Woman is the nigger of the world

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    A las madres y a Miguel íngel Collado
     
    Woman is the nigger of the world… yes she is / If you don’t believe me, take a look at the one you’re with / Woman is the slave of the slaves… (John Lennon y Yoko Ono 1972)
     
    La mujer es la esclava entre los esclavos. Se lucha en contra de eso, pero de dientes para afuera; en los congresos y en los partidos políticos, los hombres las tienen ahí, como adornos o para cubrir la cuota. La equidad de género es una mera moda.
    En los hogares mexicanos, no importa la clase social, las mujeres somos esclavas de la casa, de los hijos y del hombre. A pesar de cumplir un rol laboral en la calle, de regreso somos las responsables de todo.
    Hace unos días leí una nota increíble, como extraída de una tribu de esas en que se negocian los matrimonios de las niñas a cambio de reses. Pero no lo soñé ni es un reportaje del National Geografic. La CNDH propuso ¡Marcar a las mujeres que aborten!
    Inmediatamente brincó Malú Micher, activista y directora del Instituto Nacional de las Mujeres, quien expresó: “José Luis Soberanes actúa como en el medievo, donde se marcaba a las mujeres ante una falta como la infidelidad para que la comunidad las marginara”.
    La despenalización del aborto es un hecho en el DF, las mujeres que se descubren embarazadas sin desearlo, pueden practicarse un legrado seguro y gratuito; es decir, está permitido interrumpir el embarazo antes de las 12 semanas de gestación. Lo anterior se aprobó hace un año y ahora buscan que a quienes lo hagan se les marque, obligándolas a realizar trabajos comunitarios.
    Hay un recurso de inconstitucionalidad promovido por la PGR y la CNDH frente a la despenalización del aborto (ambas instituciones deberían defender, la primera la reforma que se hizo a la ley, y la otra, los derechos de la mujer; y en cambio proponen humillarla).
    Los recursos destinados al litigio, por la PGR, la CNDH y los organismos opositores a esa reforma, debieran canalizarse a equipos multidisciplinarios que atiendan a esas mujeres en la antesala del aborto, para convencerlas de que un hijo no representa el fin del mundo, de que las cosas en sus proyectos pueden tomar un rumbo diferente, pero siempre consolidarse. O bien, convencerlas de la adopción como alternativa.
    Apostarle al instinto maternal y no a tratar de violar sus derechos, discriminándolas. Finalmente, las mujeres somos aún las esclavas del mundo…

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