Anticonceptivos para ellos

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Ya se hicieron pruebas en ratones con óptimos resultados. El anticonceptivo para hombres podría ser una realidad en año y medio si Luis Huacuja Ruiz, profesor investigador del Departamento de Biología Molecular y Genómica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) consigue los recursos que le hacen falta para concluir su investigación.
Luis Huacuja comenzó con el proyecto en 1968 motivado por la alta tasa de nacimiento que en aquel entonces había en México. Estaba involucrado dentro de la rama de la reproducción masculina cuando trabajaba en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). “Mi objetivo era encontrar un producto de cualquier fuente que pudiera ser una herramienta molecular para la anticoncepción masculina”.
Ingresó a la Universidad de Guadalajara en 1999, y aunque en esta institución se enfocó a hacer investigación sobre enfermedades del hígado, no abandonó su proyecto de reproducción masculina.
El científico comenzó a buscar a escala mundial lo que se conocía sobre anticoncepción masculina y en qué regiones se utilizaban plantas para tal fin. Hizo una encuesta para saber cómo le hacía la gente para planificar la familia y se dio cuenta que en la periferia del Distrito Federal, así como en los estados de Morelos, Michoacán y Puebla, las mujeres se auxiliaban de algunas plantas para darse duchas vaginales antes de tener relaciones sexuales y no salir embarazadas.
Huacuja Ruiz recolectó plantas de la familia crasulácea: específicamente la kalanchoe blossfeldiana, kalanchoe flammea y kalanchoe gastonis bonnieri e hizo experimentos para verificar si servían para evitar un embarazo y saber cómo actuaban. Era necesario extraer los jugos de las plantas, hacer incubaciones y observar qué le pasaba a los espermatozoides. “La sorpresa fue que instantáneamente quedaban inmovilizados y se aglutinaban, descubrimos que esa era la razón por la cual las mujeres no se embarazaban”.
Los espermatozoides una vez inmovilizados y aglutinados no cambian de estado aunque se laven. La vagina posteriormente los desecha. Sólo es necesario una cantidad de 0.3 de miligramo para 20 millones de espermatozoides.

Experimentando con ratones
Las plantas utilizadas por Luis Huacuja para su investigación adornan los jardines y “son tan nobles que si yo las dejo ahí en la mesa, aunque no les ponga agua, a los ocho días ya tienen retoños. Su potencialidad es enorme. Son muy especiales”.
Otra de las características es que contienen mucha agua. “Entonces lo que yo hago es exprimir las hojas y obtener un jugo. No utilizo alcohol, ni solventes, por presión mecánica obtengo el jugo natural y es lo que utilizo en la investigación. Un producto totalmente natural, se trata de moléculas nativas”.
Posteriormente, Luis Huacuja investigó qué tan reversible era el efecto de las plantas. Para ello utilizó ratones de laboratorio. “A los machos les di a beber dos miligramos de fluido durante 30 días, una dosis diaria. Los dejé descansar 20 días y al veintiuno observé que de nuevo podían embarazar. Les dejé de suministrar los jugos durante treinta días para garantizar su total recuperación. El animalito volvía a preñar a la hembra con el mismo número de crías que antes de someterlo a tratamiento”.
El siguiente paso fue verificar si el tratamiento suministrado al padre no afectaba a las tres siguientes generaciones de ratones. “Los descendientes no presentaban ninguna anormalidad”.
Ya fueron hechos todos los trabajos de farmacología toxicológica. Huacuja encontró que las tres plantas utilizadas en lo individual no son tóxicas en dosis hasta de 10 gramos por kilogramo de peso.
El siguiente paso fue descubrir las sustancias que tenían el efecto anticonceptivo. “Es un glucósido aparentemente de tipo esteroidal. Ya está separado. Me falta todavía caracterizarlo. Esto consiste en estudiar la molécula, descubrir cuál es su fórmula. El compuesto ya lo tenemos, sabemos que es rico en ácido siálico”.
También falta demostrar que la mezcla de las tres plantas no es tóxica. “Hay que hacer el análisis farmacológico de la mezcla. Entonces ya se podrían hacer experimentos piloto en humanos”. Por desgracia el proyecto está paralizado. Luis Huacuja necesita equipo, reactivos y recurso humano para seguir adelante. El investigador asegura que si tuviera todo lo que necesita en año y medio ya podría existir un producto farmacológico.

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