Alcohol y pandemia, el efecto depresivo

Aunque la euforia inicial parece indicar lo contrario, las bebidas alcohólicas en lugar de animar deprimen, por lo que, en particular en estos tiempos difíciles de pandemia y contingencia, si se recurre a su ingesta para salir de una depresión en realidad se estaría entrando más en ella

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Situaciones estresantes, como la pérdida de un trabajo o la de un ser querido, los problemas económicos, el miedo de enfermarse de Covid-19 y no poder salir adelante, son factores que influyen en que una persona incremente su consumo de alcohol, que puede ser adictivo por los efectos que tiene a nivel cerebral y el resto del organismo, señalaron especialistas.

Aunque no hay estadísticas definitivas al respecto, diferentes encuestas realizadas mostrarían una tendencia al alza en la ingesta de bebidas alcohólicas durante la pandemia.

La realizada por el Instituto para la Atención y Prevención de Adicciones de la Ciudad de México, señala que el 60% de las personas manifestó haber consumido alcohol recientemente, y de ellos, el 35% señaló que su consumo aumentó durante la contingencia sanitaria.

Ansiedad y consumo

Carolina de la Torre Ibarra, académica del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), aclaró que el trastorno por consumo de alcohol no se da de manera aislada, sino que convergen muchos factores, como neuroquímicos, fisiológicos, psicológicos y sociales.

Puede haber una predisposición al consumo de la sustancia, con efectos a nivel cerebral. La alteración en la química del cerebro podría producir trastornos en el sistema nervioso central, y por lo tanto pudiera haber esta necesidad imperiosa de beber, y a eso agregar elementos familiares, como el hecho de imitar a los padres que beben.

Explicó que hay quienes consumen alcohol para disminuir los niveles de ansiedad. Suelen tomarlo para para sentirse alegres y reducir su incomodidad y tristeza, y adormecer las emociones ante la falta de habilidades para solucionar los problemas y de opciones para superarlos.

Euforia y depresión

Ante una depresión del sistema nervioso, la sensación generada por la sustancia alcohólica podría ser de relajación. La persona puede experimentar desinhibición social y mayor capacidad de comunicarse con otros, explicó la investigadora, pero no hay que irse con la finta.

Octavio Campollo Rivas, director del Centro de Estudios de Alcoholismo y Adicciones, del Hospital Civil de Guadalajara (HCG) y el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), explicó que cuando las personas consumen alcohol hay una fase de euforia, cuando empiezan a ingerir se ponen muy contentos, pero conforme aumentan las concentraciones de alcohol en la sangre, tiene un efecto depresivo.

La persona está muy callada, le da sueño o se queda dormida. Por lo general las personas buscan los efectos de la primera fase, sentirse desinhibidos, eufóricos, con ganas de festejar y hacer fiesta. Pocos buscan el efecto depresivo.

Agregó que la mayoría de la gente no se da cuenta que el alcohol en lugar de animar, deprime, y si quieren salir de una depresión, entran más en ella.

Efectos de tomar alcohol en exceso

Algunos problemas que causa el alcoholismo es tomar más de lo planeado, algunos dejan de hacer actividades importantes por consumir alcohol, manejan bajo los efectos del mismo, toman en el trabajo, faltan a sus compromisos laborales, familiares y sociales, y por lo tanto tienen problemas en la familia y trabajo, dijo Campollo Rivas.

De la Torre Ibarra agregó que el alcohol si es bebido en exceso puede provocar hígado graso, hepatitis alcohólica, y una cirrosis.

Puede haber alteraciones relacionadas con el corazón, ya que se ha detectado que afecta el músculo cardiaco, disminuye la fuerza de cada contracción, y hay un aumento en la presión del ventrículo izquierdo. Entonces el corazón pierde eficacia como bomba.

Otros efectos pueden ser presión arterial alta, y a nivel cerebral puede haber alteraciones en la memoria y funciones intelectuales como el cálculo, la comprensión y el aprendizaje.

Hay que estar alerta cuando una persona detecta que no puede dejar de tomar, hay una necesidad imperiosa por ingerir alcohol y la persona invierte mucho tiempo en conseguir la bebida, en recuperarse de sus efectos, además de que no puede cumplir con sus deberes fundamentales en el trabajo, escuela y hogar.

Estrategias para no tomar

De la Torre Ibarra aconsejó a las personas que no desean beber, planear actividades que no impliquen consumir alcohol, como hacer ejercicio, leer, convivir con la familia.

“Lo recomendable son actividades que lleven a la persona a socializar y no implique el consumo de sustancias”.

No aconsejó sustituir el consumo de alcohol por el de café, ya que éste tiene también una sustancia adictiva, y cuando no se consume puede generar un síndrome similar al que se tiene por abstinencia de alcohol.

Es importante que la persona se observe a sí misma, y si detectan la necesidad de beber de manera excesiva, sería importante buscar el apoyo de un especialista o de programas como Alcohólicos Anónimos o a los Centros de Atención Primaria en Adicciones (CAPA).

La ayuda que requiere un alcohólico podría implicar una valoración médica, informar a la persona si requiere asistir a reuniones semanales de apoyo, atención médica o psicológica y, en caso necesario, internamiento.

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