Tragos amargos

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    Hace pocos días recibimos a nuestro número local una llamada “extraña” cerca de las 10 de la noche. Quien estaba al otro lado de la línea era una voz desconocida y aparentaba buscar a un integrante de nosotros y se escuchaba preocupada, pero casualmente días atrás un pariente cercano que no vive en Guadalajara fue extorsionado con una fuerte cantidad.
    Yo no creo que sea mera casualidad, ya que el nombre de la persona a quien buscaban era correcto, que fue lo que más nos desconcertó, pero de algo estoy segura, no era nadie conocido.
    Es fácil hablar y aconsejar de esto, ya que se ha convertido en algo bastante común, pero en el momento sí perturba y solemos cometer los errores que ellos esperan por estar nerviosos o dejarnos llevar por la emoción.
    Si de plano nadie va a hacer algo al respecto, refiriéndome a las autoridades (y que no se hagan ya que esto se ha convertido en más que una forma de vida, el hecho de vivir desconfiadamente); tomen sus precauciones, ya que vivirlo en carne propia o por alguien cercano es más que un trago muy amargo. Como dicen por ahí: o eres de los que ya les pasó o del grupo al que les va a pasar.

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