es que hay un gasto discrecional. El grueso de los recursos están destinados a proyectos que no son de interés primario para el fomento de la cultura jalisciense”.
Pregunta: ¿Cómo es posible que inviertan 10 millones en una casa en Magdalena, Jalisco, cuando la Orquesta Filarmónica de Jalisco está en crisis por falta de recursos? ¿Por qué mejor no invertir en las becas que cada año otorga el CECA, para todas las disciplinas de todos los artistas de Jalisco, que apenas llegan a un par de millones de pesos?
“Lo más grave es que creen que están haciéndolo bien, y obran con absoluta manga ancha. ¿No son las iglesias propiedad de la nación, y por lo tanto, competencia federal? ¿No es responsabilidad del clero repararlas? ¿Cuál es el criterio para arreglar determinadas iglesias y no otras? ¿A quién le consulta Modesto Aceves? ¿Hay una convocatoria? ¿Lo hace solo a su antojo?

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El templo de Jesús María sigue con el atrio frontal derruido, luego de que hace algunos meses un autobús lo destruyera en un choque, litigio por la reparación del daño que sigue el Instituto Nacional de Antropología e Historia de Jalisco (INAHJal).
Modesto Aceves pasa a diario por el lugar, y ya no soporta más ver la reja retorcida y las piedras aventadas, que empiezan a robárselas: “no es posible. Ya estuvo suave. Tenemos que intervenir de inmediato. Si el INAHJal gana el juicio, pues que luego nos devuelva el dinero”.
Así fue que decidió llamar a la Sedeur (Secretaría de Desarrollo Urbano) para que se encargara de colocar de nuevo las piedras, enderezaran las rejas y poner los vástagos a las pilastras. Después de algunos días la obra quedó al puro centavo: 500 mil pesos fue el costo de la inversión.
“Las monjas pedían a gritos que las ayudaran. Ellas viven en clausura, y a mí me consta que no tienen dinero. Venden rompope y galletas para sostenerse, y a veces no pueden ni siquiera pagar sus propios servicios de salud. Creo que esas acciones son loables, porque están dentro de mis atribuciones”.

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Díaz Topete sigue preguntándose la razón por la que en 2008 la SCJ gastó 135 millones de pesos en la ruta arqueológica y en el paisaje agavero, además de que en este año destinará otros 20 millones de pesos, más 11 millones y medio en la restauración de varias estaciones de ferrocarril y siete y medio millones en la remodelación de nueve templos.
“Están abriendo caminos, paradores turísticos, señalizaciones, balizamiento en varias poblaciones. ¿Esa es la función de la SCJ? ¿Desde cuándo se convirtieron en obras públicas?”

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El automóvil de Modesto Aceves se llena de polvo al llegar a El Arenal. Está ahí para realizar un itinerario e inspección de la ruta agavera, 2008 fue un buen año para él. En su primer año al frente de la dependencia, y después de una serie de gestiones con el gobierno federal y estatal, acaba de conseguir, en una gestión a la que califica como de “impresionante”, 70 millones para el paisaje agavero y 65 millones para la ruta arqueológica.
Sabe que no resultó fácil que la UNESCO le haya otorgado a Jalisco la Ruta del tequila como parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad, en la categoría de Paisaje cultural. Para recibir esta distinción hubo que hacer muchos trámites y tener un plan de manejo. Fue la misma SCJ la que la promovió, así que piensa que esa labor está dentro de sus atribuciones. “Me queda clarísimo que mi chamba es ponerle valor a esa ruta”.
Son tres las casas que acaba de adquirir: siete millones costó la de El Arenal, tres millones la de Amatitán y 10 millones la de Magdalena, que servirán como centros interpretativos para la ruta del tequila.
Modesto Aceves decide que Arenal es el pueblo al que más recursos hay que invertirle, “pues no tiene siquiera calles pavimentadas”, reflexiona. En total son 20 millones de pesos para adoquinar calles, reparar banquetas y adecuar la imagen urbana para los futuros visitantes. Lamenta que por la crisis este año solo disponga de 20 millones de pesos para ambos proyectos estratégicos y cerca de 41 millones como presupuesto para este año.

