Tolerancia contra sexilio

713

“Mueres al salir del clóset”
Los ojos de Mario Prado o Glenda Fradde, como quieran, reflejan tristeza; su boca, cierto enojo. Proviene de Monterrey y es una luchadora social incansable contra la discriminación que sufren los transgénero como él. En su ciudad de origen encabeza el colectivo lésbico-gay La libélula.
Él (o ella) presentó la ponencia “Cómo ser transgénero en Monterrey y no morir en el intento”, en el encuentro nacional Escrituras y homosexualidad, organizado por el Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales (Desmos), de la Universidad de Guadalajara, los días 28 y 29 de octubre de 2004.
A la misma entró como Mario Prado y luego se puso vestido, arregló su cuerpo, pintó su cara y labios, y salió como Glenda Fradde.
Explica que “salió del clóset” a los 25 años y, como la mayoría, acabó con su vida social y su carrera profesional. “Es increíble que un día seas respetado por todos y al otro te consideren el puto de la cuadra. Mueres al salir del clóset. Todo tu currículo es tirado a la basura, porque ya no tienes valor como persona ni como profesional. Quedas con una etiqueta que nunca te quitarás de encima”.
“Por desgracia muchos compañeros transgénero al salir del clóset y vestirse de mujer son repudiados por su familia y expulsados de su hogar. La marginación y rechazo los orilla a suicidarse, dedicarse a la prostitución, recurrir al alcohol o a las drogas como única salida”.
—Esto refuerza que sean despreciados, ¿no es así?
—Es un círculo vicioso, porque muchos piensan que el trasvesti o gay busca ser así a propósito.

El repudio
Glenda Fradde explica que ser trasvesti significa estar fuera de cualquier crédito para comprar casa o automóvil, vivir en vecindades o en colonias de ínfima categoría y que los policías a diario los persigan y extorsionen.
“La sociedad se lava las manos. Sus miembros piensan que si terminas ahorcada o atropellada en una calle, tú te lo buscaste, porque andabas de prostituta”.
Explica que la población transgénero “no echa raíces en ningún lado. ¿De qué sirve hacer un patrimonio si luego te obligan a salir de tu ciudad? Elementos de la pasada administración panista en Monterrey dijeron que los transgénero y trasvestis molestaban al turismo, y que mejor se fueran a las carreteras o a otras ciudades.
—¿Operarse para cambiar de sexo es una prioridad?
—No para todos. Entre los transgénero hay variantes, pero existe un sector que se prostituye y busca recursos para transformarse.
—¿Qué hacen quienes no tienen dinero para operarse?
—Se inyectan aceite comestible o consumen hormonas. Pocas utilizan implantes. Muchas han muerto, porque el aceite se les va a los pulmones. He luchado para erradicar esto, pero es difícil, porque para muchas “estar operada” significa “haber triunfado”.
—¿Tú cómo vives esa dualidad hombre-mujer?
—A veces me presento como hombre (Mario Prado) y otras como mujer (Glenda Fradde). Al principio me molestaba un poco, pero terminé considerándome la misma persona.
—¿Ha sido difícil para ti conseguir una pareja?
—Sí es difícil. Tengo una pareja transexual. Soy trasvesti bisexual, porque hay trasvestis heterosexuales y trasvestis gays. Mi transexualidad me ha ocasionado conflictos, no conmigo, sino con mi pareja, sobre todo cuando ando de Glenda.

El congreso en Guadalajara
Los asientos estuvieron vacíos. Los días 28 y 29 de octubre varios ponentes, escritores, líderes, investigadores y catedráticos se reunieron en el encuentro nacional Escrituras y homexualidad, organizado por el Desmos, de la Universidad de Guadalajara.
En el auditorio Adalberto Navarro Sánchez, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), el público brilló por su ausencia.
El tema de la homosexualidad resulta difícil. Los gays, lesbianas, transgénero, trasvestis, hermafroditas, transexuales, no son bien vistos. Ellos saben y admiten que sus libros, escritos, luchas, retos, problemas, necesidades e ideas importan a pocos.
A petición del reportero admiten ser entrevistados algunos de los conferencistas. Por ejemplo, Adrián Palma Patricio, politólogo de la UNAM, y quien presentó la ponencia “Disidencia sexual y espacio público: una visión desde el campo de las políticas públicas”.
Palma Patricio considera urgente romper con la idea de que solo hay dos géneros: varón y hembra.
Explica que necesitamos hacer una reelectura de la sexualidad y la identidad desde el género mismo, “ya que muchos estudios de identidad sexual y masculinidad carecen de una perspectiva de género”.
“Las prácticas sexuales pueden devenir de una identidad de género específica y derivar en otros conceptos. Tenemos casos de mujeres o de hombres que se realizan operaciones quirúrgicas: ¿cómo defines eso? Ahí está la posibilidad o la reinvención de no limitarse a un solo género y de romper con eso”.

