Warhol Kahlo o Torreblanca al alcance de un clic

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    Más barato y sin necesidad de viajar grandes distancias.
    Estas son algunas de las ventajas que ofrecen los museos virtuales, sobre todo en el ámbito internacional, como asegura el coordinador de Tecnologías para el aprendizaje, de la Escuela de Artes Plásticas, Héctor Orozco. “Puedes tener exposiciones atemporales y con ello, no se satura el lugar”.
    Gracias a los links, las exhibiciones están disponibles para el cibernauta, comenta el académico, quien en 2002 elaboró una galería virtual para el Salón de octubre de las Fiestas de Octubre en Guadalajara.
    Al meter en el dispositivo de la computadora el disco que muestra el trabajo creativo de Orozco, en la pantalla surge una puerta que conduce a un pasadizo. Una especie de videojuego. Solo que en esta ocasión no será ni Lara Croft ni Batman quienes salgan a escena. Son los cuadros de más de 20 artistas locales. La obra puede verse mientras uno “camina” por el pasillo, con solo dar un clic en el mouse.
    En la galería, que por sus dimensiones sería difícil de crear físicamente, una música new age vuelve más amena la estancia.
    A lo largo del paseo virtual, hecho en memoria del tapatío –por adopción– Ramiro Torreblanca, el espectador camina y se detiene ante cada una de las piezas efectuadas en tributo al pintor. Roberto Pulido, Abel Galván, Sergio Garval, Pedro Escapa, Ricardo Pinto, entre otros, resaltan los muros del pasadizo circular.
    Usted se detiene, ve la obra, da un clic, le muestran la ficha técnica y continúa caminando. Para atrás, para adelante. Se salta de un lugar a otro, en la pieza que quiera.
    Más ventajas: “no hay curaduría. No necesitas una pinacoteca. No tienes que asegurar la obra. No debes pagar vigilancia”. Seguridad.

    ¿Y las texturas?, ¿y los realces?
    El clic del ratón puede ponerlo en contacto con los grandes de las artes visuales. Recorridos virtuales lo transportan a los pasillos del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el Guggenheim de Bilbao, el Louvre de París o más cerca, el de Arte Sacro Mexicano, que expone piezas como las presentadas en la ciudad durante el XVIII Congreso eucarístico internacional, celebrado en octubre de 2004.
    ¿Es posible el goce de obras artísticas a través de una pantalla? Es una de las preguntas que se plantean los especialistas del ciberespacio.
    Los estudiosos Miguel íngel Quintanilla y Joaquín García Carrasco, de la Universidad de Salamanca (España), explican en su tesis Museums and the web –un análisis hecho desde 1997– los principales rasgos de este acceso al arte.
    De acuerdo con los académicos, las cualidades de un entorno virtual son: “la capacidad de interconectar toda información disponible, además de interconectar los usuarios a esta información […] que en la práctica asume la forma de recursos multimedia interactivos”.
    Héctor Orozco destaca que en algunos museos virtuales, el ámbito escultórico es uno de los que ofrece ventajas al espectador: “se está proponiendo para el Museo de las Artes, que la escultura real se escanee en tercera dimensión para meterla en la computadora, de manera que el visitante pueda verla de arriba hacia abajo, darle la vuelta y apreciarla desde cualquier ángulo”.

    Por el Musa
    El Museo de las Artes (Musa), de la Universidad de Guadalajara, forma parte de este escenario virtual. En la página www.museodelasartes.udg.mx, es posible consultar las fechas de exposiciones actuales o próximas a inaugurarse, aunque no todavía un catálogo en línea.
    En la visita electrónica, los murales plasmados por José Clemente Orozco en el paraninfo Enrique Díaz de León son presentados en unos pocos centímetros de formato digital. La colección permanente ofrece también más de 35 imágenes pequeñas de obras de artistas locales, como José Fors, Javier Campos Cabello, Alejandro Colunga, entre un gran puñado. La ficha técnica de las piezas, así como una breve semblanza del autor, le dan un valor agregado a la visita en la red, lo que inicia al Musa en el terreno de lo virtual.

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