Cuando los cambios vienen de la calle

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080616 ciudad y region fotos de la sesion extraordinaria del congreso del estado de jalisco. foto giorgio viera.

Las instituciones funcionan con presión desde la calle. Los movimientos sociales tienen la capacidad de encender activos, de tener impacto en las instituciones y, bien organizados, de frenar ciertas políticas. Eso es lo que ha ocurrido en México. Es falso el dilema de que debe hacerse política en la calle o en las instituciones. En ambas partes es lo correcto, afirmó Ignacio Marván Laborde, investigador del Centro de investigaciones y docencia económica (CIDE), quien participó como ponente en el XXII Encuentro Internacional de Ciencias Sociales, en la mesa redonda “Los movimientos sociales en su relación con el Estado”.
Un mayor espacio para los movimientos sociales en condiciones de competencia por el poder es particularmente válido para un sistema político como el mexicano, donde predomina la irresponsabilidad, la no respuesta de la clase política frente a presiones, además del descontento entre la gente en torno al gobierno y la percepción de que éste no funciona, pero no es responsable de nada.
Según encuestas recientes, el cuarenta por ciento de los ciudadanos rechaza al gobierno de Calderón, “y si uno rasca las respuestas, resulta que ninguno de sus programas de gobierno funcionan para la gente”, detalló el investigador.
Mientras predominen las características mencionadas en la democracia mexicana, los movimientos sociales pueden, deben y tienen que jugar un papel cada vez más importante.
Señaló que la democracia no es el monopolio de los partidos y el fin de los movimientos sociales. Por el contrario, “Dado que la competencia electoral es una lucha de élites por el poder —nos guste o no, eso es—, los movimientos sociales se convierten en actores fundamentales de cambio”.

También por internet
Los movimientos sociales no sólo pueden tener como ámbito de manifestación las calles, también internet. Las nuevas tecnologías pueden ser de gran ayuda. “Existen grupos sociales que se apoyan en éstas para propagar sus reivindicaciones y para tener presencia pública”, afirmó Raúl Trejo, profesor investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien habló sobre la manera en que los movimientos sociales utilizan las nuevas tecnologías de la información.
Actualmente hay movimientos sociales de toda índole, desde los defensores de las ballenas, los bicicleteros, los zapatistas, los partidarios de la pena de muerte, etcétera. En ocasiones hay tanta participación en línea de algunos de sus simpatizantes, que se pierde el activismo, la presencia en las calles y en el mundo.
Muchas personas se conforman con apoyar a grupos y causas sociales a través de internet. Esto da fuerza a los movimientos, pero limita la acción en las calles.

Definir
Ezequiel Tamayo Rodríguez, académico de la UdeG, definió al movimiento social como la sociedad en movimiento, formada por diferentes estratos, clases y sectores sociales. Los empresarios pueden formar un movimiento y expresar sus intereses, hacer marchas, plantear demandas y participar en la política; también lo pueden hacer personas de estratos sociales medios y obreros.
Indicó que los movimientos sociales no pueden verse de manera romántica, puesto que están imbuidos en lo humano. No necesariamente buscan el bien, sino la representación de intereses sectoriales o de clase. “Hay algunos que buscan un cambio hacia la izquierda, pero hay otros que buscan la recuperación de privilegios perdidos o de espacios que han sido reducidos”.

Nada de partidos
Por su parte, Jorge Alonso Sánchez, investigador de la UdeG y del Centro de investigación y estudios superiores en antropología social (CIESAS), indicó que los grupos cívicos que lucharon por abrir la democracia y empujar la transparencia electoral en este país están totalmente desalentados, no quieren saber nada de los partidos. “Por dos sencillas razones: los partidos les dieron la espalda y no responden a los intereses de los ciudadanos”.
Jorge Alonso participó como ponente en la mesa “Los movimientos sociales en relación con los partidos”.
“Los partidos ven por sus propios intereses inmediatos y no por los intereses reales de la sociedad. Vean lo que pasa a nivel local con el Congreso del Estado. Es lamentable. En lo único que se ponen de acuerdo los diputados es en aumentarse sueldos, darse bonos, asignarse más dinero del erario para sus partidos. Algunos partidos son supermillonarios en un país muy pobre. Esto al momento de entrar a una crisis muy severa es realmente escandaloso”.
Además, los partidos políticos están peleados entre sí. Tienen grupos diferentes, consignas distintas, no se puede saber cuál es realmente la línea de cada uno. Hay quienes piensan que los organismos electorales deben rescatarse para que vuelvan a ser ciudadanos, pero para esto sería necesario un movimiento cívico muy potente que no existe en este momento. Esto no significa que haya apatía, tampoco que la gente esté desinteresada por la cosa pública.
Que la gente no vaya a votar y se manifieste de otras maneras no quiere decir que sea apolítica, sino que está haciendo la crítica de la política por otros medios. Hay movimientos sociales en México a los que ya no interesan ni los partidos, ni la política, sino encontrar espacios al margen del Estado y del capital para resolver su vida cotidiana y convivencia local.

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