Adrián Acosta Silva

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Su investigación “Calidad, poder y gobierno universitario; un estudio sobre el gobierno de las universidades públicas en México”, lo hizo acreedor al premio Andrés Bello 2009, que cada dos años entrega la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), al considerarla la mejor investigación sobre educación superior en América Latina y el Caribe.

¿En qué consistió su trabajo?
Fue un examen comparativo de las 37 instituciones de educación superior en México, principalmente universidades públicas. Trato de explicar y comprender qué ha ocurrido entre el gobierno y las universidades públicas en los últimos 20 años. Investigo cómo han transformado las universidades su propio gobierno, de qué manera se han adaptado al entorno y cuáles son las semejanzas y diferencias entre ellas.

¿Cuál es la relación actual entre el gobierno y las universidades públicas del país?
Como todas: una relación llena de tensiones y contradicciones. La relación más significativa que tienen las actuales políticas federales con las universidades públicas se expresan en una reducción significativa de la autonomía universitaria. Ahora las universidades dependen más que hace 20 años de los recursos federales, una política que comenzó desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari hasta la fecha.

¿Cómo han afectado a las universidades esas políticas de restricción económica?
Ahora están más condicionadas que antes. Las anteriores políticas educativas eran de carácter más benigno y negligente. Eran políticas centradas en el respeto a la universidades y sólo asociadas a la entrega de recursos ordinarios. Ahora es diferente, porque las universidades han aprendió en estos 20 años a manejarse con restricciones, a vivir condicionados a los recursos que les dan y a la búsqueda de fondos extraordinarios.

¿La autonomía universitaria está en riesgo?
Hay un hecho claro: las universidades han tenido que comportarse de manera diferente frente a la mengua de recursos y ahora tienen menos libertad. Pasamos de una autonomía flojamente regulada a una estrictamente regulada. La autonomía se ha reducido. En mi estudio no digo si está bien o mal, no hago juicios de valor, pero eso ha generado cierto descontento, porque muchas de las políticas universitarias también han tenido que adaptarse a estos nuevos tiempos.

Hay un temor generalizado para privatizar la educación pública en México, ¿será este el inicio?
No estoy seguro si quieran privatizar la educación pública en el país. Lo que sí sabemos es que la matrícula privada ha crecido como nunca en los últimos 20 años y está en expansión, mientras la universidad pública no ha crecido en la misma proporción. La matrícula pública ha crecido tres veces, contra 12 veces de las privadas en estos 20 años.

¿Cuál es la causa?
No creo que sean políticas deliberadas, más bien son efectos perversos o no deseados de las políticas federales sobre la educación superior. Tenemos severos problemas todavía en educación superior, tanto en términos de cobertura, por ejemplo, en los jóvenes en edad de ingresar a las universidades, como en términos del propio desempeño institucional.

Primera persona:
Adrián Acosta Silva es profesor investigador del Departamento de Políticas Públicas, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), de la Universidad de Guadalajara. Es sociólogo egresado de la UdeG y maestro en ciencias sociales con especialización en políticas públicas y doctor en Investigación en ciencias sociales, con especialización en ciencia política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-México).

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