Cine en la cafetería

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Cuatro periodistas tienen un terrible fin después de adentrarse en la selva amazónica. Ellos quieren hacer un reportaje sobre las tribus que ahí habitan. Los rumores sostienen que todavía practican el canibalismo. Dos meses después de su desaparición, un grupo de rescate es enviado para averiguar qué fue de ellos. Lo único que encuentran es el material filmado, testigo de lo que les ocurrió en Holocausto caníbal (1980), el falso documental de Ruggero Deodato.
Deodato realizó un excelente trabajo, tan real, que muchos espectadores creyeron que el horror que contemplaban en la pantalla era auténtico. Holocausto caníbal, un largometraje polémico, considerado por sus detractores como un filme que despierta en el espectador morbo y asco; y por sus defensores como una denuncia hacia la opresión del tercer mundo, será exhibido dentro de “Cine en circuito cerrado”, programa que comenzará en agosto y concluirá en su primera etapa en octubre.
La entrada es libre. “No va a ser necesario que los asistentes consuman para ver las películas”, informó Darío Armando Flores Soria, académico del CERyS e involucrado en la organización del proyecto.

Documentales falsos
En la primera etapa de “Cine en circuito cerrado” serán exhibidas películas de ficción que utilizan recursos estéticos del documental. En total proyectarán 14 filmes, entre éllos El cazador de Trolls (2010), del director André Ovredal. Esta película narra la historia de un grupo de estudiantes que trata de develar un secreto de Estado: la existencia de una población secreta de trolls que viven en la zona del polo norte de Noruega, y La leyenda de DJ Frankie Wilde (2004), de Michael Dowse. Filme del Reino Unido basado en la trágica vida del DJ Frankie Wilde, que culmina con una misteriosa desaparición en escena.
El proyecto de la bruja de Blair (1999), de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, también será proyectado. En este largometraje tres jóvenes entran a un bosque de Maryland para rodar un documental sobre una leyenda local, pero desaparecen. Un año después la cámara que utilizaron para filmar es encontrada. Ésta muestra los eventos que desencadenaron en las tres misteriosas desapariciones.
Otras cintas son Zelig (1983), de Woody Allen; Borat (2006), de Larry Chaeles; Monstruoso (2008), de Matt Reeves; El último exorcismo (2010), de Daniel Stamm y El cuarto contacto (2009), de Olatunde Osunsanmi.
Los cafés André Bretón, Caligari, Quimera Café, Rojo Café, La Pulkata y Casa Caracol son los recintos donde exhibirán los filmes. “El propósito es crecer y lograr extender el proyecto a los municipios de la zona metropolitana y posteriormente a los centros universitarios de la red”, afirmó Luis Ignacio Mireles Rangel, coordinador del CIEC.
“Uno de los objetivos del falso documental es advertir a la gente de que mucho de lo que consume visualmente en realidad son montajes ficcionados. Éstos pueden elaborarse en torno a la política y abarcar también documentales científicos”, explicó Darío Armando Flores Soria.

Un proyecto universitario
Detrás del proyecto está la Universidad de Guadalajara, a través de la Coordinación de Extensión y Difusión del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), el Centro de Investigaciones y Estudios Cinematográficos (CIEC), Los departamentos de Filosofía e Historia y el Centro de Estudios de Religión y Sociedad (CERyS). Entre los organizadores también funge el Colectivo Cine Atmósferas 581.
“Queremos que esto cobre forma y abarque públicos heterogéneos: adultos, jóvenes, estudiantes y los que no lo son”, externó ílvaro Fernández Reyes, coordinador de la Red de Investigadores de Cine y académico del CIEC.
La difusión de “Cine en circuito cerrado” será a través de medios electrónicos. Además está considerada la creación de un blog para difundir información y propiciar la discusión en torno a las películas. Al inicio del ciclo habrá una charla introductoria en la que los investigadores explicarán qué es el falso documental y su relación con el cine de ficción.

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