Visitas para la salud

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Chimo, en Cabo Corrientes, fue definida por el Catálogo de Localidades, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), en 2013, como una comunidad rural con un grado medio de marginación.

Ubicada a aproximadamente una hora de Mismaloya, sus 285 habitantes se dedican principalmente a la pesca. No cuentan con atención a la salud ni centros educativos, y el promedio de fecundidad de la población femenina es de 3.99 hijos por mujer.

De las 65 viviendas (sólo 36 con instalaciones sanitarias y 57 con una televisión), el 0.35 por ciento, es decir, un hogar, dispone de una computadora, y la única posibilidad para llegar a Chimo es por vía marítima.

“Es una comunidad que se dedica principalmente a la agricultura y a la pesca. No cuentan con atención médica, por lo que las necesidades en cuanto a salud son muchas. Sólo hay una casa de atención, pero no está bien habilitada, y las instalaciones educativas son rústicas”, dijo el jefe del Departamento de Ciencias Médicas, del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), Jesús Aarón Curiel Beltrán, al detallar los pormenores del trabajo de campo de 19 alumnos de la licenciatura de enfermería que cursan la materia Salud ambiental y sustentabilidad.

Los estudiantes realizaron una visita los días 27, 28 y 29 de marzo, encabezados por el profesor Óscar Javier López León Murguía, con la intención de conocer las necesidades de ese núcleo en cuanto a atención a la salud.

“Es la primera vez que visitamos esta comunidad. Los estudiantes, acompañados por los profesores, buscaron hacer un diagnóstico en cuestiones de salud ambiental, nutrición y sustentabilidad”.

A través de la intervención del CUCosta, la Jurisdicción Sanitaria de Puerto Vallarta apoyó con una donación de medicamentos. Una tercera parte de la población de Chimo participó en talleres de higiene bucal, lavado de manos, consultas médicas, prevención de cáncer de mama y cloración del agua, etcétera, indicó el docente.

“Se trata de fortalecer la vinculación de la Universidad de Guadalajara con la sociedad. La respuesta de la gente fue participativa, ya que se dieron 78 consultas y aplicaron pruebas bioquímicas para conocer los niveles de glucosa. En total más de 160 personas fueron beneficiadas con las actividades”.

El próximo 8 de mayo, los estudiantes regresarán a Chimo para compartir los resultados de las pruebas médicas. Éstos reflejan que, aunque la población tiene una buena alimentación en cuanto a calidad, hay muchos casos de hipertensión clínica, diabetes y colesterol elevado sin obesidad.

“Uno pensaría que como se dedican a la pesca y a la agricultura y consumen esos productos, su alimentación sería más saludable que en la ciudad. Sin embargo, consumen el pescado frito, ingieren azúcares refinados y muchas grasas saturadas. Además es común el consumo de refresco en lugar de agua”, dijo Curiel Beltrán.

Añadió que después de la revisión de los resultados realizarán una serie de pláticas enfocadas a los problemas a la salud que experimentan, “mientras que los alumnos de psicología realizarán encuestas pro ambientales a la población de infantes de Chimo”.

En cuanto a los estudiantes, para ellos fue una experiencia gratificante en la cual aprendieron sobre el valor y la importancia de ayudar a los demás, y pudieron tener contacto con su realidad profesional y comprender la importancia de la información y la prevención.

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