Alfredo Jalife-Rahme

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La postura de México ante la globalización es poco alentadora: estancado en un modelo económico obsoleto, recibe los defectos del primer mundo sin sus virtudes

Alfredo Jalife-Rahme y otros expositores debatieron los días 2 y 3 de julio en el Paraninfo Enrique Díaz de León. El encuentro resultó enriquecedor e intenso, y otorgó a los asistentes un panorama plural y amplio sobre las condiciones en que se encuentra la industria petrolera en México. Uno de sus participantes más aplaudidos y reconocidos fue el periodista Alfredo Jalife-Rahme, quien después de su participación otorgó una entrevista a La gaceta.

¿Cuáles son los principales efectos de la globalización que afectan a México?
La globalización o la mundialización, como le llaman los franceses, debe de tomar en cuenta que no es lo mismo ser globalizador que estar globalizado; de esta forma, México es un país globalizado, no es un país globalizador. Quiénes tienen el control de la globalización, de lo que hay varias versiones como la mercantil, la del software, la financiera, la del petróleo. Por ejemplo, China controla la globalización mercantil; India, el software; Rusia, el petróleo; y a nosotros nos va como en feria. El mejor ejemplo es lo que ha sucedido con el TLC, pues hasta universidades de Estados Unidos lo califican como un cataclismo. Otras pruebas son que antes del TLC Latinoamérica tenía mejores desempeños que Asia.

¿En qué han afectado a México las decisiones que en materia económica ha tomado hasta el momento Felipe Calderón?
Él es un fanático del modelo neoliberal, lo confirmó en Davos, él sigue con ese modelo que está en fase terminal, y que así lo declaró el Financial Times el 14 de marzo, que es cuando la reserva de Estados Unidos rescata a su quinto banco de inversiones y ahora entramos a un nuevo modelo que se enfoca a la privatización de las ganancias y socialización de las pérdidas.

¿Cuál es la interpretación que usted le otorga al rescate de Ingrid Betancourt, en el contexto de la política norteamericana?
Sin duda es un regalo para Mac Cain, pues fue un día antes de que él estuvo ahí y fue un día previo a la reunión de Mercosur, por eso está muy clara la dedicatoria. Ya pensando en México, este rescate le da fuerza a la ultraderecha porque son corrientes que se retroalimentan, aunque aquí el problema es la disgobernabilidad en que nos encontramos. Calderón no es ílvaro Uribe, él sí ganó en Colombia con un amplio margen y sí tiene aceptación en Colombia, y eso a Uribe le da posibilidad a reelegirse. Ayuda a los grupos extremistas de México que van a pedir la militarización como modelo para criminalizar la lucha social. Pero México no es Colombia, en eso van a estar equivocados.

¿Qué tendría que hacer nuestro país para actualizarse y enfocar su futuro en la generación de nuevas formas de energía para paliar en parte la crisis petrolera?
Ese es otro mito, las alternativas duran mucho tiempo, no se pueden generar de un día al otro y además todavía no se acaba la era del petróleo, eso dura una generación, unos 25 años, pero debemos estar preparados desde ahora, pero no a través de los biocombustibles que irresponsablemente el Congreso apoyó, porque están homologados con la política de Estados Unidos, nosotros debemos empezar a trabajar con otras alternativas, pero su costo es muy alto. Es decir, todavía el petróleo aún a 500 dólares tiene mucho camino por recorrer. Está el gas, está el carbón. Nada está reemplazando a los fósiles. No se ve en el camino quién pueda ser competitivo con los hidrocarburos.

La pobreza no pierde vigencia, ¿cuál es la posible estrategia para poder combatir ese flagelo?
Lo que se puede decir es que los ingresos que se generaron durante la administración Fox pudieron haber servido —casi 500 mil millones de dólares— y los de Calderón el año pasado —104 mil— para abatir la pobreza como lo ha hecho Rusia, Brasil, todos están terminando la pobreza. Y eso que tenemos como válvula de escape a la migración y se manejan cifras que no son reales, pero estarían entre medio millón a un millón de migrantes. No quiero ni pensar qué pasaría si regresaran 25 millones de mexicanos de allá. Los programas en contra de la pobreza son definitivamente electoreros.

Otra de las disciplinas que domina es la de médico endocrinólogo y lo que se menciona hoy con mucha insistencia es la incidencia de obesidad y diabetes entre los mexicanos. ¿Esto también responde a un modelo económico?
Esas enfermedades son consecuencia del TLC. Es que el TLC no es nada más un modelo mercantil, yo diría que es una filosofía de vida, entonces nos imponen la vivencia de los deportes americanos, sus bebidas, sus alimentos, las llamadas comidas chatarras; hoy los mexicanos estamos perdiendo hasta el sabor de la buena cocina mexicana. Ellos están en lo suyo y así como les venden a sus etnias internas las comidas que se producen en las franquicias ya conocidas y que son el producto de esas enfermedades, pues nosotros también las tenemos. Es decir, nosotros tenemos los defectos del primer mundo, sin sus virtudes, eso es lo grave a nivel medicina. La comida mexicana producía otro tipo de enfermedades, pero no ésas.

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