Una alquimista en escena

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En la primera mitad del siglo XX el conocimiento sobre el pensamiento y el comportamiento humano crecían de la mano del psicoanálisis, que considera el mundo de los sueños como fundamental para desvelar los oscuros misterios de nuestra mente y nuestros deseos. El acercamiento a las religiones orientales —y su filosofía—, también resultó ser un eje fundamental en el pensamiento creativo de muchos artistas, particularmente de los surrealistas. Remedios Varo, artista española de alma errante que eligió México como la residencia para su creación, se convierte ahora en motivo para la escena. La actriz Karen Sahagún encontró en la vida y el universo espacial y cromático de la pintura de Varo una provocación susceptible a la experimentación escénica. Luego de estudiar Drama en Nueva York y de hacer algunos trabajos para cine y televisión en la Ciudad de México, Sahagún vuelve a Guadalajara para sacar adelante este proyecto en el que involucra como cómplices principales al director escénico Luis Aguilar “Mosco” y al dramaturgo Jorge Fábregas, cuyo trabajo finalmente se estrenó este fin de semana en el Foro Periplo.

Los célebres y diminutos mundos fantásticos de Varo han educado la mirada de generaciones que seguimos sorprendidos tanto con las evocaciones medievales y alquimistas como con la aparente necesidad de mutación con la que presenta lo femenino. Sobre el origen de este proyecto dedicado a Remedios, Sahagún explica: “La inquietud de montar esta obra surge al momento en el que yo encuentro El Santo Cuerpo Grasoso, un texto que escribieron Leonora Carrington y Remedios Varo para teatro, me emocioné muchísimo y después de algunos meses me acerqué a Luis Manuel Aguilar “Mosco” para presentarle la idea de hacerlo juntos, le encantó;  invitaríamos un poco después a Jorge Fábregas a unirse a esta aventura”.

En la obra de Varo la figura femenina viaja del mito creacionista a la vía láctea y mundos celestes, hasta las ideas que la consideran el más fértil venero de belleza y regeneración. Para Fábregas, quien se suma al proyecto para estructurar dramáticamente el trabajo físico y las exploraciones que ya habían desarrollado Sahagún y el Mosco, “Karen encontró el tema ideal para ser representado, pero también su sentir como mujer de este tiempo. Llegué a la obra a poner palabras a lo que yo veo, que posee una gran carga poética. Decidimos integrar una parte del texto de Carrington y Varo, que se vuelve una referencia importante, así como lo que Octavio Paz escribió sobre ella para después desarrollar el discurso de la propia actriz, lo que Karen como mujer quiere decir, las condiciones de emergencia en las que hoy se vive, los feminicidios, la alerta de género, los derechos de la mujer y su práctica”.

Fábregas, quien ya ha trabajado en anteriores y exitosas experiencias teatrales con el “Mosco”, encuentra en Remedios una estrategia interesante que supone un cambio en su forma de trabajo: “Alteramos la estrategia de creación. En Remedios la palabra tiene una importancia más equilibrada con el resto de los elementos, como la música, por ejemplo. Con este trabajo perseguimos la mirada del público del lado de la sensación y las emociones. Decidimos no presentar sus cuadros ni su estilo, porque nos llevaría a un pastiche mal hecho. En cambio, deconstruimos su universo a partir de nuestro sentimiento o la impresión que de ella tenemos. No es una obra biográfica, es nuestra co-creación.”

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