Ya basta. Estudiantes salen a la calle para exigir paz

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El grito de doce mil gargantas abrazó súbitamente a la señora Guadalupe cuando subió a la Glorieta de los Niños Héroes y, junto a la gran columna coronada por los niños héroes, tomó el micrófono.

“Queridos todos. Soy Guadalupe Aguilar, madre de José Luis Zavala Aguilar, desaparecido el 17 de enero del 2011, en el municipio de Tonalá. Es la primera vez que me siento acompañada y les agradezco de todo corazón que estén aquí”.

Acto seguido, los asistentes, quienes durante la marcha —que salió de la Rambla Cataluña para concentrarse en la que se ha rebautizado como Glorieta de las y los Desaparecidos— habían exigido justicia y externado indignación, pasaron en poquitos segundos del desahogo al afecto ferviente. De forma espontánea, el vocerío se alzó: “No estás sola, no estás sola, no estás sola”. 

Codo a codo con los líderes estudiantiles que convocaron a la marcha el pasado 26 de abril, a Guadalupe Aguilar se le resquebrajó la voz. Los ojos se le humedecieron, y se le salieron las lágrimas como durante los siete años, tres meses y dos semanas en que ha estado buscando a su hijo. Pero ahora, tal y como lo gritaron los manifestantes, había una diferencia: no estaba sola.

“Para nosotros, siguen desaparecidos”
Todos como uno. Porque todos hemos sido o podemos ser víctimas de la violencia. No sólo las madres de los desaparecidos, como Guadalupe Aguilar. O como Javier, Daniel y Marco, estudiantes del CAAV desaparecidos en Tonalá el 19 de marzo. La violencia también ha alcanzado a los maestros. A los comerciantes. A los sacerdotes. A todos los ciudadanos.

Miles de personas salieron a las calles a clamar un “Ya basta”, no sólo por lo sucedido con los tres estudiantes de cine, sino por los 3 mil 88 desaparecidos en Jalisco y los más de 30 mil en todo el país, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). A exigir que el Estado cumpla con su misión de otorgar seguridad a toda la población y replantee la estrategia fallida que sólo ha dejado dolor y muerte.

La marcha por la paz fue convocada por la Red Interuniversitaria de Jalisco, integrada por alumnos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), el Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara, la Universidad Autónoma de Guadalajara, la Universidad del Valle de Atemajac y la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la UdeG, además de organismos de la sociedad civil.

En la manifestación participaron cerca de doce mil personas, según Protección Civil y Bomberos de Guadalajara. Con consignas como “Queremos paz, queremos paz”, “No son tres, somos todos”, “Somos estudiantes, no somos delincuentes”, el contingente salió de la Rambla Cataluña, enfrente del Edificio de Rectoría de la Universidad de Guadalajara, y recorrió las avenidas Vallarta y Chapultepec. En la Glorieta de las y los Desaparecidos las madres de familia compartieron sus testimonios y se leyó un mensaje autorizado por la representación estudiantil de todas las universidades.

Ahí dejaron en claro que no les convence la versión de la Fiscalía General del Estado de Jalisco, dada a conocer el 23 de abril respecto a la desaparición de los tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV), Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos.

“La versión que presentó el Ministerio Público carece de  pruebas científicas y de peritajes concluyentes. Para nosotros los tres estudiantes de cine de la Universidad de Artes Audiovisuales, siguen siendo desaparecidos y lo decimos claro y fuerte a las autoridades estatales y federales”, leyó Jesús Medina, presidente de la FEU.

Saña contra los jóvenes
Aunque no hay un sector poblacional que esté exento de sufrir la pesadilla de las desapariciones, lo cierto es que los jóvenes se han vuelto un sector vulnerable. De acuerdo con las cifras del RNPED, el 44 por ciento de las personas desaparecidas son jóvenes o incluso niños.

Poco más del 26 por ciento son hombres de entre 20 y 29 años y otro 17.9 por ciento, son niños y adolescentes de entre 10 y 19 años de edad. Jalisco, con estas cifras, está entre los tres primeros estados con más casos de desaparición.

