Ágata

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Salaron mis frutas jóvenes
y al viento: como las patas traseras
de cualquier chancho.
Aire, tiempo y sal, no se necesita otra cosa.
Las masticaron
ávidamente
también
me ofrecieron algunos bocados.
Qué amargo dios
que envía un ángel
como consuelo
para mis dos pechos
cercenados por la lujuria.
Quién reconocerá en mi tumba
que yo era una mujer.

Acerca del autor

Fanny Enrigue
Guadalajara, 1976. Tipo de sangre AB+. Ignora cuántos kilos porque le estresan los números, pero sabe que su estatura se acerca al metro y la poesía le ha servido para viajar (a otros países, para lo demás existe la farmacéutica y el dinero).

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