Astronomía en los libros (y libros de astronomía)

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A Cassandra,
novel preparatoriana

Cuando quien esto escribe tenía cinco años de edad, le daba por decir que de grande sería “físico nuclear”, sin entender lo que se realizaba en dicha profesión y mucho menos tener clara conciencia de dónde había pescado tales palabras. Han pasado 35 años y lo único que dejé a deber fue el apellido de “nuclear”, si bien durante mi formación de licenciatura y posgrado algo me han enseñado sobre tal disciplina de la física, mi actividad más bien devino hacia la historia y divulgación de la astronomía y la propia física, por lo que mi contacto con libros viejos y/o raros es frecuente.
Abordaré ahora algunos textos de divulgación de la astronomía, tan necesaria en este tiempo, cuando una noticia sobre ciencia mal propagada ha generado preocupación en algunos sectores de la población, quienes han llegado a pensar que es posible destruir la Tierra con mini-hoyos negros, generados en el Gran Acelerador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés).

Divulgación: tres versiones
La formación en el ahora antiguo programa de Bachillerato Unitario en la Universidad de Guadalajara, nos dio a conocer que desde la perspectiva de la economía los países en nuestro planeta (ignoro si hipotéticas civilizaciones de otros mundos tengan algo similar) se podían ubicar en tres bloques, a saber: el de los países capitalistas, llamado primer mundo; el orbe socialista, que configuraba el denominado segundo mundo; y todos los demás apelmazados en el tercer mundo. Cada uno de esos bloques con grandes diferencias internas. ¿Cómo poner en la misma categoría a la otrora poderosa URSS y a la entrañable Cuba?, pero lo que al menos compartían era una visión del universo y las relaciones en las sociedades; así, hablábamos de los enfoques materialista, idealista y —me aventuro a decir— realistas o mezclas de los anteriores.
En el caso de la URSS, existió —para la rama de las mal llamadas ciencias duras y la técnica— un esfuerzo por medio de la editorial Mir, que nos hizo accesibles tanto textos técnicos como de divulgación, a precios aptos para estudiante de institución pública y sin beca (en esos años era un sueño guajiro) y en ediciones bastante decentes, aunque a veces con algunos errores, generalmente de traducción o tipografía. Una colección a destacar es la denominada “Ciencia popular”, que en volúmenes de bolsillo y generalmente con pasta dura, trataba temas de diferentes ámbitos de las disciplinas científicas; de tal colección rescato el título de Nueva astronomía recreativa (editorial Mir, Moscú, 1985), escrito por V. Komarov, quien en 4 capítulos nos lleva desde los aspectos lúdicos de la astronomía (“Lo recreativo y la astronomía”), pasando por la estructura de nuestra vecindad cósmica (“La familia del Sol”) a sumergirnos “En las profundidades del Universo”, para cerrar con el sugestivo “¿Qué sucedería si…?”, donde también abre un breve espacio a las especulaciones de la ciencia ficción. Es, pues, el autor digno heredero en la tradición de llevar la ciencia a los lectores comunes tal como Yákov Perelmán y sus volúmenes legendarios de la Física recreativa.
Para el caso del orbe capitalista, si bien no hay la baratura de los libros soviéticos, encontramos una pujanza y diversidad de temas, ya sea en ediciones paperback (pasta blanda) o las groseramente costosas hardcover (pasta dura), y en divulgación la oferta es amplia desde editoriales universitarias o comerciales, de estas últimas comentaré The five ages of the Universe: inside the physics of eternity (Las cinco eras del Universo: dentro de la física de la eternidad; Fred Adams y Greg Laughlin, The Free Press, Nueva York, 1999). Los autores, jóvenes astrofísicos, nos llevan a un paseo por la historia del Universo, desde su origen, la época actual, hasta su posible fin a la luz de los conocimientos de la física actual; de ahí las cinco eras de las que hablan: primordial, “estelarífera” (formadora de estrellas), degenerada, de los hoyos negros y la era oscura, cuando no haya ningún tipo de proceso físico en la materia del Universo. Este título me sirve de buen ejemplo de lo retrasados que andamos en las traducciones al español de obras harto interesantes, pues habiendo visto la luz en 1999 hasta ahora no existe traducción a nuestro idioma; o también puede servir de incentivo a los jóvenes curiosos para aprender inglés.
En la mezcolanza del tercer mundo, ejemplificaremos con México. De nuestro país tomaremos la institución académica de más alto prestigio: El Colegio Nacional, de cuya vasta actividad editorial tomaremos los títulos Siete problemas de la astronomía contemporánea (Arcadio Poveda, Luis Felipe Rodríguez y Manuel Peimbert Sierra, compiladores; El Colegio Nacional, México, 2004) y La evolución en la astronomía (Manuel Peimbert Sierra, compilador; El Colegio Nacional, México, 2006). En la primera obra, cada uno de los problemas enumerados es tratado por un reconocido astrónomo que realiza su actividad profesional en México; se aborda, por ejemplo, el caso de la formación de las estrellas (por Susana Lizano, coautora por cierto con Fred Adams y el profesor de ambos Frank Shu de uno de los artículos de revisión más citados acerca de la formación estelar), la materia oscura (por Arcadio Poveda) y los hoyos negros (por Luis Felipe Rodríguez), entre otros.
En el segundo título se tratan los temas de formación de sistemas planetarios, la evolución del Sol, evolución dinámica  de cúmulos estelares —grupos de estrellas con menor número que una galaxia pero importantes a la hora de trazar la historia dinámica de las galaxias donde se encuentren—, por mencionar algunos. Estos dos últimos tienen los interesados oportunidad de conseguirlos con un generoso 50 por ciento de descuento durante la FIL de Guadalajara, en el puesto del propio Colegio Nacional, y de por sí su valor de catálogo es barato —no, no llevo mochada o comisión—.

*Licenciado en Física adscrito al Instituto de Astronomía y Meteorología del CUCEI, no es miembro de ninguna red.

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