Ángel Guillermo Ruiz Moreno

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La importancia de la Universidad de Guadalajara en la formación de abogados durante 225 años, queda patente no sólo en la pléyade de pensadores de la ciencia jurídica que han pasado por sus aulas, sino por la influencia que ejerció en los programas de estudio y que han retomado diferentes instituciones de educación superior, consideró Ángel Guillermo Ruiz Moreno, investigador con 35 años de carrera en la docencia en esta Casa de Estudio.

“Este 225 aniversario desde que abrió sus puertas la antigua Escuela de Jurisprudencia, es motivo de orgullo. A nivel nacional la institución que más abogados forma y titula es la Universidad de Guadalajara. Incluso por encima de la UNAM. Contamos con 10 campus en los que se imparte esta carrera, con alta calidad educativa que marca la pauta. Somos pioneros incluso en las reformas a los planes de estudio”.

El pasado 27 de octubre, el Consejo General Universitario votó a favor de otorgar el nombramiento de Maestro Emérito a Ruiz Moreno por su aporte a la formación de diversas generaciones de abogados, maestros y doctores en derecho y de otras disciplinas en la UdeG, así como por sus investigaciones en aspectos como sistemas de seguridad y previsión social, pues sus libros son usados en distintas universidades de Latinoamérica.

“Los abogados formados en la UdeG no sólo pueden competir en cualquier lugar de México y en el extranjero, sino que algunos han tenido la visión de dedicarse a la investigación de la ciencia jurídica y al desarrollo de todo este bagaje cultural que significa el derecho. El derecho es el mejor invento de la humanidad, pues de ahí emana el Estado, que si bien es una ficción jurídica, sin él no podríamos entender la realidad. No existiría la universidad, ni habría orden, paz o progreso”.

Grandes juristas
La UdeG ha sido semillero de grandes juristas. En un somero repaso, Ruiz Moreno menciona a Mariano Otero, Ignacio L. Vallarta, José Guadalupe Zuno y a maestros eméritos que han forjado a muchas generaciones, como Enrique Romero González, José Luis Leal Sanabria, Jorge Humberto Chavira Martínez y Adalberto Ortega Solís, entre otros.

¿Cuál es su sentir por haber sido nombrado Maestro Emérito en una universidad con este conjunto de personalidades de la ciencia jurídica?
No sé si haya hecho los méritos suficientes, pero sí me puedo comprometer a trabajar más todavía para llegar a merecer esta distinción que se me otorga. He trabajado intensamente para tratar de aportar algo a la ciencia jurídica. Me siento profundamente orgulloso y agradecido, porque la Universidad me cambió la vida. Mi familia no tenía recursos para pagar una educación privada. Creo en la universidad pública como la que forma a los profesionistas con conciencia de clase y con clase en la conciencia.

Los nuevos desafíos
La formación de los abogados en la UdeG se ha adaptado a las nuevas circunstancias. Pues lo haceno sólo en base a las reformas del Nuevo Sistema de Justicia Penal, sino también en la cultura de los derechos humanos y en el fortalecimiento de la internacionalización, pues los países tienden a un derecho global.

“Tenemos que trabajar mucho, formando conciencias, y coadyuvando a una cultura del respeto a los derechos humanos. Veo con tristeza que hay linchamientos y juicios de masas en los que a cualquiera se le tacha de culpable en las redes sociales informáticas. Hay desinformación y verdades a medias que terminan siendo mentiras completas. El nuevo sistema debe ser asumido como algo que no podemos ni debemos cambiar”.

Aseguró que no es fácil mover un sistema inquisitorio y admitió que falta capacitación y adiestramiento para formar mejores policías, investigadores y ministerios públicos para solidificar el sistema. Ese será el desafío en los próximos años.

“Ahora los derechos humanos son prioridad. Las mayores responsabilidades están a cargo del Estado, pero todos somos el Estado mexicano. Por eso en la UdeG esto es prioritario. Instaría a que alumnos, profesores de la Universidad y la comunidad en general se sume. Los simples cambios legales no cambian las conductas de la sociedad”.

¿Hacia dónde se dirige la formación de los nuevos abogados, a 225 años de distancia?
No sólo a la cuestión de la teoría, sino a la práctica. Argumentar es clave para los abogados. En la argumentación está muchas veces la solución del problema. Por eso nuestros alumnos se capacitan y se adiestran en las salas de juicios orales, con simulacros todos los días. No nos hemos conformado con enseñarles cuáles fueron los cambios legales, sino que nos hemos abocado de forma comprometida con la colectividad y a certificar profesores por la Secretaría de Gobernación y a todos los actores que intervienen.

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