Conrado Morales

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Sentado en el piso de madera, recargada la espalda en la pared de espejos y las piernas extendidas hacia un ventanal opaco que llena el cuarto de ensayos de luz y la sombra fragmentada de la copa de un árbol, Conrado Morales puede estarse una hora entera hablando sin cambiar de postura, las piernas le cosquilleen o se le entuma alguna cosa. Normal en un bailarín. Lo que no se esperaría de alguien a medio ensayo es que un olor dulce lo envuelva, y que entre sin reparos a una explicación amplia del estudio de los seres celestiales, el tema central de Angelorum, la obra que estrena este martes 27 de septiembre a las 20:00 horas en el Foro de Arte y Cultura, como parte del XIV Festival de Danza Contemporánea Onésimo González. La entrada es libre, pero requiere boleto, a solicitud en la Coordinación de Danza de la Secretaría de Cultura o en el correo: odarnocselarom@hotmail.com.

Angelorum
Durante 17 años he estudiado el tema de los ángeles en sus diferentes ortodoxias y jerarquías, así que después de un montaje tan oscuro y fuerte como Thanatos, decidí hacer esta obra como un descanso. Además, queríamos hacer algo nuevo para el Onésimo González, que es el festival más importante que tenemos. El tema es el pensamiento mágico y sus personajes son seres brillantes, seres de luz que descienden, encarnan y vienen a formar parte de la Tierra. A pesar de que tiene mucho de teatral y de interpretación, Angelorum no cuenta una historia: es una coreografía visual y conceptual, surrealista y psicodélica, que consiste en seis cuadros escénicos enlazados mediante la voz de una soprano.

Caída
La angelología es una tradición antigua, pero me he permitido ser libre y enfocarme en la caída: después de encarnarse, mis angelinos y angelinas caen en el pecado, en las muchas tentaciones que hay aquí, principalmente en la lujuria, ¿por qué no? Esto puede sonar contradictorio, porque teológicamente se sabe que los ángeles son asexuales, pero la idea es que al momento de encarnarse por fuerza adquieren una misión más femenina o masculina, y es ahí donde los toca la tentación.

Arjos
No es fácil ser un grupo profesional de danza contemporánea, pero ya tenemos cinco años y una docena de obras completas en repertorio. Yo soy el director creativo, pero veo la dirección como un trabajo amplio, en conjunto y colectivo. Sí, yo propongo una idea que se ha formado en mi cabeza, pero la danza surge del cuerpo mismo, de la improvisación y la experimentación de todos.

Bailarín
Me fascina el trabajo creativo y conceptual. Todo el tiempo estoy pensado en el siguiente tema, el siguiente montaje, pero sobre todo soy un bailarín. Empecé muy joven y ahora, 26 años después, sigo teniendo la necesidad de bailar, bailar todo el tiempo. Han cambiado muchas cosas en mí y en la danza durante ese tiempo, claro, pero sobre todo el carácter, la conciencia. Si hay una ventaja de ser bailarín en esta época es que uno puede seguir siéndolo hasta los cien años si quiere. Por supuesto hay que mantener una disciplina sólida y los músculos fuertes, pero no sólo el ballet puede dar eso. Hay muchas otras técnicas que te lo permiten. Sobre todo es porque le dedico mi vida a esto: hago ocho horas de trabajo físico todos los días, a veces más: tras una noche de función no me canso, al contrario, estoy bien puesto para irme a bailar al antro. Soy como una olla de presión: si no bailo, exploto.

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