Arte fuera del nicho

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Ventanas al arte” fue la exposición organizada por la Universidad de Guadalajara que ocupó el centro de la ciudad el pasado 6 de junio.
La muestra, conformada por pinturas, fotografías, grabados y esculturas sostenidas por mamparas y resguardadas con toldos, figuraba en una galería sin muros ubicada en la explanada de la Plaza Tapatía, junto al monumento de Quetzacóatl.
‘Ventanas al arte’ fue una exposición multidisciplinaria que se planteó la idea de hacer una galería en la calle para que la gente se asomara hacia la creación del arte. Llevamos la galería a la calle para quitarle esa parte elitista y volverlo para todos”, dijo el profesor José Francisco Macías Sánchez.
El arte en la calle se configura como herramienta de hibridación social, como válvula de escape y como forma de expresión, entretenimiento y consumo, así lo define el Instituto Catalán de Antropología.
El arte urbano da la sensación de un espacio de límites difusos que ponen en cuestión los espacios convencionales, y que valora las mezclas culturales; mientras que el arte inmiscuido en galerías va dirigido a una minoría de la población que tiene acceso a ellos por educación o por economía.
De esta manera, el arte urbano es democrático, según Arte, ciudadanía y espacio público, un documento escrito por Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación española César Manrique, que se encarga de apoyar a las artes.
El espacio público se convierte en lugar de expresión, identidad y pluralidad de las formas de una ciudadanía democrática contemporánea.
“Liberar al arte de su gueto limitado y situarlo en el discurso urbano, logra respuestas urbanas con significados estéticos y expresan discursos sociales y políticos críticos. Convierte al espacio en algo sociable, dándole forma y atrayendo la atención de los usuarios hacia el contexto”.
Los estudiantes de las diversas disciplinas de las artes de la UdeG, trascendieron los espacios universitarios para facilitar a la sociedad el acceso a la plástica, explicó el profesor Macías Sánchez.
El universitario David Vega, de 23 años, participó con la fotografía llamada “Así te recuerdo”, era su primera exposición y estaba emocionado porque la gente se paraba a preguntar sobre su obra. Lo mismo sucedió con Xóchitl Luna Sánchez, quien presentó las pinturas en piroxilina tituladas “El dragón”, “La pirámide” y “La ascensión de la tristeza”. Además los transeúntes pudieron observar a los alumnos de danza contemporánea, que fueron encargados de inaugurar “Ventanas al arte”.
El traslado de la experiencia privada del museo al espacio exterior representa una pieza de la democracia.

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