Un alto al abuso infantil

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Detener la discriminación en contra de niñas, niños y adolescentes de los pueblos indígenas, afrodescendientes y con discapacidad; incorporar metas que garanticen a los infantes el derecho a un proyecto de vida digno; garantizar su derecho a la participación, a la educación básica y media superior de calidad, a una vida saludable, a un cuidado de calidad, a vivir en familia y promover una gobernanza incluyente, son temas urgentes de atender, señaló Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
De visita en Guadalajara, afirmó que en América Latina y el Caribe, destacan elevados índices de violencia. Casi el 29 por ciento de las víctimas de homicidio son adolescentes que tienen entre 10 y 19 años. Además, seis millones de niños y niñas sufren abusos severos, como el abandono.
Pérez García explicó que algunos de los problemas más graves que enfrenta la infancia, están asociados a cuestiones culturales. “En algunos países se ve normal pegarles a los niños o se acepta el matrimonio infantil e incluso prácticas tradicionales nocivas, como ritos culturales que llegan hasta la violación, practicados en África”.
Al anunciar la Declaración de Guadalajara por la inclusión de derechos de la infancia en agenda de desarrollo post 2015, el director ejecutivo de Redim comentó que un factor que evita el desarrollo pleno de los infantes es el crimen organizado, que al no ser atacado de raíz, permite que crezca la explotación sexual y el uso de niños en la industria del narcotráfico.
“Nos parece importante entender que cuando hablamos de derechos de la infancia, tanto a la salud, a la seguridad o a la educación, se entiendan como desafíos para la agenda que viene”. Por ello la Declaración de Guadalajara establece retos para América Latina y el Caribe hacia la inclusión de los derechos de la infancia y busca que no se vuelva a discutir un tema que afecta a la infancia sin que ellos estén presentes.
En la Cumbre del Milenio -la reunión más grande de jefes de Estado en el mundo y celebrada en 2000-, diversos países miembros de Naciones Unidas adoptaron compromisos que debían cumplir en 15 años. En esa reunión, los problemas de los infantes fueron uno de los temas centrales. Sin embargo, actualmente más de 80 mil niños y niñas menores de 18 años mueren todos los años por abuso de parte de sus padres.
Uno de los llamados de la Declaración enfatiza la urgencia de garantizar el derecho a una vida libre de violencia de niñas, niños y adolescentes, incluyendo la eliminación de prácticas tradicionales nocivas y todas las formas de abuso y explotación.
“Debemos considerar la importancia de involucrar a los niños y a sus familias en la lucha por la equidad de género, ya que en la medida de su participación podrá ser erradicada la violencia por cuestiones como el machismo”.
En la presentación de la Declaración, en días pasados en Guadalajara, participó Isabel Crowley, representante de la Unicef en México, quien habló de la necesidad de que las voces de la infancia estén presentes, con el fin de que tengan una vida más digna. Además, en términos de gobernanza comentó que es necesario que los gobiernos “coloquen por encima de todo” los intereses de la población infantil y adolescente, con el fin de beneficiar a dicho sector.
Destacó que esta declaratoria es una agenda común que articula a diversas organizaciones internacionales que luchan por los derechos de la infancia.
La Declaración fue entregada al panel de alto nivel integrado por expertos elegidos por la Organización de las Naciones Unidas, para realizar consultas regionales. En ésta se invita a las y los diplomáticos, a los Estados y Naciones Unidas, para que opten por una visión más integral en la agenda post 2015.

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