Chocolate y cultura de exportación

713
Catalina Modesta S‡nchez JimŽnez Presidenta del grupo MENA (Mujeres Envasadoras de Nopal de Ayoquezco, Oax.) Archivo

Fueron tres días de muchos componentes. Desde el primer momento, se asentó la interrelación entre los países visitantes. No era para menos. En el calendario maya quiché, ese día (11 de noviembre) aparece el símbolo de la red, de la conexión. Un rito sagrado de estos “hombres de maíz”, como son los mayas, puso en marcha la  V Feria de la Innovación Social de América Latina y el Caribe, que organiza la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), y que este año tuvo su sede en la capital guatemalteca.
Ahí, bajo la sombra de la ceiba, otro símbolo que  identifica a ese pueblo centroamericano, los asistentes supieron que habían llegado hasta ahí a aprender algo, a extender sus lazos de cooperación, como lo dejó en claro  Pedro Yac, al hacer el saludo de bienvenida.
Orgulloso de su cultura, Pedro dio la pauta para lo que se viviría los días de Feria, ahí en la Universidad de San Carlos de Guatemala, USAC: una relación profunda con la naturaleza. “Porque si no entendemos que somos parte de la  naturaleza iremos a la destrucción… si nos volvemos de plástico, nos volvemos desechables”. Y es que una de las constantes en los proyectos presentados  a concurso en esta V edición de la Feria de Innovación Social, es precisamente el respeto a la naturaleza.
La V Feria de la Innovación Social es un catálogo de historias de vida, de historias que están siendo exitosas, ya que detrás de cada uno de las  13 experiencias finalistas hay seres humanos que buscan desde su gestión ciudadana, salir de la marginación y  la pobreza. Y es que datos  proporcionados por  la CEPAL, hablan de que en la región hay 184 millones de pobres y 71 millones que viven en pobreza extrema.
Este año, México obtuvo el segundo lugar. Un proyecto que ha generado dinero, a  la par del desarrollo agrícola y social del pueblo de Ayoquesco de Aldama, Oaxaca. La señora Catalina Modesta Sánchez, presidenta de MENA, desde México, y el señor Félix Cruz en Estados Unidos, son representantes de organismos ciudadanos, integrantes de la Fundación para la Productividad en el Campo, A.C. (FUPROCA).
Lo innovador aquí es que las remesas de los migrantes oaxaqueños, aunado al trabajo de las mujeres, sirvió para el establecimiento de una planta procesadora de alimentos nostálgicos de Oaxaca. Félix Cruz,  migrante  que vive en San  Diego, California, es el presidente de Chapulin Distributors, Inc, y el grupo MENA (Mujeres envasadoras de Nopal), están haciendo posible  que los productos “nostálgicos” como el mole, nopales y chocolate, además de otros de origen orgánico, estén  llegando al mercado latino en Estados Unidos. Y pretenden crecer a otros mercados.
La historia de estos oaxaqueños es ejemplar. Doña Catalina, una humilde vendedora de nopales en el mercado (también ex trabajadora migrante), empezó a organizarse en 1999 con otras 200 mujeres del pueblo, un pueblo de menos de seis mil habitantes, con poca agua y de pilón con un río contaminado,  y cuyos hombres en su mayoría emigran a Estados Unidos.Â
Doña Catalina, ahora toda una empresaria, que fue invitada por Hillary Clinton como representante de las mexicanas a un evento en su país, recuerda que antes no tenía ni para “una ropa digna, estudios para mis hijos”, ahora, ya es dueña —igual que las otras mujeres—, de su propia parcela.
Las mujeres primero se organizaron, luego se capacitaron técnicamente, y buscaron apoyos tanto del gobierno estatal como federal, hasta que fueron creciendo poco a poco. Ahora sus parcelas están certificadas, evaluadas constantemente, cumplen todas las especificaciones que exigen los mercados extranjeros. El “no puedo” no existe para mí, dice doña Catalina, y agrega “ahora puedo hasta pagar a otros, doy empleo a otros. Estoy generando dinero para otras familias. Todas las socias hacemos lo mismo y vendemos productos de calidad”. Doña Catalina, ha cambiado, igual que su pueblo, igual que su marido quien  no aprobaba que su mujer anduviera en la calle, la regañaba y hasta la golpeaba.Â
“Uno estaba dominada por el hombre, pero las cosas cambian”, dice con vivacidad. Su marido la alienta y respeta. Ahora él trabaja en el campo, tiene su parcela —que Catalina compró con el dinero que enviaba— ya no necesita volver a las cosechas en Estados Unidos. Tienen cuatro hijos.
La planta procesadora de alimentos nostálgicos está creciendo, gracias al apoyo de los que están “al otro  lado”, como don Félix Cruz, quien pizcaba en campos de San Diego, California desde 1995. Un hombre muy activo y con mucha visión empresarial. Salió de su pueblo buscando una oportunidad y ahora al evaluar los beneficios que se han generado en su comunidad a raíz del proyecto binacional, señala que en el pueblo han estado recibiendo gente de todo el mundo que se interesa en lo que están haciendo, tanto que el corporativo un día construirá un hotel y restaurantes, “este proyecto nos ha llevado a ampliar nuestra visión de oportunidades en nuestra región”.
Don Félix es bilingí¼e, se ha preparado en áreas  de negocios. Gracias a ello los productos “nostálgicos” ya tienen presencia en cinco condados de California, y en Washington, y gracias al tremendo empuje que mantiene el equipo pretende incursionar en mercados europeos.
Para él, la historia de la ahora empresa es muy  gráfica. En 1999 comienzan las reuniones entre los migrantes y MENA. En el 2001 se consolida la idea y parte de los ahorros se invierten en el proyecto. En  2004 se abre una cuenta de banco en Estados Unidos donde aportaban las inversiones para el proyecto. Luego se consolidó el corporativo Chapulin, se hicieron estudios de mercado, y  manejo de negocios. Año 2006 inicia la construcción de la planta procesadora CANO, con el  72 por ciento, de capital de MENA,  33 por ciento  Chapulin, y  5 por ciento de la Fundación.
El señor Félix, además de socio accionista, es quien dirige  su comercialización como secretario ejecutivo del ahora corporativo. Cada frasco de nopales, de mole, cada barra de chocolate, encierra una historia, y ellos están para contarla.

Artículo anteriorAxel Medellín Machain
Artículo siguienteConvocatoria SEMS /Resultado Programa de estímulos CUAAD