Sexilio
La investigadora de la Universidad de la Ciudad de México, la maestra Norma Magrovejo Aquise, quien presentó la ponencia “Autoexilio, exilio político y migración por disidencia sexual”, afirma que las estadísticas fundamentan sus números en la polaridad hombre-mujer, cuando “hay una identidad sexual múltiple y diversa”.
Agrega que existe una realidad sexual no incluida en las políticas públicas de nuestro país, la que requiere de servicios y atención.
“El sexilio (exilio político por diferencias o discriminación sexual) es frecuente en todo el mundo, sobre todo en los miembros del llamado movimiento lgbt (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero), que han tenido que salir de sus países a causa de la persecución homofóbica”.
Incluso hay políticas oficiales de exterminio de estos grupos. “Ahí están los mata-putos, grupos paramilitares dedicados a matar, acribillar a personas diferentes en lo sexual”.
Magrovejo Aguirre asegura que no hay ninguna relación entre los homosexuales y las políticas públicas del país en cuanto a atención legal o social.

Poco apoyo
La organizadora del evento, la maestra María Carmen Ponce Pérez, asegura que ella invitó a numerosas personas, autoridades universitarias, grupos y movimientos lésbico-homosexual para debatir sobre el tema, “pero si no están aquí es porque no les interesa”.
Ella tuvo la osadía de organizar un evento de esta naturaleza, “a pesar de los problemas personales que esto me acarrea y de contar con poco presupuesto y apoyo. Pero estos temas son importantes. Es necesario abrir espacios de este tipo. Todos los inicios son difíciles”.

Escribir con sida del sida
Joaquín Hurtado Pérez es un reconocido escritor de temas homosexuales en Monterrey. En el encuentro presentó su ponencia “El discreto encanto de mi exilio” y por la noche su libro Crónica sero, que narra las experiencias de quienes, como él, padecen sida.
Afirma que “este es un tema que da pavor y difícil de afrontar. Pocos padres de familia toleran la idea de tener un hijo homosexual o una hija lesbiana”.
“Mucho les serviría saber que esto no es ningún mal o enfermedad. Adoptar la postura de rechazo y de irracionalidad ha causado mucho daño a la sociedad, a la familia y al individuo”.
—¿Cuantos libros has publicado?
—Tres: Guerreros y otros marginales, Laredo song y Crónica sero. Los dos primeros sobre la marginación sexual en Monterrey y el tercero acerca de la marginación de vivir con sida. Es uno de los pocos libros escritos en México sobre el tema.
—¿Puede un autor vivir de eso?
—No. Los libros, aunque han tenido buena acogida, los promocionamos de manera individual. No quise escribir un libro para quejarnos o hacernos los mártires por vivir con sida, sino jugar con las palabras, las ideas.
—Como portador del virus de inmunodeficiencia, ¿cómo vives la aceptación o el rechazo de la gente?
—Mientras tenga el apoyo de mi tejido social a mi alrededor, no me importa. Hago mi trabajo como activista, educo a la gente sobre el tema. Desespera y frustra saber que las personas piensen que el sida se transmite con una palmada. Hay mucha ignorancia al respecto.
“Aunque tolero, no perdono a quien me quiera discriminar por ello. Saco mi escudo protector y me defiendo en términos civiles. Si yo padezco la discriminación, imagínate lo que pueden hacer con un campesino.
—¿En qué ha cambiado tu vida desde que adquiriste el sida?
—En estos últimos 16 años he madurado enormidades. Expreso a mis amigos en broma: soy como un anciano de 42 años, pero un anciano sabio.

