Utilizar el inglés para aprender y aprender a utilizar el inglés

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El Programa Institucional de Lenguas Extranjeras (FLIP), desde el año 2015, inició un proceso de formación de profesores en metodologías de Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (CLIL por sus siglas en inglés). El objetivo en implementar esta metodología es lograr un mayor éxito en el aprendizaje de lenguas extranjeras a través de las materias como la historia, la biología, las ciencias, etc.

A continuación, se presenta un diálogo entre Wendy Díaz Pérez, responsable de FLIP y David Marsh, a quien se le reconoce en el mundo como el creador del concepto CLIL.

En estos días, hablamos de transformación de la educación. No sólo del cambio en la educación o de innovación educativa; el término transformación suena más dramático. ¿Cómo se entiende esta transformación?
David Marsh: Pensemos en el campo de la genética, donde el ADN se introduce de una célula a otra. El ADN es el proceso impulsor que hace que el aprendizaje de idiomas sea exitoso, pertinente y significativo; es como el pensamiento de Carl Jung: “El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas; si hay alguna reacción, ambos se transforman”. FLIP provee un desarrollo profesional que permite a los profesores combinar el aprendizaje de materias e idiomas. A esto se le llama Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (AICLE), y es lo que ha transformado la educación lingüística en Europa en los últimos 20 años.

¿En qué consiste esta metodología?
D.M.: Se trata de una metodología bilingüe. Si se enseña y aprende a través de una metodología monolingüe hay muchas suposiciones en el aire. Por ejemplo, que al hablar y escuchar se aprende. Si no se entienden los conceptos que se utilizan, es más fácil descubrirlos por uno mismo, ya que todos hablamos el mismo idioma. Una metodología bilingüe es muy diferente. Utiliza un andamiaje más extenso.

¿Cuál es el ADN de los programas de FLIP?

Wendy Díaz Pérez: Yo diría que la integración de contenido y lenguas. En nuestro caso comenzamos con el inglés, mañana podría ser wixárika, japonés o alemán. Integramos tecnología, sistemas políticos, instrumentos financieros, por ejemplo. Cuando integramos contenido y lengua, y lo hacemos con técnicas pedagógicas innovadoras y efectivas, podemos tener resultados positivos en el aprendizaje mismo, especialmente en la confianza en el uso de la lengua que utilizamos. Aprendemos la lengua sin la ansiedad que nos representa “hablar en inglés”, que tanto nos pasa en este país.

¿Es una transformación?
W.D.P.: Creemos que sí. FLIP ha adoptado una postura innovadora para elevar los estándares en el uso y aprendizaje del inglés. Digamos de manera coloquial que, en lugar de tapar un hoyo en una carretera, estamos cambiando la naturaleza del camino. Y en este sentido cambiamos la metodología y la filosofía, es decir, aprendemos mientras utilizamos el inglés y usamos el inglés para aprender. ¿El resultado? Alumnos y profesores más motivados que van generando su propio camino de aprendizaje.

¿Cómo son estos profesores de la Universidad de Guadalajara? ¿Son profesores de lengua extranjera en su mayoría?

D.M.: En su mayoría son profesores de contenido (matemáticas, negocios y derecho, entre otros) los cuales desean desarrollar sus métodos de enseñanza, aumentar sus trayectorias de carrera internacional y apoyar las estrategias de internacionalización de UdeG, a través de la enseñanza en partes o de manera completa, de un curso de contenido pero mediante el inglés.

La creación de la Comunidad CLIL en la Universidad de Guadalajara el pasado jueves reúne a profesores de distintos campos disciplinares y niveles educativos, desde preparatoria hasta doctorado, ¿qué hace que quieran reunirse?
W.D.P.: Metas y objetivos similares, y el poder de la conectividad en el mundo actual. Cuando observas los currículos más avanzados en el mundo encuentras interdiciplina, cooperación y aprendizaje colectivo. Se generan nuevas áreas de conocimiento gracias a la integración de disciplinas. Los profesores de la Universidad de Guadalajara, desde el bachillerato hasta el doctorado, tienen mucho que ofrecer y ganar al repensar la forma en que se estructuran los cursos y se utilizan técnicas pedagógicas. Entre ellos pueden aportar mucho para sí mismos y su desarrollo profesional a nivel internacional, y en consecuencia el de los estudiantes. Las soluciones a los problemas de nuestra sociedad se pueden encontrar en la medida en que dejemos de trabajar en manera aislada y trabajemos en conjunto con otros. La tecnología hoy día nos permite esta posibilidad. El medio es el idioma inglés.

Entonces, ¿la Comunidad CLIL intenta conectar profesores con intereses comunes?

D.M.: Sí, conectar a la gente, pero mucho más. El mundo de la conectividad en el que vivimos ha tenido un gran impacto en nuestra comprensión de la educación y cómo funcionan las universidades. Esta generación de internet es notablemente diferente a los que se han ido antes, especialmente en cómo se conectan a través de autopistas digitales en español, inglés y otros idiomas. Los procesos cognitivos involucrados tanto el aprendizaje del inglés como en el aprendizaje en inglés son diferentes. Además, tenemos que pensar que los estudiantes que se graduarán en 2017 trabajarán hasta algo así como el año 2060. Son diferentes y su trabajo será extraordinariamente diferente en las próximas décadas, y sus viajes personales y profesionales estarán marcados por la conectividad.

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