COVID-19 desató desconfianza y populismo en algunos países

Donatella della Porta recordó que la pandemia llegó cuando la democracia ya sufría crisis, y John Keane denunció que hubo países que alentaron la muerte de adultos mayores

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Durante la pandemia, en varios lugares del mundo, han surgidos protestas en contra de las políticas implementadas por los gobiernos. Foto: Internet
La pandemia del COVID-19 desató desconfianza en las instituciones, resurgimiento de discursos populistas y el menosprecio a la vida de los adultos mayores, así lo discutieron Donatella della Porta y John Keane durante la mesa “Gobernar en la epidemia. Los desafíos del autoritarismo para las democracias”, moderada por el politólogo Jesús Silva Herzog, en el marco del programa FIL Pensamiento.

Donatella della Porta, directora del Centre for Social Movements Studies, de la Escuela Normale Superiore de Florencia, dijo que una pandemia se equipara a una catástrofe natural o a un conflicto armado de gran magnitud.

“La guerra o las catástrofes pueden producir disrupciones en el contexto democrático. Sin embargo, también pueden producir innovación. Por ejemplo, las guerras han estado asociadas con el crecimiento del estado de bienestar, aunque también con las tendencias liberales después de que termina la guerra. Hay una polarización, y lo que observamos es que los conflictos preexistentes adquieren una nueva fuerza durante la pandemia”, reflexionó la socióloga y científica política italiana.

La pandemia, explicó, llegó en un momento en que de por sí ya era crítico para la democracia liberal, un momento en el cual, a través de una secuencia de eventos rápidos, hubo crisis financiera y ambiental, que se volvió muy evidente; y una crisis de responsabilidad política.

“Esto es en instituciones representativas, instituciones estatales, que a los ojos de los ciudadanos no se están desempeñando bien. Hay una reducción de la confianza y un intento de (algunos para aprovecharse y) tener participación política a través de los procesos electorales. Ya era en sí un momento en que la democracia, en su forma de democracia liberal, enfrentaba desafíos. También hubo otro tipo de desafíos como la desigualdad, que ha crecido mucho dentro de un mismo país y entre los países. El llamado neocapitalismo liberal, que trajo consigo un aumento de desigualdad y creciente descontento”, subrayó.

Della Porta añadió que ha aumentado el racismo, han surgido líderes populistas de derecha, quienes activamente han reducido las libertades y se definió la pos-democracia en el sentido de que los regímenes han reducido la capacidad para intervenir y otorgarle a los ciudadanos sus derechos.

John Keane, director de Iniciativa para la Democracia de Sidney, Australia, incluso usó la palabra “gerontocidio” (asesinato masivo de adultos mayores) para referirse a las prácticas alentadas por algunos gobiernos como Gran Bretaña o Texas, en Estados Unidos de América.

“Agregaría a la lista que el geronticidio ha sido permitido, la muerte innecesaria y prematura de los ciudadanos que están envejeciendo. Eso estuvo muy claramente en la operación de las primeras semanas en Gran Bretaña. El número calculado de las personas infectadas, el número de muertes de la tercera edad, ni siquiera estaba incluida” dijo Keane, autor del libro Vida y muerte de la democracia.

“El gran espectáculo del Vicegobernador de Texas, quien se atreve a decir en la televisión que los abuelos en Estados Unidos deberían de considerar la posibilidad de que ya es tiempo de irse —agregó—, y que deberían estar dispuestos a hacerse a un lado para permitir que sus hijos y sus nietos pudieran tener un futuro positivo. El geronticidio ha ocurrido y debe de ser llamado por su nombre”, subrayó el politólogo y profesor australiano.

Recordó que, durante pestes y pandemias, se agudizan los efectos disfuncionales de las instituciones, tal y como lo han abordado autores como Albert camus, en La peste; José Saramago, en Ensayo sobre la ceguera o en La historia de la Guerra del Peloponeso, de Tucídides.

“Que describe una plaga, probablemente tifus. Un tercio de la población de Atenas democrática muere. La ilegalidad, la impunidad como él la describe, hace erupción. Podemos ver el lado negativo que ya se ha manifestado. Podemos ver el efecto decadente en los espíritus y en las instituciones de la democracia”, apuntó.

Sin embargo, señaló que hay aspectos positivos, pues existen naciones como Taiwán, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Uruguay y Australia, donde hay buenos resultados de los gobiernos durante la pandemia. Estos casos tienen ciertas características en común: se prestó atención al consejo médico y hubo conferencias de prensa de los directores médicos, con información clara.

“Los gobiernos en estos casos se ocupaban de dirigir mensajes claros, sin mentiras, sin patrañas, sin mensajes mixtos del tipo de Boris Johnson”, apuntó.

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