Sexualidad y espiritualidad
Jorge Gabriel Sosa Morato es pastor de la iglesia Reconciliación, en el Distrito Federal, cuya sede central está en Los íngeles, Estados Unidos y tiene representación en los cinco continentes. Fue fundada “desde la experiencia de la comunidad homosexual, para tener un espacio de fe cristiana y donde nadie sea rechazado por ningún motivo”.
Explica que su iglesia “busca encontrar un equilibrio entre espiritualidad y sexualidad, para que nadie tenga que renunciar a una para experimentar la otra. Ambas pueden encontrar apoyo con base en las escrituras y la experiencia del cristianismo”.
—¿Cualquiera puede vivir su sexualidad desde una perspectiva mística o religiosa?
—Por supuesto. Ambas experiencias son compatibles. Por lo menos lo fueron durante muchos siglos, hasta que a la iglesia católica le dio por separar sexualidad y espiritualidad.
—¿Qué ayuda espiritual prestan a las personas?
—Tenemos estudios bíblicos, sesiones de oración, ritos de santa unión para bendecir a las parejas de hombres y mujeres que quieran comprometerse. En la historia del cristianismo, el matrimonio no fue para bendecir el amor entre dos personas, sino para fortalecer los negocios entre familias.
“Nosotros rescatamos ese rito para bendecir a las parejas convencidas de su relación y que quieren que la presencia de Dios las fortalezca. Es un rito que requiere de un proceso de preparación y de acompañamiento para apoyar esa unión”.
—¿Qué tipo de ordenación sacerdotal tienen sus miembros?
—La ordenación es por medio de nuestro seminario, como cualquier otra. Requerimos una licenciatura en alguna carrera humanista y después iniciar estudios en sagradas escrituras, teología, filosofía, liturgia y, para el caso de nuestra iglesia, de sexualidad humana.
—¿Cuántos miembros pertenecen a esta iglesia?
—Tenemos una población flotante. No se trata de una iglesia dogmatizante; por el contrario, es una iglesia propositiva, para que cada quien razone y elija lo que desee.
—¿Cómo es su relación con otras iglesias?
—Nuestra postura es ecuménica, es decir, de apertura al diálogo y cooperación. Una vez al mes, durante 13 años, lograrnos reunirnos varias iglesias para rezar por los enfermos. A nivel oficial, las autoridades religiosas hablan horrores de nosotros, dicen que vamos a bendecir hombres con sus mascotas y barbaridad y media.
“El cardenal Norberto Rivera también ha hecho comentarios negativos sobre mi persona y mi trabajo, y le hemos dicho que si quiere hablar de mí, sería mejor conocernos. Por supuesto que nunca nos han concedido una cita para dialogar.

Mitos jaliscienses
El Comité lésbico-gay de occidente, con sede en Guadalajara, mantiene una lucha constante de defensa de sus derechos humanos, y sobre todo, para terminar con la idea distorsionada que la sociedad tiene de los homosexuales y lesbianas, promovida por “algunos medios amarillistas” o personas con “una mala educación”.
“El homosexual no necesariamente se trasviste de mujer ni una mujer lesbiana, de hombre. Queremos terminar con algunos mitos, como que violamos niños, somos perversos, asociales, anormales y que no tenemos ningún sentimiento positivo en el corazón”, afirma el líder de esta asociación, Rodolfo Gutiérrez Estrada.
Este colectivo, conformado por 30 miembros, tiene un centro cultural en Analco, en donde imparte teatro, tradiciones culturales, conferencias, además de asesoría psicológica a homosexuales jóvenes, “para que logren su aceptación, mejoren su autoestima y trabajen con la definición de la lesbiana o el gay”.
“Queremos que el público conozca lo que nosotros aportamos a la sociedad. Buscamos que haya inclusión en todos los ámbitos en la sociedad tapatía. Ahora trabajamos con la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, somos parte de la vocalidad de Coesida, estamos en el colectivo Jalisco incluyente, desde donde impulsamos una ley antidiscriminatoria”.
—¿Cómo ve la tolerancia de la gente para este tipo de expresiones?
—Ha cambiado la mentalidad en Guadalajara, por las presiones que hemos hecho, sobre todo después de la marcha que realizamos en 2000. Ahora en las marchas los papás y sus hijos nos aplauden, los niños quieren tomarse fotos con los trasveti, y sobre todo, la gente ya sabe en la calle quiénes somos y no solo estamos en la clandestinidad o a la media luz de los bares.
“También hemos visto que ha cundido el ánimo en muchos compañeros y compañeras e incluso en bugas o heterosexuales, que están abriendo espacios en televisión y radio, como la misma Universidad de Guadalajara, que mucho nos ha apoyado en nuestro movimiento, aunque todavía hace falta trabajar bastante”.

Artículo anteriorUn hambre de siglos
Artículo siguienteCulpables por omisión