“La desaparición forzada no distingue estratos socioeconómicos, de escuelas privadas y públicas, el día de mañana puede ser cualquiera de nosotros. Y hoy más que nunca tenemos que estar unidos para hacer un llamado a la paz, ante una problemática que las autoridades no han sido capaces de resolver”, explicó Óscar Augusto Juárez Mora, presidente de la Sociedad de Alumnos del ITESO y vocero de la Red Interuniversitaria de Jalisco.

“Nosotros nos solidarizamos con el CAAV y las familias de los desaparecidos, pues incluso en el ITESO y en las universidades de la Red Interuniversitaria tenemos  profesores que también dan clases en el CAAV y conocían a estos jóvenes”, añadió.

No permitiremos que maten nuestros sueños
“Ni todos los sueños, ni todas las voces, pueden ser disueltos en ácido. Nunca se nos va a olvidar esto que pasó. Nunca vamos a dejar de exigir paz y justicia. El gobierno tiene que reconocer que su estrategia fracasó, que su absurda guerra fracasó. Y decimos que es su guerra porque nunca fue nuestra. Desde aquí, exigimos paz”, clamó Medina Varela.

Al final del recorrido, el presidente de la FEU reiteró la solidaridad con quienes sufren este flagelo, en un mensaje avalado por todas las instituciones que integran la Red Interuniversitaria de Jalisco.

“Estamos de lado de las víctimas y familiares, queremos decir ‘ya basta. ¡Exigimos paz!’ A los jóvenes nos están matando. Su absurda guerra contra el narco se está llevando compañeras y compañeros y no lo permitiremos más. Ante ello estamos exigiendo paz y buscamos respuestas a los miles de desaparecidos que atormentan a Jalisco y a México. Somos millones los que queremos ir a la escuela sin el peligro de ser asesinados o desaparecidos”, sentenció Chuy Medina.

Graciano Juan Ramón Mendoza Gómez, presidente de la Asociación y Respaldo de Colaboración para Etnias y Grupos Vulnerables, señaló que el problema de las desapariciones está pegando a los adolescentes de entre 12 y 15 años y a los jóvenes de entre 16 y 24.

“El gobernador Jorge Aristóteles Sandoval va a tener que tomar cartas en el asunto. Incluso debería contemplar un cambio dentro de la Fiscalía General, que trabaja con recursos muy limitados en comparación a las necesidades que tiene el estado, porque opera una plantilla laboral casi al 65 por ciento (de lo que debería tener)”, agregó Mendoza Gómez.

El abrazo compartido
“Ahora somos sus hijos”, decía un universitario que abrazaba a una de las madres de familia que acudieron a la marcha del 26 de abril. Los jóvenes no solo las cobijaron con porras. También con el cariño fraterno.

Entre lonas con fotografías de otras personas no localizadas, números telefónicos para reportar alguna noticia sobre sus desaparecidos y posters de candidatos a puestos de elección popular cuyos ojos fueron tapados con la leyenda “¿Dónde están?”, las madres de familia, con los estudiantes, agradecían el abrazo compartido.

“Soy María de Jesús Cortés Martínez. Yo le dije a las autoridades: me tendrán que ver hasta en la sopa porque estoy buscando a mi hija. Quiero agradecerles a ustedes la fuerza que tienen porque es lo que necesitamos los padres. La fuerza de la juventud. Mi hija se llama Carla Gabriela Macías Cortés y exijo a las autoridades que sea llamada por su nombre como cada uno de los desaparecidos. Ella no es sólo un expediente. Son seres humanos con ganas de vivir, con una familia, que quieren regresar a su casa, que no sabemos lo que están sufriendo y necesitamos la fuerza de ustedes para que los autoridades nos hagan caso”, dijo una de las madres en la glorieta.

Esta no será la última marcha. La exigencia continuará hasta que las miles y miles de víctimas y sus familias tengan justicia.

Sonia Griselda Gómez Zúñiga, madre de Jorge Eduardo Martínez Gómez, estudiante del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) d ela UdeG, desaparecido el 20 de febrero de 2016, anunció que con motivo del Día de las Madres, la próxima marcha se llevará a cabo el 4 de mayo y se tendrá la presencia solidaria de Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacvba.

Las madres abandonadas por el Estado ya no están solas. Los jóvenes, los jaliscienses, no dejarán de manifestarse, y advierten que ya no se paralizarán por el miedo. Ni uno más. Ese es el clamor.

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