Arte según Eros

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El erotismo es una de las más plenas y reconfortantes manifestaciones humanas.
Es mucho más que mera sexualidad, según señala Octavio Paz en La llama doble. “En el abrazo erótico nos perdemos como personas y nos recobramos como sensaciones. Y precisamente, en estas sensaciones personales, intransferibles, inasibles, difíciles de memorar, donde recorremos mesetas y valles, se enciende, renace, palpita, se reconstruye, se reconoce, ese eterno instante que llamamos amor”.
El erotismo es exclusivamente humano; implica uso extensivo de la imaginación y por ende es variación, mientras que el sexo es repetición y no es exclusivo del ser humano.
El erotismo es mucho, muchísimo más que intercambio carnal, es una celebración, especialmente de la vida y que conduce a esa otra cumbre humana que es el amor.
Los romanos al sentimiento erótico lo personificaron en una deidad llamada Eros. El origen de la palabra Eros proviene del latín “eroticus” y éste, del griego “erotikós”, que se refería al amor sensual y a la poesía amatoria. Por consiguiente Eros era el dios responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como dios de la fertilidad. Su equivalente romano era Cupido (“deseo”), también conocido como “Amor”, que con sus flechas unía corazones.
El erotismo se ocupa de todo lo relacionado con las relaciones sexuales y no simplemente con el acto físico, sino también con todas sus proyecciones, es decir, implica la sexualidad transfigurada mediante la razón, la imaginación, la sensibilidad y la cultura.
A lo largo de la historia las grandes religiones han creado, según apunta Paz: “Ritos y liturgias en las que la carne y el sexo son caminos hacia la divinidad”. Por eso el erotismo puede llegar a ser místico y supremo.
El Cantar de los Cantares es un libro bíblico que, ciertamente, asustó a muchas generaciones cristianas, signadas bajo el precepto de lo malo de la sexualidad. Hubo grandes discusiones sobre si aceptarlo o no como Palabra de Dios.
El Cantar de los Cantares fue compuesto entre los siglos V y IV a.C., en Palestina. Habría sido escrito como poema de las bodas israelitas, donde dos personas (el novio y la novia) se declaran su ardiente pasión y amor, un coro conformado por las muchachas de Jerusalén. La tradición católica anti-sexualidad aceptó este libro como Palabra de Dios siempre y cuando la interpretación fuese que se trataba de una alegoría del amor de Dios con Israel y de Jesús con la Iglesia. Posteriormente, con el método histórico-crítico de lectura bíblica, se profundizó para alcanzar el verdadero significado: verdaderamente es un canto directo al amor humano, a la pasión de los novios que se casan y se desean, espiritual y corporalmente.
En las religiones y sistemas de creencias siempre está presente el erotismo, aunque se lo puede encontrar en dos facetas aparentemente muy opuestas: por ejemplo, en el cristianismo católico los textos místicos de San Juan de la Cruz y Las Moradas de Santa Teresa de ívila poseen una retórica llena de un sublimado erotismo dirigido a la deidad, mientras que en otras religiones (como las de los fenicios y mesopotámicos) existía una prostitución sagrada que llegó a la Grecia Clásica y la Roma Antigua que lo impulsó a producir arte erótico. En el hinduismo existen movimientos que exaltan la sexualidad como ocurre con el conocido texto del Kama Sutra.

Sin erotismo no hay arte
Por el erotismo se han elaborado pinturas, esculturas, novelas, chascarrillos, coplas, bailes, poemas, vasijas, esculturas, dibujos, medallones, libros, novelas, fotografías y películas.
La razón es que el erotismo es la fuerza primaria, el motor para la creación, es la imaginación. Las influencias culturales llegan desde el sincretismo religioso en los movimientos de las danzas, en sus historias literarias, en los vínculos con la naturaleza, las contradicciones humanas, los deseos, los anhelos y hasta los sufrimientos.
El lenguaje ha evolucionado hasta niveles elevados de refinamiento y ha elevado las posibilidades del goce humano, y, en lo relativo al amor, sublimó los deseos y dio categoría de creación artística al acto sexual. “Sin la literatura no existiría el erotismo” afirma el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, y continúa: “En un mundo aliterario, el amor y el goce serían indiferenciables de los que sacian a los animales, no irían más allá de la cruda satisfacción de los instintos elementales: copular y tragar”.
Para la académica del Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño (CUAAD), Patricia Cisneros, “el erotismo es un progreso de la cultura relacionado por el amor a la belleza que no pertenece al orden de lo natural, es un invento del hombre como el arte. Una obra de arte erótica emociona y conmueve profundamente, uno siente como el deseo físico, el deseo de poseer a una mujer representada en una pintura”.
De acuerdo a la bailarina y coreógrafa de danza contemporánea, Martha Hickman, “la danza por sí misma es erótica, porque son movimientos provenientes del ser humano, animal, carnal, terrenal en su conexión con el cosmos. Nosotros trabajamos gran parte del tiempo en el piso, sintiendo nuestros órganos sexuales y eso te va desarrollando una habilidad para manejarte con todo tu cuerpo”.
El erotismo es vida intensa, sin represiones culturales, ni emocionales, es la libertad del cuerpo con un manejo espiritual y una energía interna que lleva al movimiento. “Si empiezas a trabajar desde tu energía, espíritu, alma, esencia, vísceras se manifiesta de forma natural en el movimiento. Veo en los alumnos la dificultad de afrontarse a su propio cuerpo, pero si no son capaces de conocerlo será imposible que se expresen en el escenario”, dijo Hickman, quien es profesora de danza de la Universidad de Guadalajara.
De acuerdo con Rubén Hernández Andreu, profesor de la preparatorias 1 y 7 y pintor de arte erótico, “las manos son una constante es su trabajo ya que implican contacto, cercanía mas allá del diálogo verbal, lo verbal se limita a lo que ves, lo que quieres decir. Uno es cachondo, lo que mueve al mundo es el amor; el erotismo es como el ideal, te enamoras de una persona, pero la verdadera comunicación está en el cuerpo a cuerpo”.
Para el fotógrafo tapatío Luis Caballo: “Somos seres mágicos puesto que somos seres erotizados, el erotismo es una de las cosas más placenteras y sugerentes, fundamentalmente cuando haces imágenes pones en juego tu capacidad de asombro y erotismo, a través de la imagen de jugar con luces y sombras. Es un ejercicio místico”.

