Cambio climático problema no prioritario

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En México existen diversas percepciones sociales sobre el cambio climático. Por un lado parece un problema no prioritario y lejano a nuestro entorno. Por otro, tiende a ser catastrofista y carece de información adecuada en cantidad y calidad.
El investigador del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas (IMACH), Arturo Curiel Ballesteros, indicó que de acuerdo con estudios realizados por esta dependencia, han encontrado que para los jaliscienses los problemas prioritarios son la basura, la contaminación del agua y la deforestación.
Lo anterior fue comprobado durante un recorrido por el núcleo Tecnológico, de la UdeG. A diversos jóvenes les preguntamos sobre ¿Cuales son los problemas ambientales de su entorno? Respondieron principalmente que la basura, la falta de árboles y la contaminación.
El tema del cambio climático no fue señalado. El investigador universitario explicó que se debe a que somos la primera generación que lo enfrenta. Además, no es tan perceptible a los sentidos.
Aun cuando hay más información en los medios de comunicación, los círculos estudiantiles y hasta en las películas, existe poca sensibilización al respecto. Hay contradicciones entre práctica y teoría sobre el problema. “Una cosa es que la gente lo conozca y otra que lo incorpore como una prioridad” en sus conductas.
Según otros estudios realizados por el IMACH entre alumnos de biología del CUCBA, las mujeres se perciben más vulnerables ante el cambio climático, en comparación con los hombres.
Dicho resultado coincide con la opinión de Carlos, estudiante de la licenciatura en ingeniería en computación: “No veo un riesgo. La cuestión es acoplarse a cada cambio de clima”.
Curiel Ballesteros añadió que los mexicanos tienen la visión de que el fenómeno ocurre en otros sitios del mundo, lo que nos pone en mayor vulnerabilidad, puesto que no se actúa.
El estudioso del Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM), de la UdeG, Ulises Ramírez, dijo que existe cierta cultura en torno al cambio climático, pero es posible que no esté al cien por ciento apegada a la realidad. “La población debe acercarse a la academia y a los investigadores, puesto que es común hablar de cambio climático y se cree que es lo mismo que el efecto invernadero, por ejemplo”.
En ese sentido hay que ser puntuales, pues el efecto invernadero es un proceso natural, que siempre ha existido y sin el cual no habría vida. “Sin embargo, hemos incrementado este fenómeno a tal grado, que produce calentamiento global. Dicho aumento de temperatura comienza a desencadenar efectos en otros componentes del sistema climático terrestre: plantas, animales, humanos, pero también en la distribución del agua, el suelo, la atmósfera. Tendríamos que crear una cultura más apegada a lo científico que a lo mítico o a los rumores”.
Ulises Ramírez comentó que la mayoría de las personas tienen una visión catastrofista del fenómeno y de lo que le ocurrirá al planeta.
De hecho, así lo expone la joven María del Carmen: “a falta de conciencia de ciertas personas, el mundo se va acabar y todos nos vamos a morir más rápido de lo previsto”.
O como ocurre con “muchas películas, como: El día después de mañana, que en algunas cosas exageran los resultados o en los tiempos en que se puedan provocar”.

Impacto en México
El investigador del IAM comentó que a pesar de que hay indicadores de cambio climático en el mundo, tales como el aumento de la temperatura promedio, el del nivel del mar y la desaparición de especies vegetales y animales, aún en México no se puede asegurar el impacto.
“En México desafortunadamente no podemos asegurarlo, porque no tenemos los estudios suficientes para aseverar que es un hecho consumado. Eso no quiere decir que no hay un impacto en nuestro país. Debe haberlo, pero no está medido y por lo tanto no se puede afirmar”.

Acciones
En nuestro país es necesario cambiar hábitos y actitudes para disminuir el problema, agregó Ulises Ramírez. “De qué sirve preocuparte, si no haces nada. Lo más importante es ocuparte, por ejemplo, hacer un uso eficiente de la energía, ya que la energía que usamos es producto del combustible fósil, porque en teoría el cambio climático aumenta los gases de efecto invernadero”.
Por ejemplo, en México el 90 por ciento de la energía eléctrica es producida por termoeléctricas, las cuales requieren de gasolina, diesel, gas natural y combustóleo. De esta manera se emite una gran cantidad de contaminantes.
“En el caso del agua, el vital líquido no llega solo a las casas. Para ello se requiere bombearla y se necesita electricidad generada a partir de combustibles fósiles. La gente no sabe eso y la función como académicos y gobiernos es crear una cultura de cambio de hábitos”.
Curiel Ballesteros agregó que es necesario cambiar la percepción sobre este problema. En la actualidad la UdeG, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México, realiza un estudio al respecto.
“El cambio climático afecta en la producción de alimentos, la cantidad de lluvia, la erosión de los suelos, las enfermedades. Es un problema que detona muchos otros al mismo tiempo, por lo que se deben generar nuevas estrategias para abordar la parte de la percepción y la educación hacia el cambio climático”.
De hecho en días pasados, Curiel Ballesteros y otros investigadores del mundo se reunieron en el país chileno para trabajar este tema.

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