De dictadores y otros sátrapas

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Justo en la habitación que da al balcón sobre la avenida Alcalde, con una fuerte temperatura y un constante viento cálido que sale de los ventiladores, el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas, mejor conocido como la “Casa de los perros”, trae una exposición de caricatura del siglo XIX, con temas como el desarrollo del país, la pérdida del territorio, los retratos de los distintos mandatarios, así como sus andanzas. Entre los que destacan aparecen el dictador Porfirio Díaz, el presidente Benito Juárez, Maximiliano de Habsburgo, Darío Balandrano, Manuel González, Antonio López de Santa Anna y Sebastián Lerdo de Tejada.
La caricatura es el retrato que exagera la realidad o las características de la persona. Expresa a través del humor la crítica de una acción o la objetividad de un hecho. A lo largo del tiempo ha cambiado y se ha ido modificando, pero la exigencia y la mirada sardónica se mantienen.
En la planta baja se ven vestigios de lo que fue la historia del primer periódico, imprentas, así como algunas cámaras fotográficas. En otra sala está un set de televisión completo y a un lado una cabina de radio con bulbos. En el primer piso se visualiza una sala de prensa. En sus paredes están grabados los nombres y logotipos de los periódicos que circularon en Guadalajara hasta los años noventa y al frente una impresión del primer número de El Despertador Americano. Por otro balcón del mismo piso, se ve al niño voceador. Hasta ahí, la atmósfera del periodismo está en el aire y de manera permanente. Sólo falta el cartón, los monos, los caricaturistas, y la mano de un gran hombre.
La muestra está dedicada a la memoria de José Guadalupe Zuno, ese hombre multifacético que se desempeñó como gobernador del estado de Jalisco, de 1923 a 1926 y que también se destacó como caricaturista, pintor y escritor. El licenciado Zuno fue, además, el refundador de la Universidad de Guadalajara en 1925, al lado de Enrique Díaz de León. En esta sala exhiben algunos de sus objetos personales, como un reloj de bolsillo, fotografías y cartas. También aparecen algunas de sus caricaturas y una pequeña biografía. En otra vitrina hay textos de su autoría, todos dedicados al análisis y la creación de la caricatura, género periodístico, que según lo califica la propia presentación, “… es la forma seria de ver la historia, pero también es la lectura del costumbrismo, del humor, del arte plástica, de la manera de ver lo que somos…”. Uno de los textos que aparecen en la vitrina es Historia general de la caricatura y la ironía plástica, por José Guadalupe Zuno.
Algunos de los cartones aparecen como anónimos, pero otros son de la autoría de los que en nuestros días serían calificados como “moneros”. Entre ellos están: Alejandro Casarín, Santiago Hernández, Constantino Escalante, Vicente Gahona, Joaquín Giménez, Jesús T. Alamilla, José María Villasana, José Guadalupe Posada, Tenorio Suárez, Jesús Martínez Carrión y Claudio Lunati, a quien se le adjudica ser el primero en realizar una caricatura política en nuestro país, en la revista El Iris. El cartón fue titulado “Tiranía”.
En las reseñas que aparecen en la pared de la sala, Agustín Sánchez González, investigador del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y responsable de la muestra, explica a la caricatura como único medio en el cual la sociedad podía saber lo que pasaba en el país, ya que la mayoría de la población era analfabeta y a través de los cartones se interpretaba lo que ocurría. También habla del entorno en el cual México estuvo encallado durante el siglo XIX. Aparecen mapas con los límites de lo que era el país y lo que es hoy.

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