Carlos Chimal: “El libro científico es el patito feo y no debería serlo”

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ZACATECAS, ZACATECAS. 2 ABRIL 2010. EL ESCRITOR CARLOS CHIMAL. FOTO: SARA ESCOBAR / MILENIO DIARIO

Más allá de las explicaciones sociológicas, psicológicas o subjetivistas del porqué son iconos del arte algunas obras como Las Meninas o La Gioconda, el escritor y divulgador de la ciencia Carlos Chimal intenta responderlo desde el punto de vista científico y se convierte en un pionero al abordar el arte español y el arte mexicano en su libro Los brazos de Venus.
Dicha publicación cuya intención según el autor, es hablar de las relaciones históricas, la investigación científica y la invención pictórica será objeto de una charla en el Coloquio Internacional de Cultura Científica, en el marco de la FIL.

¿Qué beneficio tiene para la divulgación científica, este tipo de encuentros?
Son muy importantes y justamente en la Feria del Libro porque el libro es el epítome de la cultura. Es el vehículo más estable sobre el que se ha construido la civilización. El libro científico siempre está a un lado, es el patito feo y no debería ser así, estos espacios deberían cubrir más tiempo e importancia, estar otros autores tratando de hablar de esto. La gente que asista (a la conferencia), pasará un rato muy sabroso sobre ver buenas reflexiones de pinturas que muchos han visto pero que no las han visto con esos ojos.
Queremos que la gente que asista a la feria tenga más elementos que estudiar, por eso la divulgación de la ciencia no es tan fácil, pero yo creo que sólo lo difícil es bello.

¿Qué tan conscientes estamos de la existencia de esta relación?
En general, en el mundo es muy poca la conciencia que existe sobre la relación entre la ciencia y el arte, de hecho mi libro sobre el que va a tratar la conferencia, Los brazos de Venus publicado por CONACULTA y ADN es el primer libro en el mundo que se ocupa de estos temas. Es el primer libro en el mundo que habla del arte español, el arte mexicano desde el punto de vista de la ciencia.

¿De dónde nace la idea de mezclar ciencia con arte?
Surgió de repente, porque después de tantos años de estar yendo y viniendo, soy un viajero empedernido. Yo no soy de los escritores científicos que se queda en su casa a esperar que le llegue la noticia, yo voy a los laboratorios a preguntar, que es lo que yo hago. Yo no se nada, lo que trato es de ser fiel y no tergiversar, no distorsionarlos. Así que viajando encontré muchos museos alrededor de estas ciudades, soy novelista fundamentalmente. Desde Boston, cuando publicaba con Octavio Paz en la revista Vuelta, exploré alguno de esos temas, entonces Octavio Paz me llamó la rara avis de la literatura mexicana.

¿Qué motivos ha identificado como principales por los que la gente no elige libros de ciencia?
Todo mundo debería pensar algo que es muy importante, hay que leerlos (libros de ciencia) para ser mejor, es como subir una montaña, sí, lo difícil será subirla pero te aseguro que desde allá arriba la vista será inmejorable.
A veces la gente pone pretexto que no tiene dinero, pero bueno si sólo tienes 5 pesos para la torta, que sean 2.50 para la torta y 2.50 para el libro, y no seguirnos consintiendo, de por sí los mexicanos somos una bola de flojos, tenemos que ponernos las pilas y superarnos.

¿El uso de medios electrónicos favorece la divulgación científica?
Son medios inventados por la ciencia. He visto que en la sociedad ya cada quien toma la tecnología como quiere, hay uno que sí la toman para cultivarse, para comunicarse, otros para hacerse más estúpidos.

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