Un momento de no retorno

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Cuando el suelo alcanza una temperatura superior a los 40 grados centígrados, la raíz de los maíces deja de alimentarse. Este es un ejemplo de cómo plantas y animales, al estar expuestas a temperaturas que sobrepasan el límite de su zona de confort, dejan de alimentarse, enferman y disminuye su rendimiento en la producción, entre otros efectos.

De acuerdo con la publicación El clima cambiante, conocimientos para la adaptación en Jalisco, realizada por investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG), las temperaturas registradas durante el 2009 afectaron el rendimiento de la producción de maíz de temporal por hectárea en 87 municipios de la entidad.

“En 2004 —considerado año fresco— el rendimiento promedio de maíz por hectárea en Jalisco fue de 5.6 toneladas, mientras que para 2009 —considerado un año cálido— fue de 4.56”. Respecto a la producción lechera, en la que Jalisco es líder, los estudios muestran que en 2004 se obtuvieron siete mil 600 litros al año por vaca, en tanto que en 2009 el índice fue de tan sólo de 5 mil 900 litros por vaca.

Ante esto, el director del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas de la Universidad de Guadalajara, Arturo Curiel Ballesteros, advirtió que “no es posible aspirar a una buena salud si no cuidamos la salud de los animales y los ecosistemas que soportan la alimentación”. Lo anterior fue señalado el pasado viernes, previo al Día Mundial de la Alimentación, celebrado este 16 de octubre.

Al dictar una conferencia en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), Curiel Ballesteros habló del cambio climático y su impacto en la alimentación y la agricultura. Apuntó que la FAO ha hecho un llamado a la humanidad respecto a las consecuencias que traerá este fenómeno en dos aspectos: el aprovisionamiento de alimentos, y por tanto la malnutrición humana, así como las enfermedades que transmiten, por el aumento de patógenos.

Curiel Ballesteros, al señalar que “es un momento de no retorno”, dijo que la temperatura global está modificando la salud de plantas y animales, lo que pone en riesgo la nutrición humana, pero además, con el aumento de sequías e inundaciones, se registra un crecimiento de enfermedades transmitidas por alimentos, por lo que la FAO ha hecho un llamado para prepararnos mejor, aplicar medidas de prevención y control, cuidar los sistemas productivos, la salud de las plantas y los animales para reducir estos efectos.

Apuntó que uno de los mayores insumos para la producción de alimentos es el agua. “En ese sentido, habría que considerar que los cambios globales que estamos teniendo en la hidrosfera también tienen que ver con el tema que nos ocupa, es decir, hay pérdida del agua superficial y problemas de contaminación del agua superficial y subterránea, lo que representa un riesgo para la producción de alimentos”; esto sin contar con la modificación del ciclo hidrológico, que afecta tanto a la agricultura de temporal como de riego.

La conmemoración del Día Mundial de la Alimentación en la UdeG fue organizada por el Departamento de Salud Pública y la licenciatura en Ciencia de los Alimentos, ambos del CUCBA. En el acto, egresados de esta carrera realizaron un foro, y fue montada una exposición de alimentos creados por alumnos de la carrera, entre otras actividades.

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