Un fin de semana musical

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    La semana antepasada fue una muestra del ritmo que toma la recta final del año en materia de conciertos. La presentación de Matisyahu, y el festival Rock x la Vida, marcaron la acelerada marcha y significaron lo más sobresaliente de la oferta musical.

    Desde meses atrás los carteles que promocionaron el concierto de Matisyahu fueron colocados en las principales avenidas de esta ciudad. Además, el comunicado de prensa que circuló en las principales redes sociales (mucho antes que los avisos en la calle), informó a detalle sobre el trabajo y la calidad de este músico: “Cuando hablamos de esa trayectoria singular, y del atractivo que Matisyahu tiene como representante del reggae, es básicamente por la ruptura de estereotipos musicales”. 

    Desafortunadamente, la asistencia a la presentación del creador de álbumes como Shake Off the Dust…Arise y Spark Seeker, fue poca. Los motivos de la escasa respuesta sin duda no están relacionados con el factor de la información y la promoción. Dejando de lado el factor económico (Guadalajara prácticamente todo el año tiene conciertos de reggae de distintas agrupaciones, en su mayoría de Latinoamérica), lo que faltó fue decisión de las personas por escuchar una propuesta que está más allá de los tradicionales arreglos de este estilo. Atrevimiento para conocer música que no se circunscribe dentro de un solo género.

    La música de Matisyahu causó una agradable sorpresa. Guitarras enfocadas más hacia el terreno del rock, bases rítmicas que enriquecían el sonido, y el uso de sintetizadores lograron encender verdaderamente al público que nos dimos cita esa noche, y que de buena manera fuimos capturados por el baile, por un rito lleno de euforia, que en ningún momento declinó.

    La actitud del cantante fue siempre hacia adelante, encendida, algo que habla bien de su profesionalismo. En la cuestión musical, es importante destacar que todos los arreglos en el sonido de Matisyahu provocan una interesante ruptura en los cánones del reggae, situación que definitivamente es de apreciarse, pues, repito, da vida a un estilo demasiado gastado. Al final, las personas que estuvimos presentes salimos con el ánimo encendido por una noche de buena música, que dejó una agradable impresión y ganas de que la experiencia pronto se repita.

    Al día siguiente se efectúo el festival Rock x la Vida. El sol con toda su fuerza recibió a grupos como La Habitación Roja, banda española que discretamente se abre camino en México, pero que posee una trayectoria sólida que la respalda. Próximamente conoceremos más de su propuesta en una entrevista exclusiva que brindaron para este suplemento.

    La larga sesión musical incluyó un cartel que ofreció la participación de agrupaciones noveles, particularmente en el escenario Intolerancia, hasta bandas que cada vez consiguen afianzarse más, entre éstas, Hello Seahorse!

    Julieta Venegas, con un pop demasiado meloso; Enjambre, con un toque dramático, en especial de su vocalista, y Goldfish, un dueto proveniente de Sudáfrica, con una producción musical enfocada hacia la electrónica, y que conjuga ligeramente instrumentos como el saxofón y el bajo eléctrico, lograron una buena respuesta de los asistentes. 

    La noche, el fin de semana musical, concluyó con la participación de Babasónicos y Nortec. Entre la oscuridad la muerte de Lou Reed cruzaba por mi mente.

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