Trueba Macbeth Dios

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    “La vida es una película mal montada”, es una frase de Fernando Trueba que, como la famosa expresión de Macbeth antes de morir: “La vida es un relato contado por un idiota”, señala uno de los defectos más acusados de la vida y, por vecindad semántica, recuerda a una de las mayores virtudes del cine y la literatura: la posibilidad de editar, de quintaesenciar lo mejor de una historia, o lo más intenso, o aquello que mejor se ajusta a un plan estético, simbólico, filosófico; la licencia para controlar la velocidad y el ritmo de la manera que mejor convenga a los intereses de su creador, según el efecto que desee provocar en los espectadores.
    Este año la Feria Internacional de Cine de Guadalajara, FICG, tendrá como invitado de honor al laureado cineasta español, artífice de películas como Sé infiel y no mires con quién (1985), El sueño del mono loco (1989), Calle 54 (2000), Chico y Rita (2010), y Belle époque (1992), entre más de una docena de títulos, en su mayoría de ficción y un par de documentales.
    Fernando Trueba (Madrid, 1955), estudió en la Facultad de Ciencias de la Información, en su ciudad natal. Más tarde trabajó como crítico de cine para el periódico El País y para La guía del ocio y fundó la revista Casablanca. Se inició en la industria cinematográfica en los setenta, realizando los cortometrajes: Óscar y Carlos (1974), Urculo (1977), En legítima defensa (1977), Homenage a trois (1979), El león enamorado (1979); y como coguionista de La mano negra (1980), de Fernando Colomo.
    Su primer largometraje, en un guiño autorreferencial al estilo de su paisano, Cervantes, se llamó justamente Ópera prima (1980), y fue un éxito de crítica y taquilla. Dos años después fundó, junto a Óscar Ladoire, la productora “Ópera films”. Su primer éxito fue la obra Sé infiel y no mires con quién (1985), en la que inició una serie de colaboraciones con el productor Andrés Vicente Gómez. En 1988 se convirtió en presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, cargo que ejerció por un período de cuatro meses.
    Sus obras han sido reconocidas por premios tan importantes como Los Goya, de España; El León de oro de Venecia; El oso de plata, de Berlín; el Oscar, de Estados Unidos. Este último lo ganó en 1993, en la categoría de Mejor película de habla no inglesa, con su séptima película, Belle époque, lo cual la emparentó con algunas de las obras más importantes de la historia del cine, también reconocidas por la academia de Hollywood, como Ladrón de bicicletas (1949), de Vittorio de Sica; Rashomon (1951), de Akira Kurosawa; La strada (1956), de Federico Fellini.
    La Belle époque fue estrenada el 4 de diciembre de 1992 y supuso para Fernando Trueba la consagración como cineasta. Como dato curioso, en 1993, al recibir el Oscar por esta película, Trueba dijo: “Me gustaría creer en Dios para agradecérselo, pero sólo creo en Billy Wilder, así que, gracias Míster Wilder”. Al día siguiente Billy Wilder le llamó por teléfono y le dijo: “Hola Fernando, soy Dios”.
    Su película más reciente es El artista y la modelo. Le mereció de nuevo una nominación al Oscar como Mejor película de habla no inglesa y varias nominaciones a los premios Goya. La historia se ubica en una Francia ocupada, cerca de la frontera española, en el verano de 1943. El protagonista es un viejo escultor de éxito, algo fatigado de la vida y la gente. Su humor cambia cuando aparece una bella joven recién fugada de un campo de refugiados que modela para él. Toda la película está realizada en blanco y negro. Fernando Trueba la describe con estas palabras: “El tema de El artista y la modelo, es un tema frecuente del arte moderno. Picasso y Matisse han sido algunos de sus más asiduos frecuentadores. No se trataba de un ejercicio narcisista, pues es un tema que va más allá del simple autorretrato, y que intenta plasmar, observar el propio acto de la creación, en el interior de la obra, retratar al artista en el momento mismo de la creación. El artista y la realidad, el artista y el mundo. El interior y el exterior”.
    La cita para la FICG es del 1º al 9 de marzo. Parece una excelente oportunidad para conocer al autor de Belle époque y, desde luego, para ver películas de magníficos cineastas que tal vez compitan con Dios en el arte de montar películas y en el de contar mejores historias que la reprobada por Macbeth.

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