Alerta suicidios

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Desperate

El considerable aumento en el número de suicidios registrados durante 2014 en la región sanitaria VII, que abarca 19 municipios de las regiones Costa Sur y Sierra de Amula, ha alertado a las autoridades sanitarias sobre la urgencia del reconocimiento de posibles causas y de la implementación de estrategias para su prevención. También advierte que se presentan en el interior del segundo estado con más altos índices de suicidio en el país, Jalisco.

Durante los últimos cinco años el aumento en los casos de suicidio ha sido progresivo, hasta pasar de los nueve casos registrados en 2010, a los 24 alcanzados en 2014. El municipio de Autlán es el que tiene la mayor incidencia, pues mientras que en 2010 sólo presentó un caso, en 2014 registró ocho. Además, mientras que de 2010 a 2013 los registros asientan 15 casos, solamente 2014 suma más del 50 por ciento de suicidios de los acaecidos durante los cuatro años anteriores en esa localidad. Ascenso estadístico que se añade a una preocupación más: el rango de edad en el que suceden la mayoría de los casos en la región, va de los 18 a los 34 años, afectando principalmente a la población joven y que contraviene a la tendencia mundial de que “en casi todas las regiones del planeta, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de suicido es mayor en personas de la tercera edad (70 años o más)”, según señala Luis Eugenio Rivera Cervantes, jefe de la Unidad interna de Protección Civil, del Centro Universitario de la Costa Sur.

“A diferencia de lo que sucede en otras latitudes, en Jalisco los suicidas jóvenes representan casi la mitad de los casos. La OMS ha catalogado al suicidio como la segunda causa principal de muerte en el grupo poblacional de 15 a 29 años en todo el mundo”, agregó.

En la región existen tres centros integrales de salud mental (Cisame), ubicados en Autlán, El Grullo y Juchitlán, que se encargan de atender los casos de tentativa de suicidio. No obstante, de las causas de los consumados, poco sabemos, ya que “no hay seguimiento, a menos que la familia solicite la atención posterior, porque en el área de salud pública, al tratarse de un suicidio, la investigación de los orígenes del fallecimiento no forma parte del proceso”, explica Leonor Guerrero Córdova, coordinadora del Centro Integral de Salud Mental de Autlán.

Para la localización de los casos de tentativa de suicidio, el trabajo de las familias en la vigilancia conductual y el seguimiento del tratamiento farmacológico, así como la coordinación con la universidad a través de CUCSur, que ha derivado a los centros correspondientes algunos casos para su tratamiento, ha resultado fundamental, pues gracias a ello ha sido posible que las unidades de psicología, psiquiatría y trabajo social del Cisame puedan ofrecer un cuadro de las principales causas que arrojan los casos que han recibido tratamiento. Entre éstas, como factores comunes, están los problemas económicos, las relaciones familiares conflictivas, la pérdida de un ser querido y el uso de sustancias adictivas.

Sin embargo, 2014 presentó además una nueva variable: el aumento exponencial en los casos de suicidios por parte de mujeres amas de casa y dos menores de edad, uno de 16 años y otro de sólo 10 años.

Ante esta situación, apunta Guerrero Córdova, lo ideal sería que hubiera un centro en cada municipio. Sin embargo, apelar a la conciencia social, el trabajo familiar y la pronta respuesta de amigos —que suelen ser, en el caso de los jóvenes, los primeros en recibir alguna señal de alerta— puede significar una diferencia importante para hacer frente a una de las 20 causas principales de defunción en el mundo.

“Urge que se tomen políticas y acciones más efectivas tendientes al diagnóstico oportuno y su tratamiento adecuado, tanto del sector salud en sus tres niveles (federal, estatal y municipal), así como de otros sectores de la población” afirmó Rivera Cervantes.

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