La Universidad de Guadalajara (UdeG), el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA) y la Comisión de Fomento al Libro y la Lectura entregaron el galardón “Granito de Arena” a Fernando Carlos Vevia Romero, Maestro Emérito de esta Casa de Estudio, por haber consagrado su vida a la enseñanza y difusión de la palabra escrita.
En la ceremonia, que tuvo lugar el miércoles pasado en el Paraninfo Enrique Díaz de León, Eduardo René Arce Ruelas, presidente del CECA, se refirió al homenajeado como uno de los mayores estudiosos de Miguel de Cervantes Saavedra. “Hoy reconocemos el trabajo, calidad y trascendencia de Vevia Romero. Con su talento ha acercado a la lectura a numerosas generaciones”.
Recordó que este galardón ha sido entregado al poeta Ernesto Flores (2011), al ensayista José Rosario Ramírez y la investigadora Sara Velasco (2012), al arquitecto Guillermo García Oropeza (2013), al escritor Luis Sandoval Godoy (2014) y en 2015 a los escritores Hugo Gutiérrez Vega y Fernando del Paso. “El ‘Granito de Arena’ se entrega a quienes con su obra contribuyen al fomento de la lectura en Jalisco”.
La escritora Carmen Villoro destacó que Vevia Romero ha dedicado más de 40 años a la enseñanza en los campos de la literatura y la filosofía, desempeñándose como profesor, investigador y traductor en España, Francia, Alemania y México. “Desde 1975 enseña en la UdeG y desde 1994 está adscrito al Departamento de Letras de la División de Estudios Históricos y Humanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Vevia Romero agradeció la entrega del galardón y expresó: “En este caso el ‘Granito de Arena’ funde dos prácticas de escritura: la traducción y el ensayo, pero es el feudalismo académico el que traza esas rígidas líneas divisorias”.
Precisó que “tanto el ensayista como el traductor se esfuerzan por comunicar un hallazgo, y el ensayista aplicado al campo de las ciencias del lenguaje puede mostrarnos qué debemos releer y cómo lo debemos volver a leer, al mostrarnos relaciones nuevas entre los autores y sus contextos respectivos. El ensayo puede establecer vínculos y deshacer vínculos de barreras ideológicas y políticas, para que éstas no impongan silencio sobre autores y obras”.
Puntualizó que leer bien significa “arriesgarse mucho, dejar vulnerable nuestra identidad, ideas, las imágenes del mundo que hemos construido dentro de nosotros mismos o los huecos de desconocimiento que deberíamos de haber llenado desde hace tiempo”, concluyó.
