Sólo 10 por ciento de los celulares usados se reciclan, lo cual es un gran problema porque del resto, el 40 por ciento, se encuentran guardados en casas, en bodegas o rolan por aquí y por allá, y el 50 por ciento va a dar a los rellenos sanitarios o a basureros no controlados, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Por ello, Campus Party y la empresa iBelieve Reciclaje acordaron hacer una campaña de sensibilización entre las 15 mil personas que participarán en este gran evento, para colocar contendedores en donde la gente deje su viejo celular, que será reciclado para no contribuir con el deterioro del medio ambiente.
iBelieve Reciclaje, con apoyo del Instituto Jalisciense del Emprendedor (IJALDEM), es una empresa conformada por siete jóvenes, cinco de ellos del CUCEA, uno de la Universidad del Valle de México y otro más del Tec de Monterrey. Ellos saben que el de la basura tecnológica puede ser un buen negocio, pero desean imprimirle el factor social.
“No es de recoger el celular y ya, queremos crear el vínculo entre un problema y las personas. Hay un problema ecológico por la basura y nos hace falta sensibilizarnos de que podemos ser parte del cambio”, comenta Gerardo Hernández, quien encabeza a este grupo de jóvenes empresarios.
Y parte de la sensibilización pasa por la información. El promedio de vida útil de un Smartphone va de tres a cinco años, y en este momento se calcula que hay alrededor de 90 millones de celulares en México, de acuerdo con el análisis de Global Strategic Marketing Alliance (GSMA), citado por la SEMARNAT. Si se sigue reciclando una cantidad mínima, a mediano plazo los materiales que conforman un celular (plástico, cerámicas, cobre, oro, aluminio y otros metales) provocarán un deterioro mayor de nuestro planeta.
Desde hace un mes, la organización de Campus Party promociona esta campaña de reciclado entre los jóvenes que asistirán al evento. También en las redes sociales ya se lee #ReciclaTuCel en @Campuspartymx. Posteriormente, iBelieve Reciclaje se compromete a informar del destino final de los aparatos que hasta hace poco sirvieron para mandar un twit o postear una selfie.
