Valentía y doble cara

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Aplaudo que el Presidente de la República se sume a la agenda que algunos hemos defendido durante al menos dos décadas. Incluso, diría que aplaudo que se enfrente a buena parte de su partido para defender la igualdad ante la ley que merece la comunidad homosexual en nuestro país. Sin embargo, creo que la movida del Presidente sólo se basa en el cálculo: sabía que la Corte era muy clara y que no había vuelta de hoja. Peña Nieto es conservador, y lo sabemos, aunque lo matice con iniciativas como ésta.

México comienza a modernizar sus opiniones en temas como el matrimonio igualitario. De acuerdo a una encuesta publicada por BGC en el diario Excélsior, el lunes 23 de mayo, una mayoría en México apoya la igualdad de todos en el contrato matrimonial y más de 40 por ciento defiende la posibilidad de los homosexuales de adoptar.

Muchos quisieran ver un México conservador y atrasado, un México atado a sus prejuicios. Sin embargo, lo que muestran las encuestas es que los ciudadanos procesan adecuadamente la información y cambian su opinión cuando lo tienen que hacer. Por ello siempre he dicho que los políticos son más conservadores que los ciudadanos. A las pruebas me remito.

Pedimos a las autoridades que vayan más lejos. La ampliación del derecho al matrimonio es un paso importante. El problema es que la discriminación seguirá en la calle, en los puestos de trabajo y en la escuela.

De acuerdo a la Primera Encuesta Nacional sobre Bullying Homofóbico, realizada por las organizaciones Youth Coalition, Foro eNeHache y la Coalición de Jóvenes por la Educación y la Salud Sexual (Cojess), tres de cada cuatro homosexuales son discriminados en sus espacios de interacción social, y muchos de ellos sufren agresiones constantes.

No nos quedemos en las leyes. Vayamos hacia la igualdad real. No hay libertad en un país en donde se ejerce tanta violencia contra el que es distinto.

Es fundamental que la educación sea adaptada a los nuevos tiempos de diversidad y respeto a quien es distinto. Las aulas son los espacios ideales para crear a los ciudadanos del futuro, si no queremos que repitan los errores del presente. Si queremos educar en igualdad y en libertad, con amplia conciencia de los derechos humanos, resulta fundamental adaptar los planes de estudio y la matrícula a los nuevos tiempos. La discriminación no se debe reproducir y amplificar en la escuela.

Lo que hizo Peña Nieto no tiene nada de valiente: vio la ola y decidió subirse. Valientes todas esas organizaciones que han luchado por la igualdad desde trincheras que eran agredidas y señaladas.

México se convertirá en pocos meses en uno de los países que legaliza constitucionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo. No olvidemos que si no le entramos de fondo a las condiciones que permiten la discriminación contra la comunidad homosexual, ninguna reforma dará los frutos requeridos.

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