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“No hemos otorgado ninguna licencia para que la catedral sea restaurada”, señala el arquitecto perito del INAH Jalisco, Cuauhtémoc de Regil. “A mi oficina no ha llegado ninguna solicitud; me entero por los periódicos”.
De los 25 proyectos de restauración que pretende efectuar la SCJ en este año, solo siete cuentan con permisos, algunos parciales, dos no son de su incumbencia y el resto no tienen los trámites requeridos. Un par de obras han sido canceladas con anterioridad por haber sido mal intervenidas: isla de Mezcala, y la plaza Bicentenario, en Zapotlanejo. En años anteriores la SCJ suspendió obras en Tonila y Manzanilla de la Paz.
Para Cuauhtémoc de Regil hay una sobreposición de funciones de la SCJ hacia la gestión del INAHJal, con el fin de conseguir más recursos. “Los felicito por conseguir más dinero, pero cada una de las obras deben de estar tramitadas y autorizadas en el instituto. La SCJ está sobreponiéndonos, porque están armando proyectos sin tomarnos en consideración. O qué, ¿van a venir luego a decirnos: ‘fírmale y séllale aquí’? No. Nosotros no somos una selladora ni una firmadora de planos”.
Agrega que el clero debería solidarizarse y reparar sus propios templos, no sólo porque son ellos quienes aprovechan su uso de manera exclusiva, sino por qué el Estado no les cobra renta. Además de que “hay una gran cantidad de edificios relevantes que nunca han sido atendidos por la SCJ”.
“Pienso en la hacienda La florida, que perteneció a la familia Cuesta Gallardo, de Atequiza, Jalisco, y que era visitada por Porfirio Díaz. Ahí fueron hechas las primeras filmaciones del cine nacional en el siglo XIX. Esa hacienda es un hito y hace apenas unos meses la SCJ vino a solicitarnos el derribo de la finca, que eufemísticamente le llamaron anastilosis, es decir, querían demoler la hacienda y llevársela a otro sitio. Eso quería hacer Modesto Aceves. A nosotros nos sorprendió. De seguro a la empresa dueña del terreno le molesta la construcción y ya quieren deshacerse de ésta”.

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Para el presidente del CECA, Martín Almádez, la SCJ ha entendido por “patrimonio cultural” sólo el edificado, al que le han invertido más del 60 por ciento de su presupuesto, además de que han privilegiado sobre todo a los de culto religioso.
“Pero la SCJ está obligada a preservar el patrimonio histórico, tanto como está obligada a fomentar, divulgar, promover y difundir las actividades culturas de los artistas y sus obras”.
Para Martín Almádez lo peor es que la visión del actual secretario de la SCJ, Alejandro Cravioto, “no parece que vaya a cambiar”, pues el destino del presupuesto para cultura parece que sigue ese mismo criterio, aunque “la ley lo obliga a ser equitativo y no inclinarse sólo por un área determinada”.
Agrega que para nadie es un secreto que el gobierno actual busca reivindicar los valores de la Cristiada, “y en ese sentido hay una simpatía absoluta del gobierno del estado con la arquidiócesis de Guadalajara. Bajo esa lógica es obvio que la toma de decisiones vaya afinada con el de la iglesia católica. Desde esa postura hay una clara y evidente violación de cualquier ley que pueda citar por la mezcla poco clara de la separación de los deberes del Estado y de la Iglesia”.

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“Me queda clarísimo que mi chamba es gestionar recursos y hacer que se apliquen en el patrimonio cultural. Y voy a seguir luchando porque me sigan dando más lana y aplicándola a patrimonio”, señala Modesto Aceves.
“Me rehúso a quedarme cruzado de brazos si el INAHJal me dice que ‘no hay recursos’. ¡Imagínate nada más! A mí me pagan para trabajar. Estoy comprando terrenos en sitios arqueológicos, para que no nos pase lo mismo que en Chichén Itzá. Es un trabajo que nadie me va a agradecer y nadie lo va a ver. Nadie va a saber quién tuvo la visión de comprar esos terrenos”.

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