El trabajo social basado en el conocimiento de las ciencias sociales promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el bienestar mediante la utilización de teorías y de los sistemas de la sociedad.
Diversa y cambiante es la problemática a la que se enfrenta el trabajador social en su quehacer profesional cotidiano, y por tanto nos lleva a plantearnos nuevas expectativas y desafíos para la profesión a fin de dar respuestas claras a los cambios en la estructura de la sociedad y sin perder su esencia y el devenir histórico de este profesional.
Hoy en día, es una realidad cada vez más frecuente que trabajadores sociales se unen a la difícil tarea de promover la participación activa y así propiciar un cambio positivo en las personas a través de la implementación de lo que en nuestra profesión se conoce como el método íšnico o Básico de Trabajo Social, y que permite una movilización óptima de los recursos humanos, materiales, técnicos y financieros.
En la actualidad, nuestra sociedad atraviesa por un difícil momento en gran medida porque existe una gran polaridad entre riqueza-pobreza que repercute directamente en el seno familiar, que se traduce en violencia intrafamiliar, problemas de adicciones, de salud física y mental entre otros; y es allí donde se conforma el permanente desafío del trabajador social a través del análisis y el redescubrimiento de nuestra praxis profesional, planteando nuevos retos de intervención y de investigación que le permitan adecuarse a las condiciones y requerimientos de la población, teniendo siempre en claro que nuestra intervención es con seres humanos y no con objetos.
