Derechos de autor en el abismo

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“En internet se encuentra todo y es gratis”. Esa es la consigna para millones de usuarios de la red. Por ello definir las nuevas reglas en materia de derechos de autor representa un tema espinoso, y eminentemente uno de los grandes desafíos para la industria de la música. Internet quebró el antiguo modelo, específicamente con las descargas ilegales de audio y streaming. Frente a esta situación, la industria creó nuevos modelos de negocio y prefirió las ganancias a corto plazo.
Tras el panel magistral “El nuevo perfil de los derechos de autor”, efectuado en la primera edición de la Feria Internacional de la Música (FIM), quedó claro que las reformas legislativas en beneficio de la cadena de producción de este sector, se encuentran en un abismo que crece cada vez más.
José Enrique Fernández, representante de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), delegación México, dijo que las posibilidades de encontrar una solución son pocas. “Estamos ante la prehistoria de una nueva era. Así, pasamos de la dictadura de los expertos, a la sabiduría de la multitud”. Para Fernández, los ejemplos son palpables: Dinamarca ve la piratería como algo aceptable, mientras que en YouTube, los usuarios suben cuarenta y ocho horas por minuto en contenidos.
Uno de los puntos centrales que mantiene a esta industria en crisis, es la dificultad para homologar sistemas. Es decir, desde el terreno legal existen múltiples jurisdicciones que tendrían que llegar a establecer acuerdos e intereses comunes.
En un intento por subsanar las millonarias pérdidas, aparecen nuevos modelos de negocio, que para los especialistas no significan una verdadera solución en lo referente a derechos de autor.
En México, algunos de estos modelos los encabezan Grupo Modelo, en una alianza con Sony Music; Nokia y El Kiosco Digital, este último creado por el gobierno del Distrito Federal, y que permite descargas legales a dispositivos electrónicos móviles a bajo precio.
“Presentamos en la Cámara de Diputados una reforma de copyright para los proveedores de servicios. Estamos tratando de crear mecanismos para respetar los derechos de todos los actores involucrados en las redes sociales”, dijo Roberto Cantoral, director general de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM).
No obstante, mencionó que no se puede hablar de un modelo de negocio cuando nadie paga. “La cultura de alguna manera es un lujo. No necesitas la cultura para vivir. Hay personas que no tienen para comer y nadie les regala nada. Entonces, ¿por qué nosotros tenemos que proveer la cultura gratis?, dijo Cantoral.
Respecto a las medidas puestas en práctica por la SACM para proteger los derechos de autor, su dirigente indicó que conformaron la “coalición por el acceso legal a la cultura”, en la que participan 38 organizaciones, entre sindicatos, sociedades autorales, cámaras de comercio y organismos internacionales. “Todos los de la cadena de la industria cultural estamos pendientes. Hacemos un frente común para sensibilizar al gobierno de la necesidad de regular internet, ya que el problema no es sólo con la piratería, sino también con la pornografía infantil y los fraudes”.
Todo esto ocurre mientras continúa la controversia sobre acuerdos comerciales como ACTA, que mantiene negociaciones en secreto, y que persigue frenar el incremento de bienes falsificados y obras protegidas por copyright pirateadas en el mercado global.
Ante la crisis en esta industria, la cual permaneció voraz hasta sus días de bonanza, ahora los compositores buscan sus propias formas de promoción y subsistencia. Para “Sabo” Romo y Cecilia Bastida, artistas que estuvieron presentes en el panel “Los músicos en el siglo XXI” y quienes trabajaron en compañías disqueras transnacionales, esta situación les da la libertad de tomar decisiones sobre sus obras y tener mayor control. El artista se produce, promociona y vende su obra en directo en sus conciertos.
Moisés Cielak, director de la Academia de Influencia Digital, Capacitación y Consultoría, especialista que moderó el panel magistral “Música e internet”, dijo: “Debe establecerse una separación entre valor e industria. Esta última crea valor cuando realmente distribuye la creación de los artistas”.
Cielak señaló que los músicos deben ser creativos, producir sus obras y buscar alternativas de promoción. “No creo que la industria discográfica cree a los artistas, pero nos acostumbramos a ver lo contrario”.

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