Conflicto: politizan problema hídrico

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La cuenca Lerma Santiago Chapala es uno de los cuerpos de agua más importante del país desde el punto de vista social, económico y ambiental, pero también uno de los más contaminados, después del río Papaloapan, en Veracruz. Tanto, que resulta imposible que retome su estado original de limpieza, porque gobierno, universidad y población no trabajan vinculados para hacer frente al problema, afirmó el doctor Jorge Ramírez, coordinador general de la Red Lerma, del Centro Interamericano de Recursos del Agua e investigador de la Universidad del Estado de México.
La Red Lerma es una organización constituida por seis universidades del país, dedicada al desarrollo académico y tecnológico para determinar el estado actual de la cuenca, que además de recorrer nueve estados de la república y proveer de agua a más de 17 millones de habitantes, cubre nueve por ciento de la demanda de la ciudad de México y 100 por ciento de la zona metropolitana de Guadalajara.
En entrevista, Jorge Ramírez dijo que “lo que ha faltado es una gestión articulada, para que decisiones y acciones pertinentes solucionen este problema”.
De acuerdo con el investigador, se han mal empleado los recursos ecológicos, a causa de problemas de gestión. “Quienes demandan los recursos con respecto a las actividades agrícolas y urbanas, han trabajado de manera egoísta y separada, lo que nos ha llevado a un nivel critico en cuanto a la contaminación”.
La cuenca es una de las más sobreexplotadas, con mayor grado de contaminación de sus aguas superficiales y subterráneas, por el fuerte desarrollo urbano, agrícola e industrial, sobre todo en el tramo Lerma-Chapala, que abastece de agua a tres mil 500 industrias y a 14 ciudades con más de 100 mil habitantes, lo que representa el 10 por ciento de la población total del país.
Sus recursos naturales y ecosistemas presentan un alto deterioro.
La cuestión hídrica se ha politizado y es un punto de conflicto intergubernamental. Prevalece una desarticulación programática institucional y entre los tres niveles de gobierno involucrados. Además, que hay una escasa o nula influencia de la participación social organizada en la definición de políticas públicas.
Las universidades e institutos y sus grupos académicos y de gestión, están desvinculados en la toma de decisiones y su actuación es aislada y con un impacto limitado en el amplio y diverso contexto de los problemas de la cuenca.
No existe un modelo de gestión integrado que logre construir el acuerdo social y el arreglo interinstitucional requerido para hacer frente a la crisis ambiental, social y económica que afecta a la cuenca. Según el investigador Jorge Ramírez, faltan más investigaciones y mayor desarrollo de vínculos con la población, porque las comunidades aledañas a la cuenca trabajan de manera solitaria. En cambio, las investigaciones universitarias se enfocan a problemas puntuales.
“Necesitamos ser más profundos en cuanto a la problemática, abordarla desde el punto de vista multidisciplinario para desarrollar esquemas de trabajo interinstitucionales que abarquen a los gobiernos federal, estatal y municipal, así como a las universidades y la población”.
Ramírez ejemplificó lo que sucede en el caso del Estado de México: el gobierno estatal y federal se han reunido para atacar los problemas de contaminación, pero falta capacitación a escala municipal y para la población.
“Actualmente estamos colaborando con el gobierno del Estado de México para el desarrollo de una mesa técnica de educación ambiental, porque el actor principal es la población. Estamos implementando acciones para involucrar de manera directa a la población.
“Además, la educación ambiental en el país es deficiente, pero se han comenzado labores importantes a nivel federal y en algunos estados de la república. “Se ha trabajado en educación básica, pero tenemos que hacerlo con las personas adultas, ya que ellos constituyen la fuerza que puede llevar a cabo implementaciones de tipo ecológico”.
La Red Lerma (constituida por la Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad Autónoma de Querétaro, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universidad de Guanajuato, Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma de Nayarit) ha laborado de manera importante en la difusión científica y de ciencias sociales para mantener el dedo en el renglón y hacer llegar la información de esos conocimientos a todos los niveles de la población.

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