El 12 de octubre se conmemoró el 88 aniversario de la refundación de la Universidad de Guadalajara. Nuestra Universidad, que ha tenido una historia sólida, es una institución ejemplar porque ha logrado desarrollarse en cada una de sus etapas aun cuando éstas han sido difíciles. Etapas de entrega y de esfuerzo de personalidades que con un enorme cariño por la educación, por su tierra, por la región, la han cuidado con esmero, entrega, pasión y mística.
Respetando su espíritu original, sus valores esenciales que la identifican como una Universidad pacifista, tolerante, justa, democrática, laica y liberal, que respeta la legalidad, con ejes conductores que permanecen hasta hoy, que la definen también como una Universidad científico humanista.
En la vida de la Universidad de Guadalajara hay momentos que considero revolucionarios de la institución. Si nos remontamos a analizar su historia desde 1700, fueron casi 100 años de gestiones, abandonos y sacrificios. Estamos hablando de una universidad de cuatro siglos.
Esos sufrimientos, esa espera que a fin de cuentas se concreta gracias a la labor de Fray Antonio Alcalde, un personaje que con esfuerzo y cariño logra no sólo hacer la primera gestión exitosa, sino que le pone hasta su dinero —un eje persistente siempre en la Universidad, los problemas de dinero—, 60 mil pesos de aquel tiempo. Es un ejemplo de entrega, así llegamos hasta 1792.
En todos sus momentos clave ha habido personajes que como Fray Antonio Alcalde, se han dedicado a esta casa, para cuidarla, protegerla y defenderla.
Es importante señalar que nuestra Universidad siempre ha estado ligada a grandes instituciones y a grandes figuras, vino de la mano de universidades europeas, sus constituciones primeras fueron las de la Universidad de Salamanca en España, de donde después se dieron y nacieron las propias constituciones de la Real Universidad de Guadalajara, luego la Universidad Nacional de Guadalajara, hasta llegar a la Universidad de Guadalajara en 1925.
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En la historia reciente de esta Casa de Estudio destacan personalidades como Irene Robledo, Catalina Vizcaíno, Severo Díaz Galindo, José María Arreola, Enrique Díaz de León, quienes motivados por el impulso del entonces gobernador José Guadalupe Zuno, forman un cuerpo de notables, el cual convoca y aporta criterios y experiencias para que se fundara la Universidad en el siglo XX, con un pensamiento liberal y prevaleciendo sus principios de laicidad y gratuitad.
Luego en 1935 se forma la primera organización estudiantil que adopta el tipo de acuerdos nacionales surgidos de la orientación educativa socialista impulsada en el gobierno del general Lázaro Cárdenas, fue el Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO), del que formaron parte personalidades como Natalio Vázquez Pallares, José Parres Arias, Pedro Vallín Esparza y Carlos Osorio.
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Otro momento revolucionario se da al llegar a la rectoría el licenciado Raúl Padilla López. Ha sido este el último momento de grandes transformaciones en la vida de la Universidad, en donde nace una gran red universitaria un nuevo proyecto para el desarrollo de la cultura y una nueva organización estudiantil. Con la creación de la red, todas las regiones del estado se han desarrollado notablemente. El mapa socioeconómico de Jalisco después de esa gran red es distinto, Jalisco se transforma.
En este momento es una Universidad sólida que a través de su Red y de todos los vínculos que mantiene con todo el mundo, ha podido proyectarse en un ámbito no solamente local, regional y nacional, sino internacional, de manera notable.
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Actualmente, sobre esta Universidad, no somos únicamente sus miembros quienes hablamos de su grandeza, hoy día es evaluada de forma nacional e internacional, lo que de ella ahora se dice tiene fundamento, porque hay registros e indicadores que la ubican en múltiples órdenes como la transparencia, los resultados académicos de sus investigadores, la amplia obra cultural, con las distintas cátedras, su Feria Internacional del Libro, su Festival Internacional de Cine y sus posgrados de calidad, como una de las grandes universidades de nuestra nación y del continente.
Además resulta importante destacar a las 69 grandes personalidades que con el reconocimiento de Doctor Honoris Causa, han decidido ligar su vida y su nombre a la Universidad de Guadalajara, en razón de su gran prestigio.
Por tanto, debemos reconocer a las 48 personalidades que cada una en su tiempo desde la Rectoría, cuidaron con cariño, esfuerzo y dedicación a nuestra Alma Mater hasta hoy. Debemos cuidar que la armonía de la comunidad universitaria se preserve, porque solamente en armonía, ésta puede alcanzar sus altos fines.
Felicidades a esta gran comunidad universitaria, somos herederos de toda esa rica historia y hoy responsables de preservarla cuidarla y proyectarla a superiores metas.
