Una muestra para encontrarse

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Los últimos años en Guadalajara se han caracterizado por una abundante oferta escénica. Las nuevas generaciones de egresados de danza y teatro, así como jóvenes creadores que llegan a la escena desde otras disciplinas, se suman a los artistas con trayectoria que se mantienen vigentes con varios estrenos al año. Sin embargo, también encontramos un teatro insular que sólo ve hacia dentro, incapaz de establecer puentes con otras formas de comunicación artística, ni de poéticas; se mantiene amateur conviviendo en paralelo con el resto de las propuestas.

Qué de todo eso representa a nuestro teatro, cómo podríamos hacer converger todas estas tendencias, formas de producir y pensar la escena en una fórmula que las incluya a todas. Quién o quiénes pueden marcar los lineamientos para establecer aquello que es nuestro teatro y con qué filtros. Estas preguntas se han replicado en cada ciudad de nuestro país y también a lo largo de los más de treinta años de vida de la Muestra Nacional de Teatro (MNT).

Año con año las críticas, así como los álgidos enfrentamientos entre la Coordinación Nacional de Teatro, las distintas instituciones estatales, los jurados, curadores y los creadores escénicos que quedaban dentro y fuera del encuentro, consiguieron en principio desarticular una estructura tan pesada como alejada de la dinámica real de la creación del teatro en México.

Del 12 al 21 de noviembre se celebrará la edición treinta y seis de la MNT en la ciudad de Aguascalientes con una propuesta que, en teoría, se plantea como una invitación a la reflexión crítica que permita la renovación de los cuestionables procedimientos con los que se había estado realizando este evento.

Jalisco llega a Aguascalientes con cuatro producciones seleccionadas: Los encuentros secretos, de María Cecilia Güelfi y dirigida por Aristeo Mora de la Compañía Opcional; Esa puta nostalgia, de Iván Ontiveros y dirigida por él mismo y por Meztli Robles, de la Compañía La Resistencia, e Híbridos (Objetos olvidados), escrita y dirigida por Claudia Anguiano; producciones que los organizadores colocan en  las líneas curatoriales: Fenómenos performáticos y de teatralidad lateral y teatro de nuevos creadores, respectivamente; finalmente, dentro del Fondo Regional de Cultura y Artes, se eligió la obra Puercoespín, de David Paquet y dirigida por Luis Manuel Aguilar “Mosco”, de la Compañía Avión de Papel, que llega como ganadora de la región Centro Occidente. 

Si bien es interesante conocer las creaciones que llegarán de distintas ciudades del país, la expectativa real para la mayoría de quienes asistiremos se encuentra en la posibilidad de vinculación entre creadores que favorezcan la circulación de sus trabajos, la articulación de plataformas de intercambio cuya solidez se fundamente en la inclusión, la construcción de observatorios críticos que acompañen los procesos creativos y, sobre todo, que no se siga relegando la urgencia por la legitimación del trabajo artístico. Y si bien hay que revisar cuál es el flujo de los recursos públicos destinados a la producción de teatro, cuáles son sus candados y cómo eficientar este atropellado recorrido, lo más relevante es qué de esa bolsa llega a los creadores, qué derechos ganan como trabajadores de las artes y cómo revertir una tendencia perversa que se concentra en la producción de piezas y su exhibición en cortas temporadas, mientras la calidad de vida de quienes generan este circuito con valor estético, cultural y económico está claramente deteriorada. Sólo la participación comprometida de todos los asistentes conseguirá transformar la Muestra en un espacio para el encuentro.

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