Con el cerebro a cuestas

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El cerebro de un ser humano pesa alrededor de un kilo 250 gramos, en el resto de los mamíferos el tamaño de la cabeza va de acuerdo con el tamaño del cerebro.
En dos mesas rectangulares hay peceras, cuyo contenido no tiene vida y no está a la venta. Se trata de cerebros de borregos, caballos, ratas, perros, cerdos y gallos.
Durante la charla, mientras Silvia López Pérez y Mónica Ureña Guerrero limpian los cristales, el órgano flota en formol y glicerina para ser conservado. Explican: lo que más genera es interés. La pregunta más común es si se venden. Incluso hay niños cuya primera expresión es: “¡Guácala!”, aún así las miradas se clavan en esta colección mostrada en la Semana del Cerebro de Jalisco.
Sus organizadoras, López Pérez, Ureña Guerrero y Marisela Hernández González, recibieron el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2008, en la categoría de divulgación, por este espacio realizado en tres ocasiones consecutivas.

¿Cuál es la motivación para estudiar este órgano?
Me parece que el estudio del sistema nervioso es fundamental para conocernos, ya que somos producto de las capacidades de nuestro cerebro. Se estima que cerca del 25 por ciento de enfermedades humanas están relacionadas con el sistema nervioso.
Es un área compleja y sencilla a la vez. En los primeros años de licenciatura, las personas que más me influyeron fueron los neurobiólogos. Además de su importancia biológica y médica, es interesante ya que da cuenta de nuestra existencia. Todas las cuestiones importantes del ser humano: sentimientos y dolores, vienen del cerebro.

¿Qué representa la Semana del Cerebro?
Una oportunidad y un compromiso para divulgar lo que hacemos. Nos pasamos la vida en el laboratorio y en ocasiones es difícil que la población se dé cuenta de nuestros estudios. La meta es que conozcan las funciones de este órgano e influir en cambios de hábitos y por tanto mejorar la calidad de vida de la población.
Además, es de las pocas ciencias que salen a la calle. Ha sido un proceso de cambio, que los investigadores salgan y den una plática a niños y adolescentes. Cuesta trabajo porque estamos acostumbrados a hablar con con lenguaje técnico. Entonces, es un esfuerzo para dialogar de las cosas más maravillosas que hay en nuestro sistema nervioso, pero con el lenguaje más sencillo.
Este foro debe de crecer, ya que hemos tenido experiencias satisfactorias. Que llega el público en general; por ejemplo, mujeres que sufren violencia con sus parejas, que tienen problemas emocionales y se acercan a nosotros. Significa una responsabilidad que ojalá en los próximos años se siga realizando.

¿Cuáles son logros de este espacio?
Tan sólo en dos años (2007 y 2008) la Semana del Cerebro ha visitado 50 escuelas. También fuimos a comunidades alejadas de Guadalajara, a varias telesecundarias y comunidades rurales, donde la gente nos recibe muy bien.
Durante esta jornada hay diversas actividades: conferencias y exposiciones. También se realiza la Expo Feria del Cerebro. La gente que va es incontable. En la VíaRecreactiva hubo mesas y talleres para niños dirigidas por psicólogos y educadores en donde se le explica algunas cuestiones del cerebro de manera muy sencilla”.
También se realiza la exposición de carteles de divulgación, en la Galería de Arte de la Estación Juárez del Sistema del Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara. También lo consideramos un logro ya que la gente que pasa todos los días puede ver algo de semana del cerebro reflejado en avisos fáciles de entender.

¿Cuál es su sentir respecto a este premio?
(Mónica) Para las académicas es muy satisfactorio. El reconocimiento de Coecytjal cayó en buen momento. Nos facilitó las cosas. Invertimos lo que nos dieron en la organización del 2009 y también nos creó un compromiso para seguir. El premio nos vino a gratificar, sobre todo emocionalmente.
(Silvia) El premio fue para la Semana del Cerebro. Lo compartimos con mucha gente: más de 30 investigadores, personal de apoyo, familias e hijos. Estamos contentas ya que hemos logrado el apoyo de muchas instituciones educativas,gubernamentales, entre otras. A pesar de que nos hemos enfrentado a la dificultad de que en este medio, la divulgación de la ciencia a veces, no es bien recibida.
(Marisela) Es un privilegio, ya que podemos llevar estos eventos a niños, para que con juegos en plastilina, dibujos, telas y gráficos, conozcan el papel que desempeña nuestro cerebro y cómo funciona. Su meta es institucionalizar el proyecto y que exista un recurso económico fijo para su realización.

Primera persona
Silvia López Pérez es doctora en ciencias biomédicas. Estudia el daño temprano al cerebro por asfixia. Mónica Ureña Guerrero es doctora en ciencias biomédicas y trabaja con modelos experimentales para caracterizar la epilepsia. Marisela Hernández González es doctora en fisiología, sus estudios abarcan la neurofisiología de la conducta reproductiva. Son profesoras investigadoras de la UdeG.

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