Derecho a saber lo que comemos

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El derecho a saber si los productos que comemos contienen o no organismos modificados genéticamente, no está garantizado en nuestro país y es algo en lo que debe trabajarse, afirmó la especialista en biotecnología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), Alma Hortensia Martínez.

Explicó que uno de los riesgos de consumir productos transgénicos sin saberlo, son las posibles alergias que el consumidor puede tener a algunos productos. “Puede suceder, por ejemplo, con el trigo, si un cereal contiene genes de este organismo y el consumidor no lo sabe, esto podría causarle algún daño a la salud”.

Al respecto, diversos organismos como Greenpeace promueven campañas para que las empresas declaren abiertamente el uso de transgénicos, además difunden listas de productos libres de transgénicos para informar al consumidor.

“Este derecho no está garantizado por la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) vigente en México, que sólo obliga a informar sobre los transgénicos que sean ‘nutrimentalmente distintos de forma significativa’. Esta característica es tan imprecisa que la industria la aprovecha para evadir su obligación de darnos información”, afirma la agrupación en su sitio Web.

La investigadora del CUCEI coincidió en que el consumidor debe estar informado y sobre eso tomar sus decisiones de compra, como ocurre ya en algunos países europeos. “Se ha peleado mucho para que las etiquetas de los alimentos, por ejemplo el cereal, indique si el maíz tiene modificación genética, así como consumidor yo decido si lo compro, pero ha sido muy difícil obligar a las empresas a declarar eso”.

Las agrupaciones celebran esfuerzos como el del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) que el mes pasado anunció una nueva certificación para los alimentos libres de transgénicos, la cual se otorgará de manera voluntaria a las empresas que la soliciten y que cumplan con las medidas.

Por otra parte, Alma Martínez destacó que actualmente a la gente le importa más el origen de lo que come, que sus ingredientes sean de calidad y seguros, y que además éstos ayuden en la prevención de enfermedades, por lo que la especialidad en biotecnología alimentaria ha cobrado mayor importancia.

Al respecto de la modificación de semillas de maíz transgénico que se han introducido al país, la doctora responsable del Laboratorio de ingeniería y biotecnología del los alimentos del CUCEI, dijo que debe tenerse cuidado para que no haya efectos negativos en los maíces criollos.

“Hay que hacer esfuerzos para tener nuestro propio banco genético de germoplasma, para garantizar la protección de nuestros maíces”.

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