En los pasillos del museo pueden observarse fotografías de los procesos de los murales, bocetos y reproducciones miniaturas como el de La Caja Plástica, donde se mostraba cómo el mural envolvía a los espectadores tanto en los muros, pisos y bóvedas de espacios, para lograr una experiencia inmersiva.
Tales logros los materializó el mural Ejercicio plástico, en una bodega de Buenos Aires, Argentina, o el de Por una seguridad completa y para todos los mexicanos, en el Hospital de La Raza, en la Ciudad de México.
«Siqueiros también fue escritor, uno de sus libros se llamó Cómo se pinta un mural, y generó muchísima polémica porque Orozco y Ribera dijeron que justo así no se pinta un mural».
«Él escribía mucho, fue político y militante, aguerrido como él solo (incluso participó en el ejército de Venustiano Carranza durante la Revolución Mexicana y como voluntario en la Guerra Civil Española, en el bando de los republicanos)».
Esta exposición parte de la curaduría original de la Sala de Arte Público Siqueiros y se realiza a propósito de las actividades de los 100 Años del Muralismo Mexicano por parte del Gobierno de Jalisco.
De hecho, es la primera vez que en el Museo Cabañas se encuentra al mismo tiempo la obra de tres grandes de la pintura en México: José Clemente Orozco, con los murales dentro del recinto; David Alfaro Siqueiros, con la muestra mencionada, y la exhibición del cuadro Sueño y presentimiento, de María Izquierdo, quien no pudo convertirse en muralista debido a la discriminación de género de la época.