WIXABIKLA

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La etnia indígena wixárika, asentada principalmente en el Norte de Jalisco, se enfrenta todos los días a condiciones adversas, como la pobreza, la falta de servicios médicos y de instituciones educativas a su alcance.

En la comunidad de San Andrés Cohamiata, en la Sierra Madre Occidental, los niños que viven en las diferentes rancherías para ir a la escuela deben hacer caminatas de hasta 20 kilómetros para llegar a la cabecera de la comunidad, donde cursan la educación básica.

Pensando en esta problemática, estudiantes de la Universidad de Guadalajara y de otras instituciones crearon WixaBikla, un proyecto de movilidad rural sustentable, que en su primera etapa entregó 100 bicicletas a los niños de esa comunidad.

WixaBikla fue uno de los tres proyectos ganadores del Primer Concurso Jóvenes Emprendedores Sociales, convocado por la Fundación Universidad de Guadalajara, Corporativa de Fundaciones y Movimiento de Acción e Inclusión Social (MAIS).

Los jóvenes que ejecutaron el proyecto conformaron la Agencia de Regeneración Socio Ambiental (A.R.S.A). Entre ellos se encuentra Édgar Zepeda Aguilar y Esteban Hermosillo, alumnos de la carrera en Urbanística y Medio Ambiente del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

“Los niños no sólo ya no tienen que caminar, sino que ahora se van juntos y salen juntos de la escuela. Ha generado un cambio social, ya que el ideal era muchas veces tener un carro, era su aspiración, pero ahora ven la bici como un mejor medio de movilidad”, explicó Zepeda Aguilar.

La primera etapa del proyecto tuvo éxito gracias a la aceptación del programa por parte de las autoridades de la comunidad indígena, el apoyo económico de la Secretaría de Desarrollo Social y la donación de bicicletas que se obtuvo con una convocatoria abierta a la población en general.

Además se instalaron dos talleres de reparación de bicicletas y se capacitó a miembros de la comunidad para que sean ellos quienes los operen.

¿Por qué enfocar el proyecto a la movilidad de estudiantes?
Vimos que los estudiantes eran los que más requerían, porque sabemos que la educación es algo básico. Teniendo el alma mater, que es la Universidad de Guadalajara, estamos conscientes de que de no haber tenido ese sustento educativo no hubiéramos llegado a estas conclusiones, así que queremos impulsar la educación como medio para el cambio social.

¿Qué otros proyectos vienen a futuro?
Con los alumnos de la preparatoria de esa comunidad estamos trabajando en la implementación de un huerto para aprender ciertas ecotecnias. Al final lo que queremos es el desarrollo de la sociedad, que a través de ciertos cambios se puedan desarrollar más, que sea una comunidad fuerte, que conserve sus valores y su riqueza cultural.

¿Todo ha sido sin fines de lucro?
Hasta ahora el proyecto así ha funcionado, pero no estamos peleados con la capacidad de la agencia para que a futuro funcione como una empresa social, algo que deje beneficio para la sociedad y para quienes la gestionan, que sea lo justo, aquí se trata de que todos ganen. Buscamos la justicia, la equidad, el respeto, y estos valores nos van dando el rumbo para nuestros nuevos proyectos. Y para nosotros ha sido increíble ver cómo dedicándonos un poquito a solucionar estos problemas nos enriquecemos también, satisfacemos muchas de las necesidades personales por hacer algo en beneficio de los demás.

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