Un puerto sin áreas verdes

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    La Organización Mundial de la Salud recomienda que las ciudades deben tener de nueve a 14 metros cuadrados de áreas verdes por persona. De manera preliminar, David Carlos Ávila Ramírez, profesor del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), informó que Puerto Vallarta podría contar de dos a tres metros cuadrados de área verde por habitante.

    La falta de normas y reglamentos para la construcción en la zona metropolitana del puerto ha generado afectaciones al ecosistema de la región, además de que los hoteles le han restado espacio verde a la ciudad, señala el libro Criterios e indicadores sustentables para edificaciones turísticas costeras, el que forma parte de la colección “Ambientes turísticos sustentables”, que consta de seis libros y recientemente obtuvo una mención honorífica en la pasada XVI Bienal de Arquitectura Mexicana 2016 en la categoría Libros.

    La colección, coordinada por Ávila Ramírez y que consta de colaboraciones de profesores del CUAAD, explica cómo los nuevos complejos turísticos en Puerto Vallarta son construidos sin leyes ni reglamentos de carácter urbano, lo que ha provocado que el consumo de servicios básicos se haya disparado.

    Ávila Ramírez dijo que no hay ninguna restricción para la cantidad de agua o luz eléctrica que utilizan las empresas para hacer funcionar sus complejos. Además, la vegetación que plantan en los hoteles no es endémica, por lo que requiere de más agua.

    “Si vemos una carta topográfica de Puerto Vallarta podremos darnos cuenta de que casi no hay parques, áreas de reserva ecológica, y la población aumenta día con día. Entre menor sea el área verde en nuestras ciudades, mayor será el espacio que ocupen los edificios artificiales y las calles asfaltadas, y esto genera cambios en la temperatura”, subrayó Ávila Ramírez.

    La falta de reglamentos para estos complejos turísticos también afecta el acceso público a las playas, puesto que pese a que el gobierno federal establezca que las playas deben ser libres y públicas, la entrada a ellas se encuentra restringida o privatizada. “No hay accesos públicos a las playas. Tienes que caminar por dos horas para poder salir o entrar, ya que hay una muralla de edificios privados que no te permite salir a la calle”, finalizó el investigador del CUAAD.

    La colección la componen los libros: Ecología urbana para ambientes turísticos costeros; La denominación natura en la eficiencia energética; Criterios sustentables en el análisis del paisaje; Edificaciones turísticas sustentables para la mitigación del cambio climático y Propuesta de norma técnica complementaria al reglamento de construcción de Zapopan. Fue financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

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