La amputación del cuerpo
Los pueblos más ricos artísticamente siempre sintieron admiración, exaltación y elogio por la figura humana. Han existido lapsos en la historia humana donde algunos grupos tanto en Occidente como en Oriente, florecieron creativamente a partir de la conciencia del cuerpo y del erotismo: durante el siglo de oro en Grecia, en el Renacimiento italiano, el idealismo alemán y posteriormente en diferentes décadas del siglo XX.
Aunque podemos irnos más atrás: “El cuerpo desnudo ha sido representado desde la prehistoria; en los griegos la desnudez era natural, las famosas Venus eran cuerpos desnudos que mostraban los pechos y vientres abultados, luego en la época medieval se tapa al cuerpo y se libera hasta el Renacimiento”, indicó Patricia Cisneros.
“Con la Evangelización y la doble moral católica, la gente no sabe manejar lo que siente, entonces trata de entenderlo desde la moral, pero la cosa se complica, porque la moral no tiene respuesta para eso, y hay personas que aprovechan para venderlo como pornografía”, indicó la actriz de teatro y profesora del CUAAD, Olga Valencia.
“Con la religión y los tabúes se educa para pensar que el cuerpo está mal y es pecaminoso y te vas a incendiar”, afirmó el “Caballo”.
“Todos los seres humanos deberían aceptar su cuerpo. Me asusta cuando escucho a algunas mujeres decir que la vagina es fea, o que es repulsiva ¡Qué daño nos han hecho! Aquí tratamos que los bailarines logren ese amor a su cuerpo, que se sepan bellos, hermosos para que cuando estén en el escenario nada los limite”, indicó Hickman, y continúa: “Hemos tenido funciones en fiestas patronales y municipios por lo general lo han recibido bien, mientras que los preparatorianos traen una represión muy fuerte porque cuando ven una pierna surge la revuelta. Mientras que en la televisión se ven a seudo artistas que salen semidesnudas en actitud provocadora y vulgar que es visto por todos como algo normal”.
México vive en una doble moral a escala social que impide se viva un erotismo sano. “Cuando tenemos una obra con desnudo lo que menos quiero es que la gente se entere que hay un desnudo puesto que asiste a la obra por el morbo y piensan que va a ser cuerpos tipo Televisa, y cuando ven que no es así, la frustración es terrible para ellos”, aseguró Hickman.
Para el fotógrafo Luis Caballo: “La televisión impone modelos de cómo te debes ver bien y como te ves mal, si sudas y eres un apestoso, nefasto. Mientras que todos los cuerpos pequeños, grandes, son hermosos”.
Hernández Andreu contó que “en las galerías dicen ‘no manejes cosas muy eróticas porque no se vende’, o me dicen ‘nuestra galería no tiene ese giro’, te limitan en ese sentido. A veces yo mismo me limito ya que pienso que lo verá mi familia, no porque no acepte mi forma de pensar, sino para no incomodar a otras personas”.
En la India todo el arte es religioso y algunos templos están repletos de ninfas, bailarinas celestiales, desnudas sensuales que lucen amplios senos y caderas. Las esculturas en muchos casos protagonizan escenas abiertamente sexuales como el templo de Khajuraho. Esta combinación de religión, arte y Eros suele malinterpretarse en nuestra cultura por ignorancia, la doble moral y la falta de humanismo.

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